A raíz de que el Gobierno de la Provincia concretó una nueva carga de mejillones de cultivo, en el marco del Plan de Desarollo Acuícula. El gerente de la empresa Newsan Food, Fabio Delamata, explicó los procesos que conlleva la producción de mejillones en Puerto Almanza. Además, precisó que proyecto emplea a 20 personas de forma fija y se enmarca en los esfuerzos por diversificar la matriz económica de Tierra del Fuego y generar empleo sustentable.
Ushuaia. – La empresa Newsan Food avanza con una nueva apuesta productiva en la costa fueguina: la cría y procesamiento de mejillones en la zona de Puerto Almanza. “Me pareció un desafío muy importante. La verdad que estamos muy contentos, tenemos una incipiente producción de 400 toneladas que ya estamos empezando a sacarlas. Tenemos una pequeña planta en donde producimos el mejillón entero cocido que es un producto genuino y del lugar”, expresó Fabio Delamata en diálogo con FM Master’s.
Según indicó, esta iniciativa se alinea con los objetivos del Gobierno provincial de diversificar la economía fueguina: “Es una forma de lo que quiere el Gobierno Provincial de ampliar la matriz productiva. Seguimos tratando de buscar más estrategias económicas en una Tierra del Fuego en donde hay que tallar la imaginación para que económicamente podamos generar empleo”.
Respecto a las proyecciones para los próximos meses, Delamata comentó que “estamos en un proceso de aprendizaje. El mejillón es difícil porque tiene dos etapas muy marcadas”. Explicó que el ciclo biológico del molusco comienza en bancos naturales, donde liberan células reproductivas que se desplazan en el agua, y luego de 40 días se convierten en larvas que buscan un lugar de fijación. “Lo que nosotros hacemos es poner las cuelgas (lugares de fijaciones) y el proceso dura entre 24 y 28 meses. El lugar de fijación permite tener semillas de mejillón que a los 2 o 3 centímetros hay que quitarlas del lugar y mandarlas a un lugar de engorde, y ahí hay que esperar entre 12 y 16 meses, de acuerdo a la cantidad de fitoplancton”.
Todo el desarrollo se realiza en el mar, lo que garantiza una calidad superior del producto. “El mejillón es un animal filtrador, de alguna manera la calidad que va a tener es de acuerdo al agua que filtra, y nuestra agua es muy buena”, remarcó. Incluso adelantó que se estudia si se trata de una especie distinta a la chilena, con características propias: “El caparazón es más duro y la carne es más firme, y el rendimiento de la carne es bastante más elevado que lo que consiguen en Chile”.
Sobre la competencia internacional, Delamata reconoció que es un desafío complejo: “Los chilenos producen muchísimas toneladas, son el segundo exportador más grande. Tienen un precio muy difícil de competir. Realmente tiene que ser un producto diferencial para poder competir”. En ese sentido, resaltó que se requiere escala y capacidad de inversión: “Es bastante complejo que esta producción sea artesanal, porque el ciclo de mejillón argentino es bastante largo, entonces vos tenés que tener una espalda importante para sostener los costos durante la producción”.
Actualmente, el emprendimiento genera empleo local en Almanza. “Antes de llegar a la planta de procesamiento, tenemos 20 personas fijas. Es complejo vivir en Almanza, el lugar está lleno de patriotas, hay que ser muy corajudo para vivir ahí”, expresó.
Además, Newsan Food evalúa otras especies para continuar diversificando su producción y entrar en el mercado internacional: “Argentina casi no consume mejillón, por lo general tenés que tener muchas normas de sanidad que son la mayoría internacional, para tener la posibilidad de entrar al mercado internacional”, indicó.
Consultado por el proyecto de cría de salmones, Delamata opinó que “del salmón no sé mucho, me parece que el RAS es un tema interesante, claramente no es barato, pero no es contaminante”. Y subrayó la importancia del rol del Estado: “Es muy importante, los empresarios claramente quieren ganar y hacer, como también sortear la mayoría de normas que puedan, para eso están los organismos de control”.
Finalmente, sostuvo que “la producción de mejillón es algo que podés hacer mal, ahora nosotros hicimos un estudio de impacto ambiental cuando iniciamos y ahora en dos años tenemos que volver a hacerlo. Las cosas controladas no me parecen mal”. Y cerró: “El impacto ambiental es importante tenerlo en cuenta, pero el hombre mismo es un impacto para el ambiente. Me parece que hay que hacer leyes para controlar”.