En medio de expectativas, dudas y no pocas críticas por la falta de información oficial, la provincia de Tierra del Fuego se prepara para debutar en las elecciones nacionales con la Boleta Única Papel (BUP), un sistema que promete mayor transparencia y orden, pero que todavía genera confusión entre muchos votantes. “Detrás de la cabina de votación no se puede sacar fotos de la boleta”, advirtió Basanetti al ser consultada por una de las polémicas más difundidas. Además, señaló que, a diferencia del pasado, los “partidos no tendrán que imprimir y repartir boletas, todo quedará en manos del fuero electoral, que proveerá a cada mesa de un talonario con la cantidad justa de boletas más un pequeño excedente.
Río Grande.- La encargada de intentar poner claridad en este escenario fue la secretaria electoral del Juzgado Federal de Ushuaia, María Paula Basanetti, quien en diálogo con FM La Isla desmenuzó los principales aspectos de la nueva modalidad, al tiempo que reconoció —aunque con diplomacia— la resistencia lógica que provoca un cambio de este calibre.
“Detrás de la cabina de votación no se puede sacar fotos de la boleta”, advirtió Basanetti al ser consultada por una de las polémicas más difundidas.
En este sentido, explicó que “el Código Electoral prohíbe expresamente este acto, sancionándolo con multas, aunque dejó entrever que ni siquiera en el debate parlamentario que introdujo esta norma se definió con claridad el espíritu de la prohibición”.
Por tal motivo, sostuvo que “algunos dicen que es para evitar el voto cadena”, deslizó, en un guiño a las sospechas históricas sobre viejas prácticas fraudulentas.
Circuito del votante
Más allá de las fotos, la funcionaria detalló cómo será el circuito del votante, señalando que “la autoridad de mesa entregará la boleta única firmada y una lapicera indeleble, el elector marcará su preferencia detrás de la cabina, doblará la boleta y la depositará en la urna, asegurando así el secreto del voto”.
“El sistema es simple y amigable”, insistió Basanetti, aunque admitió que los cambios siempre generan “ruido y resistencia”.
Registro de infractores
Otro de los puntos sensibles está en el registro de infractores, para lo cual Basanetti recordó que “quienes no voten y no justifiquen su ausencia a través del sitio oficial (padron.gob.ar) quedarán incorporados en esa nómina, siendo que el costo de la multa —entre 50 y 500 pesos— es irrisorio, reconoció, pero la verdadera complicación aparece al momento de realizar trámites, donde las deudas con el sistema electoral se vuelven un obstáculo burocrático difícil de esquivar”.
Autoridades de mesa
En cuanto a las autoridades de mesa, la secretaria confirmó que “ya se realizaron las primeras designaciones y que se mantiene abierto el registro de voluntarios, un llamado que se repite cada elección ante la dificultad de cubrir todas las mesas, siempre alguien se enferma o no puede asistir, necesitamos tener suplentes capacitados”, señaló.
Uno de los puntos más innovadores es que, a diferencia del pasado, los “partidos no tendrán que imprimir y repartir boletas, todo quedará en manos del fuero electoral, que proveerá a cada mesa de un talonario con la cantidad justa de boletas más un pequeño excedente. Ese control centralizado busca evitar las históricas prácticas de robo o destrucción de boletas, aunque despierta desconfianza en quienes creen que la improvisación del Estado puede jugar una mala pasada”.
El cambio no es menor. Para algunos electores —sobre todo los mayores— la novedad puede resultar tan desconcertante como cuando se reemplazó un billete por otro color y diseño.
En este marco, Basanetti intentó despejar miedos, manifestando que “hemos hecho simulacros y la boleta es clara, diferenciada por colores y fotos. No debería generar confusión”.
En un escenario donde la política no siempre acompaña con la pedagogía necesaria, la Justicia Electoral se convirtió en la cara visible de un sistema nuevo que llega con promesas de modernización, pero también con la sombra de la improvisación. Será en las urnas donde se verá si la Boleta Única Papel logra cumplir su objetivo de transparencia o si termina sumándose a la larga lista de reformas que se estrenan a las apuradas en la Argentina.
