El atleta riograndense Ignacio Schwabe será uno de los representantes de Tierra del Fuego en el Mundial de la Asociación de Powerlifting (APL) que se disputará en la ciudad de Buenos Aires del 30 de octubre al 2 de noviembre. Con una trayectoria marcada por el esfuerzo, la constancia y la pasión por el deporte, Schwabe se ganó su lugar entre los mejores del país en una disciplina que exige tanto fuerza física como mental.
Río Grande.- El deportista fueguino competirá en la categoría de Powerlifting, un deporte que combina tres movimientos fundamentales -sentadilla, press de banca y peso muerto- y en el que cada atleta busca alcanzar la mayor carga posible con técnica, control y concentración. Para Schwabe, esta cita nacional no solo representa una oportunidad deportiva, sino también el fruto de un camino que comenzó hace años, cuando descubrió en el entrenamiento una filosofía de vida.
El largo camino hacia el Nacional
“Esto no se logra de un día para el otro”, expresó Schwabe durante la charla, mientras repasaba los meses de preparación y los desafíos que debió afrontar para llegar a este punto. La clasificación fue el resultado de un proceso de entrenamientos exigentes, competiciones nacionales y una planificación que combinó técnica, nutrición, descanso y acompañamiento profesional.
“Venimos trabajando desde hace mucho, con mucha dedicación. El powerlifting no es solo levantar peso: hay que saber cuándo, cómo y cuánto levantar. El cuerpo tiene sus límites, pero la cabeza es la que define hasta dónde podemos llegar”, explicó el atleta, resaltando el rol del equilibrio mental en un deporte que, aunque individual, requiere un fuerte trabajo en equipo.
Detrás del logro de Schwabe hay un grupo de personas que acompañan cada paso: su entrenador Fabrizio Vartuli, su equipo de preparación, su entorno familiar y también una comunidad que, desde Río Grande, sigue de cerca su evolución y lo considera un ejemplo de constancia y compromiso.
La disciplina como filosofía de vida
El powerlifting, más allá de ser una competencia de fuerza, implica una disciplina diaria. Schwabe lo entiende así desde sus primeros entrenamientos. “La clave está en la rutina, en ser constante. No se trata solo de ir al gimnasio, sino de cuidar cada detalle, desde la alimentación hasta el descanso. La preparación física sin la mental no sirve de nada”, sostuvo.
Esta visión integral es la que lo llevó a mejorar progresivamente su rendimiento, alcanzar marcas personales destacadas y, sobre todo, mantener una relación sana con el deporte. “En esta disciplina aprendés a conocerte, a respetar tus tiempos, a entender que el progreso no siempre es inmediato. A veces hay retrocesos, lesiones o frustraciones, pero todo eso te forma y te hace más fuerte”, agregó.
Orgullo fueguino y compromiso personal
Representar a Tierra del Fuego en un evento de alcance nacional no es una tarea menor. Schwabe siente un profundo orgullo al hacerlo y lo vive como una responsabilidad. “Llevar la bandera de mi provincia a un torneo de este nivel es algo que me llena de emoción. Acá hay mucho talento, mucha gente que entrena con pasión, y ojalá esto sirva para que se conozca más el trabajo que se hace desde el sur”, expresó.
Para el deportista, el hecho de venir desde una provincia alejada de los grandes centros urbanos agrega un valor especial a cada logro. “Entrenar en Tierra del Fuego tiene sus particularidades. A veces las condiciones climáticas no ayudan, pero eso también te forja. Nos acostumbramos a adaptarnos, a no bajar los brazos, y eso se refleja después en la competencia”, explicó.
En su preparación rumbo al Nacional, Ignacio ha contado con el apoyo de instituciones locales, amigos y personas que, sin pertenecer al ambiente deportivo, lo respaldaron con gestos y palabras de aliento. “Ese acompañamiento es fundamental. Saber que hay gente que te apoya, que te sigue, que se alegra con tus logros, te da un impulso extra”, destacó.
La importancia del trabajo en equipo
Aunque el powerlifting es un deporte individual en su ejecución, Schwabe lo define como un esfuerzo colectivo. “Nadie llega solo. Cada levantamiento tiene detrás horas de práctica, correcciones, consejos y apoyo de compañeros. En nuestro gimnasio somos una familia. Si a uno le va bien, es un logro de todos”, subrayó.
Esa visión solidaria se refleja también en su compromiso con la formación de nuevos atletas. Ignacio suele acompañar a jóvenes que se inician en el entrenamiento de fuerza, orientándolos no solo en lo técnico, sino también en los valores que acompañan la práctica. “Siempre trato de transmitir lo que a mí me enseñaron: el respeto, la humildad y la paciencia. Esto no se trata de ser el más fuerte, sino de superarse día a día”, enfatizó.
Buenos Aires, el gran desafío
La competencia nacional en Buenos Aires reunirá a atletas de distintas provincias y categorías, con estándares de muy buen nivel. Schwabe sabe que no será una prueba sencilla, pero llega preparado y con objetivos claros. “El objetivo principal es disfrutar la experiencia, representar de la mejor manera posible a mi provincia y seguir aprendiendo. Los resultados vendrán como consecuencia del trabajo que hicimos”, afirmó.
Durante los días de competencia, los atletas deberán realizar tres intentos por cada movimiento (sentadilla, press de banca y peso muerto), buscando su mejor marca total. Ignacio reconoce la importancia de la concentración y el control emocional en esos momentos decisivos. “Ahí no hay margen de error. Tenés que confiar en tu entrenamiento y dejar todo en la tarima. Esos segundos resumen meses de esfuerzo”, explicó con serenidad.
Inspirar a nuevas generaciones
Uno de los aspectos más valiosos de la trayectoria de Ignacio Schwabe es su influencia positiva en otros deportistas. Su historia de perseverancia y humildad ha inspirado a muchos jóvenes que ven en él un ejemplo de lo que se puede lograr con esfuerzo y pasión.
“Me gustaría que los chicos se animen, que entiendan que desde el lugar donde uno esté se puede crecer. No hace falta vivir en una gran ciudad para destacarse. Lo importante es tener ganas, disciplina y creer en uno mismo”, sostuvo.
Además, Schwabe remarcó el valor social del deporte: “El gimnasio no es solo un lugar para entrenar. Es un espacio donde se generan vínculos, donde se aprenden valores. Muchos encuentran en el deporte una salida, una motivación, y eso es algo que siempre hay que cuidar”.
Un sueño hecho realidad
Mientras se acerca la fecha del Nacional, Ignacio vive con emoción y expectativa cada día de preparación. “Lo disfruto, lo valoro y trato de aprender todo lo que puedo. Haber llegado hasta acá ya es un premio, pero todavía queda mucho por dar”, aseguró.
El viaje a Buenos Aires será el cierre de un proceso y el inicio de una nueva etapa. Sin importar el resultado, Schwabe sabe que su nombre ya quedó ligado a una historia de esfuerzo, compromiso y amor por el deporte fueguino.
“Quiero dejar en alto el nombre de mi ciudad y de toda la gente que me acompañó. Cada levantamiento será por ellos, por todos los que creen que el trabajo y la perseverancia siempre valen la pena”, concluyó.

