La identidad de una profesión se conforma con una serie de atributos, cualidades y temperamentos que preforman una percepción social y la autopercepción de la actividad, lo cual determina y limita un campo de incumbencias y prácticas propias de la ocupación de que se trate. El lugar que la profesión ocupa en el sistema socioproductivo, la función que cumple y las tareas que realiza juegan un papel relevante en el desarrollo de esa identidad. Lo que no quiere decir necesariamente que esa relación sea lineal y proporcionada. Más bien todo lo contrario. Porque la identidad profesional no deja de ser una representación cultural e ideológica y por lo tanto el resultado identitario es siempre una deformación de la realidad o
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