En el polideportivo Alejandro “Guata” Navarro, la Escuela Municipal de Taekwondo-WT, a cargo de los maestros 5º Dan Marcelo Villarroel y 4º Dan Alan Ojeda, vivió una jornada especial: la entrega de camperas personalizadas a sus alumnas y alumnos. La acción, posible gracias al esfuerzo de la comisión de padres, se transformó en un símbolo de identidad, compromiso y amor por el deporte que sigue marcando a generaciones de jóvenes riograndenses.
Río Grande.- El pasado fin de semana, la ciudad de Río Grande fue testigo de una escena sencilla, pero profundamente significativa. En el polideportivo municipal Alejandro “Guata” Navarro, los integrantes de la Escuela Municipal de Taekwondo-WT recibieron sus camperas personalizadas, una prenda que trasciende lo material y se convierte en símbolo de pertenencia, esfuerzo compartido y orgullo por representar a la ciudad.
El maestro 4º Dan Alan Ojeda, con la humildad que lo caracteriza, explicó que esta entrega fue posible gracias a la comisión de padres, quienes trabajaron durante meses realizando rifas, ventas y actividades solidarias para poder costear cada campera.
“Quiero agradecer a todos los padres -dijo Alan-, porque ellos se organizaron, juntaron fondos y lograron algo que no es menor en estos tiempos: que cada chico tenga su campera, su identidad, su bandera dentro de la escuela. Sabemos que la situación económica no es sencilla, pero siempre están, siempre acompañan, y eso es lo que hace tan fuerte a este grupo”.
Las camperas, con el logo de la escuela y los colores que la identifican, serán utilizadas en los torneos nacionales, capacitaciones y exhibiciones que los alumnos afrontarán en lo que resta del año. Pero más allá de su función práctica, representan la unión y el espíritu de superación que caracteriza al Taekwondo fueguino. Un gesto que habla del corazón de una comunidad.
El valor de una sociedad que no se rinde
En medio de un contexto económico complejo, la solidaridad volvió a ser la herramienta más poderosa. Los padres y madres de la Escuela Municipal de Taekwondo demostraron que, cuando la voluntad es colectiva, los sueños pueden sostenerse incluso en tiempos difíciles.
Cada empanada vendida, cada bono contribuido, cada pequeña acción fue sumando para que los chicos y chicas puedan hoy vestir con orgullo la campera que los identifica.
Alan Ojeda remarcó que la entrega fue también una inyección de motivación para los alumnos: “Esto les da una energía distinta. Los chicos se sienten parte de algo grande, y eso los impulsa a seguir entrenando, a superarse, a confiar en sí mismos”.
Ese sentimiento compartido -de esfuerzo, pertenencia y alegría- se reflejaba en los rostros de las familias que acompañaron el momento. No era solo una entrega de camperas, sino una celebración del trabajo en conjunto, del sentido de comunidad que la escuela promueve día tras día en la ciudad de Río Grande.
Formar en valores es la misión detrás del arte marcial
El Taekwondo-WT, más allá de ser un deporte, es una escuela de vida. En cada clase, en cada saludo y en cada competencia, los alumnos aprenden respeto, disciplina y humildad.
Bajo la guía de los maestros Marcelo Villarroel (5º Dan) y Alan Ojeda (4º Dan), la escuela municipal ha logrado consolidarse como un espacio de formación integral, donde los logros deportivos se combinan con la enseñanza de valores fundamentales.
El propio Ojeda resaltó que el trabajo diario se sostiene gracias al apoyo del Municipio de Río Grande, que brinda los espacios y acompaña el desarrollo de la disciplina.
“El municipio nos respalda con los lugares de entrenamiento y con la organización de eventos. Eso nos permite seguir creciendo y formar más chicos. El Taekwondo no solo enseña técnicas; enseña valores que después los chicos llevan a su casa, a la escuela y a la sociedad”.
Una escuela que no se detiene: capacitación, crecimiento y desafíos
El maestro Ojeda también destacó el intenso calendario que la escuela mantiene hasta fin de año.
Entre los compromisos más importantes se encuentra el Torneo Nacional, donde siete representantes locales competirán en nombre de Río Grande. Pero además, la institución sigue apostando a la capacitación constante, con clínicas, clases abiertas y encuentros formativos.
Hace pocas semanas, la escuela fue anfitriona de una delegación chilena encabezada por el maestro Oscar Velásquez, referente internacional que trajo consigo tecnología y conocimientos de alta competencia.
“Oscar viaja por distintos países y siempre trae nuevas herramientas. En esta visita nos ayudó a incorporar la electrónica, a medir impactos, a comprender cómo se marca en competencia. Eso eleva el nivel de nuestros chicos y los prepara para torneos nacionales e internacionales”, explicó Ojeda.
El intercambio con la delegación trasandina, realizado en el gimnasio de Deportes de Combate de Chacra IV, reunió a escuelas de toda la provincia, consolidando a Río Grande como centro de formación y desarrollo del Taekwondo-WT fueguino.
Entre la técnica y la emoción: el camino de los más jóvenes
Cada alumna y alumno que integra la Escuela Municipal de Taekwondo-WT tiene su propia historia. Algunos comenzaron de pequeños, otros llegaron buscando una disciplina que los ayudara a fortalecer el cuerpo y la mente.
Lo cierto es que, dentro del tatami, todos comparten la misma búsqueda: superarse día a día.
Ojeda adelantó que hacia fin de año la institución planea un gran cierre anual, con una jornada que combine demostraciones, exhibiciones y pruebas de destreza, como la tradicional rotura de madera.
“El año pasado participaron más de ochenta alumnos –recordó-, y esta vez queremos que también los más chiquitos se animen. Es importante que sientan la confianza de mostrarse, de participar, de ser parte del grupo”.
En cada palabra del maestro se percibe una convicción profunda: el Taekwondo no se trata solo de ganar medallas, sino de formar personas. Cada niño que se pone el dobok y realiza el saludo inicial está aprendiendo valores que lo acompañarán toda la vida.
El futuro con puertas abiertas para nuevos alumnos y familias
El crecimiento sostenido de la escuela no sería posible sin la apertura hacia la comunidad.
Las clases se dictan de lunes a viernes, en distintos espacios municipales:
Lunes, miércoles y viernes, en el gimnasio Carlos Margalot.
Martes y jueves, en el gimnasio de Deportes de Combate del barrio Chacra IV.
Las inscripciones para el nuevo ciclo se habilitarán a partir de marzo, a través de la página del Municipio de Río Grande. “Todos son bienvenidos -subrayó Ojeda-. Lo importante es que se animen, que den ese primer paso. No importa la edad ni la experiencia: en el Taekwondo siempre hay un lugar para quien quiere aprender”.
El maestro destacó además que, más allá del aspecto competitivo, el objetivo principal es mantener a los chicos dentro de un ambiente sano, educativo y familiar, donde puedan crecer acompañados y contenidos.
Un cierre que deja huella
El aplauso final de la jornada no fue solo para los alumnos que lucieron sus camperas, sino para todos los que hacen posible que la escuela siga adelante: los padres, los maestros, el municipio y, sobre todo, los chicos que entrenan cada semana con el corazón.
En tiempos difíciles, gestos como este recuerdan que la fuerza de una comunidad no se mide en recursos, sino en compromiso y amor compartido.
Cada campera entregada fue, en realidad, una declaración de principios: la confirmación de que en Río Grande el deporte sigue siendo un espacio de encuentro, de crecimiento y de esperanza.
“El Taekwondo nos enseña a levantarnos siempre, a no rendirnos. Y eso mismo lo vemos en cada familia, en cada chico que sigue adelante, más allá de todo”, concluyó Alan Ojeda, con una sonrisa que resumía la emoción de toda la jornada.

