La clásica travesía argentino-chilena organizada por el Club Náutico “Ioshlelk Oten” recuperó su ruta pospandemia, sumó récord de participación, fortaleció la integración con Ushuaia y Chile, y dejó nuevos desafíos para 2026, pese a la suspensión preventiva del segundo tramo por fuertes vientos.
Río Grande.- El presidente del Club Náutico “Ioshlelk Oten”, Gabriel Mazza, realizó un balance exhaustivo de la 34ª edición del Raid Náutico Binacional, una de las travesías más emblemáticas de la Patagonia austral, marcada este año por un notable crecimiento en participación y un fuerte espíritu de integración territorial.
Una edición intensa y con sabor “agridulce”
Mazza calificó esta edición con un “sabor medio agridulce”: si bien la organización logró recuperar la ruta tradicional y preparar minuciosamente las ventanas climáticas, el segundo tramo debió suspenderse debido a vientos que complicaron la seguridad del contingente.
“Fue preventivo -explicó-. El primer tramo se extendió mucho más de lo previsto: quienes suelen remar siete u ocho horas estuvieron casi doce. Llegaron bien por la adrenalina, pero sabíamos que al otro día los cuerpos no iban a responder igual”.
Aun así, destacó la excelente devolución de los participantes, incluyendo kayakistas de Buenos Aires, Rosario y un contingente numeroso de Ushuaia, que valoraron el esfuerzo organizativo y la experiencia en el río Grande.
Récord de participación y fuerte presencia ushuaiense
La travesía reunió 43 participantes, entre ellos más de treinta botes y cuatro dobles, superando ampliamente la edición anterior.
Uno de los datos sobresalientes fue la masiva presencia de remeros de Ushuaia, que incluso superaron en número a los locales. Mazza lo atribuyó al vínculo creciente con los clubes de la capital provincial, AFASyN y Shima Waia.
“Para muchos de ellos es un desafío distinto. Están acostumbrados a remar en la bahía, en lugares hermosos, pero esto es otra cosa: muchas horas de esfuerzo, salida desde Chile, cruce binacional… y quedaron fascinados”, relató.
Participación chilena y un vínculo que se afianza
Desde Punta Arenas y Timaukel también dijeron presente kayakistas como Gastón Noria y Lisette, quienes ya manifestaron su intención de volver. El intercambio con la comunidad chilena fue clave y se profundizó con la visita a las autoridades de Timaukel, quienes propusieron que la próxima edición incluya una parada oficial en Pampa Guanaco.
“Nos ofrecieron colaboración total, logística, apoyo. Fue un gesto hermoso y creemos que podemos consolidarlo como parte estable de la travesía”, adelantó Mazza.
Mirada al futuro: regreso al raid completo y nuevas rutas
De cara al 2026 -la 35ª edición- el club analiza volver a los orígenes: recuperar la travesía completa desde Lago Blanco, aunque todavía debe evaluarse su viabilidad logística.
“Nos llevó mucho tiempo y mucho esfuerzo atender a toda la gente. Tenemos un equipo que se deja la piel: Malena, Belén, el Negro Ponce, Natali, Hugo… Todos voluntarios. Si queremos ampliar, hay que dimensionarlo bien”, aclaró.
Otra posibilidad es integrar nuevas rutas turísticas y deportivas, en coordinación con proyectos como la Ruta del Fuego, un corredor binacional que entusiasma por sus posibilidades para kayakistas, trekkers y viajeros en general.
El soporte institucional, clave
El presidente del Club Náutico también subrayó el acompañamiento de diversas instituciones:
* Municipio de Río Grande, especialmente por la disponibilidad del natatorio para prácticas.
* Migraciones, con una “colaboración descomunal”.
* Prefectura Naval, siempre atenta a la seguridad y rápida en la respuesta ante la suspensión del tramo.
* Manejo del Fuego, con asesoramiento técnico.
* Consulado de Chile y autoridades de Timaukel, presentes y comprometidas con el desarrollo del evento.
Un cierre pendiente y un entusiasmo que se renueva
Aunque el cierre formal fue improvisado y anticipado debido a los retornos de participantes a diferentes localidades, el club prevé un evento de reconocimiento más amplio en las próximas semanas.
Más allá de la suspensión parcial, el balance general fue positivo: “Las devoluciones de la gente te dan ganas de seguir apostando”, resumió Mazza.
La 34° edición deja así el camino abierto para una 35° travesía que promete ser histórica, con más presencia regional e internacional, nuevas rutas y una red de cooperación binacional que crece año a año.

