Claudia Concha Ávila cumple una condena a prisión perpetua en la alcaidía de mujeres de la ciudad de Ushuaia, por la muerte de Gustavo Ezequiel Ponce, quien la explotaba sexualmente. Oriunda de la provincia de Buenos Aires, llegó a Tierra del Fuego enviada por su marido para trabajar “en un pub o una fábrica”, pero terminó en el prostíbulo Red and White. Fue vendida y comprada por proxenetas, dice que “había que drogarse para resistir”. Denunció amenazas, menciona que fue secuestrada, pero asegura que “la policía no hacía nada”. Será parte del juicio que debe llevarse adelante por el delito de trata y explotación sexual, contra los responsables del local “Candilejas” de Ushuaia. Le ofrecieron llegar a un acuerdo por
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