El legislador provincial ratificó su voto negativo a la ley que habilita la acuicultura con salmónidos y advirtió sobre los impactos ambientales y económicos a largo plazo. Además, se manifestó en contra del proyecto que propone sumar 13.000 hectáreas al ejido urbano de Ushuaia, al considerar que “no es una decisión planificada ni sustentable”.
Río Grande. -Por Radio Provincia, el legislador Federico Sciurano realizó un extenso análisis sobre dos de los debates más sensibles que atraviesan hoy a la Legislatura fueguina: la aprobación de la ley que habilita la acuicultura, particularmente la cría de salmones, y el proyecto de ampliación del ejido urbano de Ushuaia. En ambos casos, dejó en claro su postura crítica y fundamentó su voto negativo, priorizando una mirada de largo plazo, el respeto institucional y la planificación estratégica.
Sciurano explicó que su posición frente a la ley de salmonicultura no es nueva. “Lo que hice fue mantener un poco lo que he venido diciendo, no desde que estoy en la Legislatura, sino desde que me ha tocado estar en el ámbito público, la mirada que tengo con respecto al ambiente y las decisiones que tenemos que tomar con respecto a eso”, sostuvo.
Si bien remarcó su respeto por las mayorías legislativas, aclaró que su postura quedó claramente expresada en el recinto. “Yo tengo una postura distinta que quedó reflejada en el debate que tuvimos en la Legislatura el otro día y sinceramente espero que ahora las decisiones que se tomen sean decisiones adecuadas y correctas, que no tengan un impacto en la provincia que todos soñamos”, afirmó.
En ese sentido, señaló que será clave observar la etapa posterior a la aprobación de la ley y dijo que “habrá que estar muy atentos para ver cómo sigue ahora la etapa posterior a la aprobación de la ley y ver desde ahí qué nivel de influencia puede generar este tema que ha sido tan debatido”.
El legislador expresó su preocupación por la apertura a inversiones en la zona atlántica y en sectores sensibles. “Mi aspiración sinceramente es que el estatus quo actual se mantenga y que Tierra del Fuego siga siendo una provincia que priorice determinadas facetas”, señaló, al tiempo que reconoció que el argumento central a favor del proyecto estuvo vinculado al empleo.
No obstante, advirtió sobre los riesgos de modificar el perfil productivo de la provincia. “También hay que estar muy atentos a lo que tiene que ver con la preservación de un perfil de actividad económica que ha desarrollado Tierra del Fuego y que por ahí, ante determinadas decisiones, pueda tener un impacto con respecto a esa proyección económica”, sostuvo, mencionando especialmente al turismo como una actividad que debe resguardarse.
Legalidad del dictamen y respeto institucional
Ante los cuestionamientos sobre la legalidad del dictamen que permitió el tratamiento de la ley, Sciurano marcó diferencias con quienes impulsan su judicialización. “Yo no comparto la mirada en cuanto a la legalidad o no del mecanismo que se utilizó”, afirmó, y explicó que el dictamen contaba con la firma de una mayoría de los legisladores presentes en comisión.
“El fin no justifica los medios, pero también yo debo ser respetuoso de las mayorías que la comunidad ha elegido. Porque cuando yo habló con un par en la legislatura, estoy hablando con un representante que el pueblo colocó en el parlamento”, remarcó, y agregó: “Cuando esa representatividad se ve reflejada en un dictamen que tiene una mayoría manifiesta, yo tengo la necesidad de ser respetuoso de las instituciones, más allá de que el resultado no sea el que a mí me hubiera gustado”.
Ampliación del ejido urbano: “No es una decisión planificada”
Por otro lado, Sciurano se refirió al proyecto que propone ampliar el ejido urbano de Ushuaia. Según detalló, el ejido actual “tiene aproximadamente 2.300 hectáreas”, mientras que la iniciativa en debate “incorpora 13.000 hectáreas más, o sea, seis Ushuaias completas más a la situación actual”.
“Esto querría decir que todo lo que conocemos, por ejemplo, de Almanza, pasaría a ser ejido urbano de la ciudad, y todas las personas que hoy viven ahí pasarían a depender del intendente y del Concejo Deliberante de Ushuaia”, explicó.
Desde su experiencia como exintendente, advirtió sobre la complejidad de asumir esa expansión. “A las cosas que hoy Ushuaia debiera resolver habría que sumarle todas las cosas que Almanza tiene que resolver, más toda la zona intermedia”, señaló, y dejó en manos de la ciudadanía sacar conclusiones.
Sciurano cuestionó además que el debate se dé sin el funcionamiento de la comisión especial creada en 2021 para analizar el ejido urbano. “Esa comisión nunca se reunió, razón por la cual son puntos que hay que tener en cuenta cuando se quiere modificar el estatus de una ciudad como la nuestra”, afirmó.
Vivienda, planificación y críticas a las soluciones simplistas
El legislador también se refirió al argumento habitacional utilizado para justificar la ampliación. “Ushuaia hoy tiene capacidad para generar más de 25.000 soluciones habitacionales en zonas que ya existen”, aseguró, y remarcó que el problema central no es la falta de tierra, sino de inversión y planificación.
“Construir ciudad no es solamente abrir una calle, sino tener la capacidad de invertir en servicios”, subrayó, y advirtió sobre el alto costo que implicaría llevar infraestructura a zonas alejadas del ejido actual.
Recordó además experiencias de su gestión, como la urbanización de Andorra y Alakalufes 2, y destacó que fueron posibles gracias a la planificación y a un fondo común de inversión. “Estos son los mecanismos que tenemos que llevar adelante ante la necesidad genuina de personas que hoy aspiran a tener su lugar propio”, indicó.
Voto en contra y mirada a largo plazo
Finalmente, Sciurano adelantó que no acompañará el proyecto de ampliación del ejido urbano. “Un proceso de estas características yo no lo voy a acompañar y lo voy a votar en contra con la fundamentación de lo que acabo de decir”, afirmó.
En el cierre, dejó en claro que sus decisiones no están atravesadas por la coyuntura electoral. “A mí no me da lo mismo lo que nos vaya a pasar en los próximos 20 años y pretendo tomar decisiones que tengan en cuenta no lo que pueda pasar en las elecciones del 2027, sino cuál va a ser la ciudad que vamos a tener cuando nuestros hijos sean grandes”, concluyó.

