La Fuerza Aérea tiene un nuevo monumento en Río Grande

Se trata del aspa de una hélice del enorme helicóptero Chinook H 91 que sirvió en Malvinas. El Vicegobernador Juan Carlos Arcando encabezó esta inauguración y compartió con los integrantes de la VII Brigada Aérea que vinieron a participar de los actos de la Gesta del 2 de abril en Río Grande.

Río Grande.- Se llevó adelante la inauguración de un nuevo espacio homenaje a los tripulantes de la VII Brigada Aérea, escuadrón de Helicópteros desplegados en Malvinas. Allí, se colocó un aspa de hélice de perteneciente a un enorme helicóptero Boeing Vertol 308 Chinook, que sirvió en la Fuerza Aérea Argentina con la matrícula H-91. Cabe destacar que esta aeronave fue declarada tumba de guerra y patrimonio histórico institucional de la Fuerza Aérea Argentina (FAA). Las palabras alusivas estuvieron a cargo del presidente de la Asociación de Helicópteros de FAA, brigadier VGM Horacio Giaisgischa. Este escuadrón de helicópteros no tuvo bajas.

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Durante la guerra Horacio Miguel Giaigischia era Primer Teniente y Luis Antonio Longar, Teniente, éste último con 28 misiones de combate.

Ambos participaron de la inauguración del monumento y asimismo estuvieron presentes los aviadores Luís María Villarreal (de Río Grande) y Hugo Herrera, los dos derribaron un avión inglés Sea Harrier con una ametralladora 12,7 mm.

Uno de sus integrantes, el VGM Alejandro Montaldo, visitó los estudios de Radio Universidad junto al Comodoro Gabriel Sant, piloto de helicópteros que une al continente con la Antártida.

Montaldo contó su experiencia en Malvinas y recordó que “llegamos a Puerto Argentino desde donde nos mandaron a Darwin, estuvimos en el mes de mayo de 1982 hasta el primer ataque de los ingleses. En ese lugar también estaban los Pucará de la FAA y el RIM 25 del Ejército Argentino a cargo de Gómez Centurión”.

Agregó que “el combate más fuerte de la Fuerza Aérea se desató en esa zona el 25 de mayo de 1982, en que los británicos realizaron el desembarco en San Carlos y comenzaron su avance el 26 y es así que en esos días, hasta el 28 de mayo, sufrimos los bombardeos desde los buques y luego el ataque terrestre”.

Justamente en estos combates de Darwin, fallece el primo del vicegobernador Juan Carlos Arcando, cuyo cuerpo fuera recientemente identificado, Ramón Ángel Cabrera.

Cabrera participa de un contraataque efectuado por su Compañía del Regimiento 25 del Ejército Argentino con la Sección a cargo del entonces Subteniente Gómez Centurión

Debido a la fuerte presión ejercida por el enemigo, debieron replegarse hasta sus posiciones originales, continuando las escaramuzas hasta las primeras horas de la noche.

En estas acciones ofrenda la vida heroicamente Ramón Ángel Cabrera, junto a los soldados José Honorio Ortega (único de Río Gallegos que falleciera en Malvinas), José Luís Allende; Ricardo Andrés Austin; el cabo Héctor Rubén Oviedo y el sargento Sergio Ismael García. Eran las 11:30 de ese 28 de mayo y sus cuerpos quedaron inertes mirando al cielo.

Ramón Ángel Cabrera tenía 18 años cuando murió. Nacido en San Agustín, Provincia de Córdoba, era el sexto hijo de la familia Cabrera.

“Son en esos momentos de cruentos combates donde la camaradería más se nota y nosotros estábamos preparados para ir a hacer nuestro trabajo, para ir a defender a la Patria como habíamos jurado a la Bandera”, confió Montaldo.

En ese tiempo, el combatiente de Malvinas ostentaba el grado de Cabo Primero de la FAA y era Artillero de uno de los dos helicópteros Bell 212 desplegados junto a los dos Chinook. “Hubo momentos de zozobra por los muertos, murió un piloto de Pucará, murieron un mecánico y varios soldados; nuestros helicópteros transportaron heridos de guerra”.

 

El Chinook H 91

 

Adquirido en 1979 con presupuesto de la Dirección Nacional del Antártico (DNA) y cedidos a la Fuerza Aérea Argentina para su operación y mantenimiento. Luego de un periodo de pruebas sobre nieve realizadas en el sur del país, mas precisamente en el glaciar Upsala, el 30 noviembre de 1980 el H-91 junto al H-92 despegaron de Río Grande rumbo a la Base Marambio. El cruce de los 1.100 kilómetros sobre el mar, que tomo unas 6 horas de vuelo, fue realizado sin novedad y se convirtió en el primer viaje en helicóptero que unió el continente americano con la Antártida. Al finalizar la campaña antártica de verano en abril de 1981, ambas maquinas regresaron por el mismo camino al continente y posteriormente a su base de la VII Brigada Aérea ubicada en Morón. Para poder operar en la Antártida se le instaló un doble sistema de mandos de vuelo automático, idéntico al utilizado en los Chinook de Canadá y España, que permitía mantener la posición y el rumbo, la velocidad anemométrica y la altura barométrica o de radar seleccionada por el piloto, también se les coloco un radar multimodo, el CPI (Crash Position Indicator) y un tanque interior totalizando 11.340 litros de combustible. Durante la guerra por Malvinas fue camuflado para participar en el conflicto, y luego desplegado a las islas con base en Pradera del Ganso. Tras la finalización del conflicto, regresaron al continente y se les volvió a aplicar la pintura original.

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