El ex ministro de Educación criticó el anteproyecto que circula desde el Gobierno nacional y alertó que la propuesta “diluye la responsabilidad del Estado”. Además, señaló que “promueve la mercantilización de derechos y desconoce la desigualdad estructural del país”. También, analizó el rol de las provincias, el impacto del ajuste en la educación obligatoria, los riesgos del homeschooling y la necesidad de ampliar la escolarización temprana. Asimismo, dejó definiciones sobre el presente y el futuro del peronismo.
Río Grande.- El ex ministro de Educación de la Nación, Nicolás Trotta, analizó en una entrevista con FM La Isla el borrador de la nueva ley educativa que comenzó a circular en los últimos días y que, según trascendidos, ya cuenta con aval del Gobierno de Javier Milei. Aunque el documento no fue difundido oficialmente, sus principales lineamientos encendieron alarmas en distintos sectores del sistema educativo.
Para Trotta, plantear una reforma de estas características “implicaría un retroceso enorme” y responde más a “una maniobra de distracción que a una verdadera voluntad de solucionar los problemas que atraviesa la educación argentina”.
Un borrador que reabre discusiones del siglo XIX
Trotta reconoció que no pudo acceder al proyecto completo, pero aseguró que lo que “trascendió en los medios es suficiente para advertir su orientación, donde quieren poner sobre la mesa debates que la sociedad argentina ya saldó, no en el siglo XXI, sino en el siglo XIX”, sostuvo.
Los puntos filtrados incluyen la incorporación de instancias de educación religiosa extracurricular, la habilitación del homeschooling y la posibilidad de que cada institución defina contenidos según su “orientación”.
Para el exministro, estos planteos rompen con “consensos básicos que se construyeron durante más de un siglo en el país y que fueron reafirmados en la Ley de Educación Nacional”.
Trotta dejó en claro que “no se trata de discutir la presencia de instituciones religiosas, algo que considera legítimo y parte de la tradición argentina, sino de evitar que los contenidos troncales de la educación obligatoria queden librados a la ideología de cada establecimiento o, peor aún, a las posibilidades económicas de cada familia”.
Un proyecto que llega en medio del ajuste más profundo en décadas
Para el exministro, el borrador educativo solo puede entenderse dentro del “contexto más amplio de reducción del rol del Estado que impulsa la gestión Milei”.
En particular, cuestionó la caída del “financiamiento educativo nacional, que durante los momentos de mayor inversión alcanzó el 1,5% del PBI, y que este año difícilmente llegue al 0,7%”.
La mitad del recorte corresponde al “retiro de Nación de la educación obligatoria, lo que se tradujo en la eliminación del Fondo Nacional de Incentivo Docente (FONID), suspendido por primera vez desde su creación, eEn vez de discutir cómo recuperar lo perdido, nos distraen con si se puede o no tener educación religiosa después de hora”, lamentó.
Trotta explicó que este “ajuste no solo afecta directamente a las escuelas, sino que se replica como un espejo en las provincias”.
Durante la gestión de Mauricio Macri, recordó que “la caída del aporte nacional fue del 33%, lo que arrastró una baja promedio del 16% en los presupuestos provinciales, por lo cual cuando Nación se corre de su responsabilidad, las provincias siguen ese camino inevitablemente”, sentenció.
El riesgo de desregular contenidos y habilitar sesgos ideológicos
Uno de los puntos más controversiales del borrador es que permite a cada escuela definir lineamientos curriculares propios.
Para Trotta, la idea rompe la estructura federal y atenta contra la igualdad educativa, dado que “toda la educación argentina, de gestión estatal o privada, es pública. Lo que no puede haber es una ruptura del acuerdo básico de contenidos que se define en el Consejo Federal de Educación”.
La propuesta, afirma, abre la puerta a “sesgos ideológicos que podrían condicionar la formación de los estudiantes, independientemente de la modalidad, presencial u hogareña en la que aprendan”.
Además, alerta que el “fomento del homeschooling es un concepto importado, alejado de las realidades sociales y económicas del país”.
En este marco, sostuvo que “es un copia y pega, es un debate de sectores conservadores de Estados Unidos, no de la Argentina”, ironizó, recordando que incluso en la Ley Bases aparecían términos como “toga”, ajenos al sistema judicial argentino.
Un retroceso en la obligatoriedad y en el combate contra la desigualdad
Trotta expresó su “enorme preocupación” por la idea de eliminar la obligatoriedad de la asistencia escolar, algo que considera “un error gravísimo” en un país con fuertes desigualdades estructurales.
Por el contrario, propuso ampliar la “obligatoriedad a la sala de 3 y priorizar la sala de 2 en zonas vulnerables”.
“La escolarización temprana es clave para enfrentar las desigualdades. Hoy los sectores medios escolarizan en sala de 2, mientras que los sectores populares solo acceden a espacios de cuidado. Eso reproduce desigualdad”.
Para el exministro, el Estado debería garantizar “más y mejor educación inicial, no reducir su alcance”.
La mercantilización de los derechos y el avance hacia un sistema basado en el dinero de cada familia
Trotta fue categórico al referirse a la orientación ideológica del gobierno al sostener que
“la propuesta educativa de Milei se inscribe en una matriz que mercantiliza derechos, parece que cada uno vale lo que tiene en el bolsillo para garantizar su educación”.
Recordó que la Argentina tiene una “de las redes de escuelas estatales más extensas de la región, con provincias donde el 75%, 80% o incluso 90% de la matrícula se encuentra en instituciones públicas, por lo cual, restringir recursos en esas provincias es condenar a miles de chicos al atraso”, alertó.
Sobre los vouchers implementados durante los primeros meses de gestión, sostuvo que “fueron una política de distracción” que no cubría la cuota real de los colegios privados. “No solo eran insuficientes, sino que desviaban recursos del sistema estatal mientras se recortaba en inversión”.
Responsabilidad del Estado y crisis de gestión educativa
Trotta remarcó que el Ministerio de Educación Nacional tiene una función que hoy está abandonada, dado que “el ministro no puede mirar hacia un costado. Debe mediar en los conflictos provinciales, garantizar salarios justos, articular políticas, resolver paros. Si no, no tiene sentido la existencia de un ministerio”.
Recordó que “durante su gestión, en plena pandemia, recorrió todas las provincias al menos tres veces y destrabó conflictos salariales que llevaban años sin resolverse para asegurar el inicio de clases, para él, la ausencia de la Nación explica en parte que haya provincias que en 2024 tuvieron menos de 80 días de clase”.
Una ley que oculta una maniobra de distracción
Trotta insistió en que “muchos de los componentes del borrador, religión, homeschooling, “libertad educativa”, cumplen una función política”, dijo, al tiempo que agregó que “pretenden distraer la discusión de fondo: el escándalo es que se ajustó el presupuesto educativo nacional en un 50%, eso es lo que debería debatir el Congreso”.
El exministro recordó una frase del papa Francisco al señalar que “la desinversión educativa es un suicidio planificado”.
El peronismo ante un escenario de crisis y reconfiguración
Por otro lado, Trotta fue consultado sobre la interna del peronismo y la necesidad de reconstruir liderazgo, para lo cual señaló que “el fracaso de Milei no alcanza para que el justicialismo vuelva a ser alternativa”.
Entendió que “debemos asumir errores, reconectar con la sociedad y construir un programa claro”.
Pidió reglas transparentes para definir “candidaturas y fomentar disputas internas democráticas, teniendo en cuenta que en el peronismo no sobra nadie, hay que convocar a dirigentes, sectores productivos y sociales que hoy no encuentran una alternativa”.
Y advirtió que el desafío que enfrentará quien gobierne desde 2027 será enorme: un país endeudado, con destrucción productiva y graves daños sociales. “Será necesario mucha musculatura política, capacidad de diálogo y entereza”, concluyó.

