El titular del organismo, Óscar Bahamonde, explicó cómo funcionará el nuevo régimen, que apunta a regularizar obligaciones vencidas y sostener la recaudación en un contexto económico adverso. En este sentido, lo presentó como “una herramienta de alivio en un contexto económico restrictivo”. De esta manera, AREF busca recuperar recursos sin asfixiar a comercios y vecinos, mientras la provincia enfrenta un escenario de tensión presupuestaria.
Ushuaia.- En medio de un cierre de año marcado por la tensión fiscal, el debate presupuestario y la incertidumbre sobre los recursos nacionales, el titular de la Agencia de Recaudación Fueguina (AREF), Óscar Bahamonde, salió del plenario de comisiones de la Legislatura provincial para explicar públicamente los alcances de la nueva moratoria impositiva que impulsa el Gobierno fueguino, una herramienta que contempla quitas de hasta el 100% de los intereses acumulados para quienes regularicen sus deudas.
En una entrevista brindada a FM La Isla, Bahamonde detalló los aspectos técnicos del régimen, pero también dejó definiciones políticas claras al marcar que “la moratoria no es sólo un mecanismo recaudatorio, sino una señal de alivio y pragmatismo hacia contribuyentes que atraviesan dificultades financieras en un contexto económico complejo”.
Sesenta días para regularizar deudas
Según explicó el funcionario, la moratoria permitirá “regularizar todas las deudas vencidas hasta el 30 de noviembre, con un plazo de 60 días desde su entrada en vigencia”.
El régimen establece un esquema diferenciado entre “pequeños y grandes contribuyentes, tomando como criterio la base imponible del año anterior, con un umbral fijado en los 2.000 millones de pesos”.
“Los pequeños contribuyentes podrán acceder a planes de pago de hasta 60 cuotas, mientras que los grandes tendrán opciones más acotadas, en línea con la política de segmentación que viene sosteniendo la AREF”, dijo.
El mayor incentivo está puesto en el pago contado, que ofrece una condonación del 100% de los intereses acumulados, un beneficio que el propio Bahamonde destacó como el “núcleo del plan, a partir de allí, la quita disminuye progresivamente según la cantidad de cuotas elegidas, 80% de quita para planes de hasta 12 cuotas, 60% hasta 24, 40% hasta 48 y 20% para el plan más extenso, de 60 cuotas”.
Acceso digital y reglamentación inmediata
Bahamonde explicó que “el acceso a la moratoria estará habilitado una vez que la ley sea promulgada y reglamentada”.
Sostuvo que “el procedimiento será el habitual, a través de la tiquetera digital de trámites de la AREF, los contribuyentes podrán solicitar la adhesión, iniciar el contacto con la agencia y formalizar el plan de pagos”.
El funcionario estimó que la “promulgación podría concretarse en los próximos días, con la reglamentación operativa lista para la semana siguiente, lo que permitiría que el régimen esté plenamente vigente antes de fin de año”.
Antecedentes y expectativa de adhesión
Lejos de improvisar, Bahamonde respaldó la medida con datos concretos de experiencias previas, donde según detalló, las últimas “moratorias impulsadas por la provincia registraron un promedio de mil contribuyentes adheridos, con alrededor de dos mil planes de pago”.
En el caso de la moratoria implementada en 2024, el monto regularizado rondó los “3.500 millones de pesos, de los cuales ya se pagó aproximadamente el 75%, un dato que la AREF utiliza para justificar la efectividad de este tipo de herramientas”.
“El contribuyente que puede, opta por el pago contado, porque es donde obtiene el mayor ahorro”, explicó Bahamonde, aunque reconoció que “muchos eligen planes largos y continúan abonando cuotas de moratorias anteriores, algunas de las cuales aún tienen plazos de hasta 84 meses”.
Superposición de planes y flexibilidad
Consultado sobre la posibilidad de superponer planes, el titular de AREF aclaró que, en general, los “contribuyentes pueden adherir a la nueva moratoria incluso si están pagando planes anteriores, salvo que esos planes se encuentren caducos o que convenga reformularlos por una quita mayor de intereses”.
La explicación dejó en claro que la “agencia mantiene durante todo el año planes de pago permanentes, pero que las moratorias sancionadas por ley representan una oportunidad excepcional por el nivel de condonación de intereses que ofrecen”.
El trasfondo fiscal
Más allá de los detalles técnicos, la intervención de Bahamonde se dio en un contexto político y económico delicado.
Mientras la Legislatura discute el presupuesto y se analizan los posibles impactos de reformas nacionales, como cambios en el impuesto a las Ganancias que podrían afectar la coparticipación, la provincia busca “sostener la recaudación sin asfixiar a los contribuyentes”.
En ese marco, la moratoria aparece como una herramienta de equilibrio que “permite recuperar recursos para el Estado fueguino, pero al mismo tiempo reconoce las dificultades de sectores comerciales, productivos y particulares para cumplir en tiempo y forma con sus obligaciones fiscales”.
Una señal en clave política
La explicación pública de Bahamonde, realizada en paralelo a un plenario legislativo, no fue casual, dado que la moratoria se inscribe en una estrategia más amplia del Gobierno provincial para cerrar el año con previsibilidad, enviar una señal de acompañamiento al contribuyente y evitar que la caída de la actividad económica termine erosionando aún más los ingresos del Estado.
Con la quita total de intereses como principal atractivo, la nueva moratoria de AREF se presenta así no sólo como una medida técnica, sino como una decisión política que busca sostener el vínculo entre el Estado y quienes hoy arrastran deudas en un escenario de alta presión económica.

