El malhumor en Wall Street volvió a impactar a los activos emergentes y desató una clara carrera de los inversores hacia los papeles más seguros del mundo: los bonos del Tesoro de Estados Unidos, cuyo rendimiento (inversamente proporcional al precio) cayó a 2,07%, nivel no observado desde septiembre de 2017. El movimiento de manual que se produjo en el mercado, léase salir de posiciones más especulativas y buscar refugio, expuso a los títulos públicos de la Argentina a otro brutal castigo.
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