Federico Mustapic, propietario del tradicional Hotel Mustapic de la capital fueguina, expuso la crítica situación que están atravesando, con las puertas cerradas desde que inició la cuarentena. Llegaron a tener veinte empleados y hoy les quedan siete, que apenas pueden mantener y no hay garantías de reactivación de la actividad turística, en medio de rumores de nuevas medidas para contener la segunda ola de contagios. Estimó que esta cuarentena se va a extender por casi dos años, no habrá PyME que sobreviva y “en poco tiempo se va a fundir la pequeña y mediana empresa”. Mientras tanto tramitan un crédito para sobrellevar la coyuntura. Además fue crítico de la falta de controles sobre alojamientos ilegales en edificios que “van creciendo
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