El miércoles 6 y jueves 7 de agosto en las instalaciones de los talleres de Vialidad Provincial de la ciudad de Río Grande, el ‘Automóvil Club Río Grande’ está llevando adelante la revisión técnica y administrativa de 104 binomios riograndenses para así completar todas las instancias obligatorias y su posterior habilitación y ser parte de esta auténtica e emblemática Quincuagésima Edición del Gran Premio de la Hermandad Argentino/Chilena.
Río Grande.- Con altas expectativas y con una emoción indescriptible ya se palpita en la comunidad Argentino/Chilena la 50° Edición del Gran Premio de la Hermandad que unirá a Río Grande y El Porvenir, donde en esta oportunidad, más de ciento noventa binomios –si no hay objetados-, serán parte de esta hermosa historia automovilística que quedará en el recuerdo por varias generaciones de corredores que verdaderamente disfrutaron a pleno esta especial confraternidad entre dos país hermanos, donde ya se ha transformado en un único evento y sin precedentes a nivel mundial.
Que, del 15 al 17 de agosto, la emoción y la adrenalina se apoderarán de las rutas que conectan Río Grande, Argentina, con El Porvenir, Chile para está celebración que ha trascendido fronteras y ha unido a dos naciones a través del deporte motor, promete ser una experiencia inolvidable tanto para los competidores como para los espectadores.
Un legado de 50 años
El Gran Premio de la Hermandad no es solo una carrera; es una tradición que ha perdurado durante cinco décadas. Desde su inicio, ha reunido a pilotos de diversas nacionalidades, creando un ambiente de camaradería y competencia sana. Manuel González, piloto de la nave 308, es uno de los rostros más reconocidos en esta competencia, con más de 20 años de participación y cinco títulos en su haber. Su experiencia y dedicación son un testimonio del compromiso que los competidores tienen con este evento.
Expectativas y preparativos para esta nueva edición
La edición de este año se presenta con un número récord de 104 vehículos inscritos en Río Grande, lo que refleja el creciente interés y la pasión por esta competencia. Manuel destacó que la categoría se ha completado con la cantidad necesaria para otorgar premios en las dos etapas y en la clasificación general. La preparación de los vehículos ha sido meticulosa, y los pilotos han trabajado arduamente para garantizar que sus máquinas estén en óptimas condiciones para enfrentar los desafíos que presenta la ruta.
La verificación de los vehículos es un proceso crucial que asegura que todos los participantes cumplan con los estándares necesarios para competir. Este año, la verificación se llevará a cabo en un ambiente de gran expectativa, ya que los competidores se preparan para enfrentar no solo a sus rivales, sino también a las inclemencias del tiempo y las condiciones de la ruta.
Desafíos en la ruta hasta llegar a El Porvenir
Uno de los aspectos más emocionantes y desafiantes del Gran Premio de la Hermandad es la variabilidad de las condiciones de la ruta. Manuel mencionó que, aunque han realizado recorridos previos para verificar el estado de la calzada, siempre existe la incertidumbre sobre lo que se encontrarán el día de la carrera. Desde barro y nieve hasta hielo y agua, cada edición trae consigo un nuevo conjunto de desafíos que los pilotos deben superar.
La adaptabilidad es clave en este deporte. Los competidores deben estar preparados para ajustar sus estrategias y técnicas en función de las condiciones del terreno. Esta capacidad de adaptación es lo que hace que el Gran Premio de la Hermandad sea una prueba no solo de habilidad, sino también de ingenio y resistencia.
La pasión por la competencia de los fueguinos y foráneos
Para Manuel, el mes de agosto es un momento especial. Es el momento en que da vuelta a la página y se prepara para una nueva edición de la carrera. La hermandad que se siente entre los competidores es palpable, y muchos de ellos comparten historias de cómo este evento ha impactado sus vidas y las de sus familias. La emoción de cruzar la meta y ser recibido por sus seres queridos es un gran premio en sí mismo.
La participación en el Gran Premio de la Hermandad no solo se trata de competir; se trata de construir lazos y amistades que perduran más allá de la carrera. Manuel enfatizó que, aunque al principio muchos pilotos pueden tener la intención de simplemente unir las dos ciudades, la experiencia de la carrera los atrapa y los motiva a volver año tras año.
Un mensaje inspirador para las nuevas generaciones
Con la llegada de nuevos jóvenes competidores, Manuel compartió un mensaje de aliento. “Este es un gran deporte, es un deporte sano, donde conocés mucha gente y haces muchos amigos”, dijo. Su consejo para aquellos que están considerando participar en la próxima edición es claro: “Tienen que correr la hermandad”. La pasión y la camaradería que se experimentan en este evento son inigualables, y cada nuevo competidor tiene la oportunidad de ser parte de esta rica tradición.
Agradecimientos y reconocimientos
Manuel también se tomó un momento para agradecer a aquellos que lo han apoyado a lo largo de su carrera. Mencionó a su equipo, incluyendo a ‘Nito’ Milovich, ‘Lalo’ Melogno, Pablito Cavia y Fabián, quienes han sido fundamentales en la preparación de su vehículo. Además, reconoce a los sponsors que han contribuido a hacer posible su participación en esta edición especial.
En conclusión, será un evento imperdible para los corredores y el público
La 50ª edición del Gran Premio de la Hermandad no es solo una carrera; es una celebración de la pasión, la dedicación y la unión entre Argentina y Chile. Con un número récord de participantes y un legado que se extiende por cinco décadas, este evento promete ser una experiencia inolvidable para todos los involucrados. Desde los competidores hasta los espectadores, todos están invitados a ser parte de esta emocionante celebración del deporte motor.

