A dos años de su nacimiento formal, el Club y Cooperativa 18 de Diciembre celebra mucho más que un aniversario: festeja la organización colectiva, el deporte como refugio y la convicción de que, aun en contextos difíciles, la comunidad puede construir oportunidades.
Río Grande.- Desde la Margen Sur de esta ciudad y con raíces en la solidaridad, el Club y Cooperativa 18 de Diciembre conmemora su segundo aniversario reafirmando una idea simple y poderosa: el deporte no salva vidas, pero las acompaña y les da sentido.
El 18 de diciembre no es una fecha cualquiera para Rodrigo Teteruk. Es una marca íntima, familiar y, con el tiempo, también colectiva. Ese día nacieron sus dos hijos. Y ese día, hace dos años, comenzó a tomar forma un proyecto que hoy late con fuerza en la zona sur de Río Grande: el Club y Cooperativa 18 de Diciembre.
Teteruk puso en palabras lo que muchos clubes barriales sienten pero pocas veces logran expresar con tanta claridad: “No salvamos la vida, pero la intención es ayudar. Estoy convencido de que ayudando, el mundo sería distinto”. Esa frase resume el espíritu de una cooperativa que nació del trabajo, de la lucha cotidiana y de la necesidad de dar respuestas donde el Estado y el mercado no siempre llegan.
Un club joven, una historia intensa
Aunque su vida institucional es breve, el recorrido del 18 de Diciembre está cargado de hitos. La cooperativa funciona desde hace cinco años y, desde allí, fue ampliando su horizonte: primero el trabajo, luego el fútbol, más tarde la articulación con otras disciplinas y organizaciones. Hace dos años, el club de fútbol empezó a competir oficialmente, incluso en torneos de AFA, con un equipo de Primera División.
El dato no es menor: en su primer año deportivo, el club llegó a disputar una final frente a instituciones con décadas de trayectoria. “Hay que llegar”, dijo Teteruk, y en esa frase se condensa una épica silenciosa: la de los pibes que entrenan, viajan, juegan y representan a un barrio históricamente postergado, poniendo el cuerpo y el corazón.
La mayoría de los jugadores viven en la Margen Sur, una zona atravesada por desigualdades estructurales, pero también por una identidad fuerte, solidaria y resiliente. Allí, el club se volvió punto de encuentro, pertenencia y orgullo.
El deporte como contención
El aniversario del club no será solo un acto simbólico. Será una verdadera jornada comunitaria, pensada para compartir. El próximo jueves 18, entre las 15:00 y las 19:00 horas, en la zona de chacras (Los Sauces 1235), se realizará un festejo al aire libre que incluirá música, mateada, actividades para chicos, inflables, sorteos y una propuesta tan novedosa como significativa: una muestra de boxeo al aire libre.
La actividad se organiza junto a referentes del boxeo fueguino y apunta a llevar el deporte al barrio, a romper barreras geográficas y económicas. “Hay chicos que no pueden pagar un boleto para ir a un gimnasio. Entonces llevamos el boxeo al barrio”, explicaron los organizadores.
No se trata de competencia ni espectáculo comercial. Es exhibición, encuentro y semilla. La posibilidad de que algún chico o chica descubra una vocación, un camino, una disciplina que ordene y contenga.
Institucionalidad y futuro
El Club y Cooperativa 18 de Diciembre cuenta con personalidad jurídica y una comisión directiva conformada por vecinos, familiares y jugadores. Todo se sostiene a pulmón, tocando puertas, gestionando ayudas, articulando con asociaciones, escuelas deportivas y áreas municipales.
Además del fútbol y el acompañamiento al boxeo, el club desarrolla una escuelita gratuita para niños, con una premisa clara: enseñar a compartir, a respetar, a convivir. “Lo hago de corazón, porque lo hicieron conmigo cuando yo era chico. Hoy le estoy devolviendo a la vida lo que me dieron”, explicó Teteruk antes de retirarse a entrenar con los pibes.
Celebrar, aun en tiempos difíciles
En un contexto social y económico complejo, el segundo aniversario del 18 de Diciembre no es un festejo ingenuo. Es un acto de resistencia comunitaria. Una forma de decir que, incluso cuando falta casi todo, la organización, el deporte y la solidaridad siguen siendo herramientas poderosas.
Este jueves no solo se soplarán velitas. Se celebrará algo más profundo: la certeza de que un club puede ser casa, escuela y refugio. Y que, desde un rincón del sur del sur, también se construye futuro.



