“Un gobierno federal debe escuchar la opinión de todas las provincias, les guste o no les guste”

A días del recambio legislativo, persiste la controversia por el pliego de Villaverde, mientras se profundizan las críticas al gobierno nacional por la falta de diálogo con gobernadores y el impacto en la coparticipación. 

Río Grande. -El debate por el pliego de Villaverde vuelve a tensar el escenario político nacional. Según anticipa el senador Pablo Blanco, “los dictámenes que hay, que son únicamente los dictámenes de aprobación de todos los pliegos y el rechazo del pliego de Villaverde, es lo que está para que se trate el día viernes 28, con la conformación del Senado, que son aquellos que siguen a partir del 10 de diciembre quienes ingresan”. Será la nueva integración de la Cámara Alta la que defina si “ratifican lo que hizo la Comisión de Asuntos Constitucionales o aprueban el ingreso de la Senadora”, precisó por Radio Provincia.

Desde su perspectiva, la posibilidad de que el nuevo Senado habilite el acceso de Villaverde resulta inadmisible: “Por lo que uno va viendo por ahí, hay muchas posibilidades de que el Senado nuevo con esta conformación le autorice el ingreso, cosa que me parece que es una barbaridad, pero bueno, es decisión de los senadores”.

El rechazo se reafirma al evaluar los antecedentes de la candidata: “Yo creo, por lo menos bajo mi punto de vista, me parece que es una barbaridad que alguien que está con este tipo de situaciones se le permita el ingreso a una institución del Estado como es el Congreso Nacional”.

Aunque reconoce que “ya forma parte de la Honorable Cámara de Diputados, ya está transitando su segundo año de mandato como diputado”, insiste en que “no debe ingresar, ahora será decisión de los nuevos senadores y los que continúan a partir del 10 de diciembre”.

En paralelo, advierte sobre la creciente preocupación por los recursos previsionales: “El tema de la caja de jubilaciones es preocupante, sobre todo para aquellas provincias que no han transferido su caja, con lo cual ese 15% o más lo están perdiendo mes a mes”. 

Señala además que “este gobierno del momento que asumió no ha transferido un solo centavo, la norma es no transferir a ninguna de las provincias”, y plantea que esta situación “puede estar relacionada a ese tema”.

La falta de respuestas en materia de coparticipación aparece como un síntoma de un problema más amplio: “Si los gobernadores no se ponen como realmente hay que ponerse y entender que marcar la diferencia no quiere decir ser destituyente, me parece que no le va a ir muy bien a las provincias”. A su entender, existe “mucha complicidad, por el silencio de los gobernadores, que reclaman, reclaman, pero en definitiva nunca toman una medida definitoria”.

El clima se tensa aún más tras declaraciones del ministro del Interior respecto a no dialogar con ‘comunistas’. Frente a ello, remarca: “El gobierno nacional tiene obligación de dialogar con todos los gobernadores, piensen como piensen, la obligación del gobierno nacional es gobernar para todos, independientemente cómo piensen”. 

Y agrega que dejar fuera de la mesa a jurisdicciones como la provincia que concentra “prácticamente el 40% de la población de la Argentina” es un error estratégico.

También cuestiona que “está Tierra del Fuego, que es la provincia, más extensa del país y que tiene temas fundamentales de geopolítica”, entre los distritos excluidos de las conversaciones con Nación. Subraya que allí confluyen intereses de “Estados Unidos, Rusia, China” y que resulta inadmisible que se las aparte de decisiones centrales. Aun si sus opiniones no coinciden con la corriente dominante, afirma: “Yo voy a seguir opinando en idéntico sentido, aunque el gobierno siga ganando las elecciones” porque “un gobierno federal debe escuchar la opinión de todas las provincias, les guste o no les guste”.

El dirigente también remarca la necesidad de actuar colectivamente: “Yo creo que en eso debe primar la solidaridad de todos los gobernadores”. Rechaza la idea de gobernadores de “primera” y “segunda”: “Estamos en democracia y cada uno tiene derecho a pensar como realmente lo cree conveniente”. Y concluye defendiendo el intercambio político como mínimo indispensable: “Por lo menos hablar e intercambiar ideas, y después, bueno, se ponen de acuerdo a avanzar, y si no, bueno, cada cual se hará cargo”.

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