Tierra del Fuego se movilizó en defensa de la universidad pública y por el Garrahan

Ayer por la tarde, las calles de Ushuaia y Río Grande volvieron a ser escenario de multitudinarias movilizaciones en defensa de la universidad pública. En el acto central se leyeron duros discursos en defensa de la educación pública y la ciencia nacional. Las marchas y las concentraciones fueron encabezadas en ambas ciudades por la UTN y la UNTDF. La protesta se enmarcó en la jornada nacional que unió a estudiantes, docentes, trabajadores y ciudadanos bajo la consigna de defender la universidad pública, gratuita y de calidad. Gran cantidad de organizaciones gremiales, políticas, sociales y muchos vecinos que concurrieron de manera independiente, festejaron el rechazo a los vetos que había resuelto el presidente Milei para el financiamiento a las universidades y la declaración de emergencia en pediatría. En Río Grande y Ushuaia las marchas contra los vetos presidenciales fueron multitudinarias con columnas universitarias, gremios y distintas organizaciones sociales. 

Río Grande.- Una gran movilización se registró en esta ciudad por parte del sector docente y no docente universitario encabezados por las dos universidades públicas, la Universidad Tecnológica Nacional Facultad Tierra del Fuego (UTN) y la Universidad Nacional Tierra del Fuego (UNTDF), acompañadas por sectores gremiales y sociales.

En Ushuaia se hizo lo propio con multitudinario acompañamiento también.

En la ciudad fueguina del norte la manifestación se concentró en la Plaza de las Américas donde se leyó el documento nacional “El sueño de un país, el grito de una nación” (ver al final de esta nota) y también hubo fuertes discursos contra las políticas de Javier Milei en contra de las universidades, la ciencia y del Hospital Garrahan. 

Cabe remarcar que la convocatoria formó parte de la Marcha Federal Universitaria, que recorrió todo el país tras el veto presidencial a la Ley de Financiamiento Universitario, una medida que generó rechazo en la comunidad educativa y en amplios sectores sociales. Pero también se manifestó un marcado repudio al veto para la declaración de emergencia en pediatría, que afectaba el funcionamiento del hospital Garrahan.

En el caso de la capital provincial, la manifestación se concentró frente a la sede de la UNTDF. En Río Grande, en cambio, confluyeron en la Plaza de las Américas las columnas que partieron desde la sede de la UTN y desde la UNTDF, junto con una gran cantidad de sectores gremiales, políticos, sociales y vecinos que fueron de forma independiente; tal como sucedió en Ushuaia.

Fabio Seleme, presidente de la seccional local de FAGDUT, consultado sobre las características de la marcha, comentó: “estuvimos las dos universidades, pero también estuvieron muchísimos gremios y muchísimas personas de la comunidad también de forma independiente y espontánea. Así que eso la verdad que muestra, una vez más, que la universidad en la Argentina, la universidad pública, es un valor y un tesoro propio de nuestra historia, de toda la comunidad, aún de aquellos que no han pasado por la universidad o que ni siquiera tuvieron un hijo en la universidad”.

En ese mismo sentido, señaló que “la ven como una institución que genera esperanza y futuro para toda la sociedad. Me parece que esas manifestaciones, en ese punto tienen que llevar a la universidad a hacer su autocrítica, porque si hay una autocrítica que tiene que hacerse la universidad es justamente no haber estado a veces a la altura de esa expectativa de la comunidad y de la sociedad. Y uno lo ve con muchos profesionales salidos de la universidad pública, hoy votando en contra de la universidad pública en el parlamento”, advirtió Seleme, cuestionando después el rol que están teniendo los diputados nacionales Santiago Pauli y Ricardo Garramuño, en el parlamento.

Por su parte Andrea Ozamiz, secretaria General de la AFUDI, dijo que están “muy agradecidos por el apoyo de la sociedad, en su conjunto. Esto es claramente una muestra más de que el pueblo argentino ha decidido que la universidad es un valor, es un derecho conquistado que no va a ceder, pero entendemos que esta lucha se da en el marco de un plan de gobierno acompañado con una represión brutal sobre los trabajadores y las trabajadoras, las personas con discapacidad, los jubilados”.

“La universidad, es un espacio más dentro de los cuales el pueblo está sufriendo el ajuste y las políticas de destrucción de un Estado, pero de un Estado en particular. Un Estado social de derecho, mientras el Estado está presente favoreciendo a los sectores más concentrados de la economía y obedeciendo las recetas del FMI”, mencionó. 

Agregando que “los vetos han sido rechazados, porque el Congreso ha entendido, ha interpretado, la voluntad popular. Creo que el pueblo con su lucha en las calles, pero también con su voto en las urnas, sobre todo podemos tener en cuenta lo que ocurrió en la Provincia de Buenos Aires hace pocos días, en la elección pasada, está definiendo un cambio de rumbo, está decidido a no soportar un ajuste injusto porque hay que empezar a desmitificar la idea de que no hay plata. Plata hay, la plata se destina a otras cosas, se destina a enriquecer a algunos sectores. Hay una transferencia de los recursos a los sectores económicos concentrados y la decisión de empobrecer a los trabajadores y a las trabajadoras”, denunció.

Finalmente, Mariel Balderramas, secretaria General de la ADUF, señaló que “estamos muy contentos, primero por cómo se sumaron todos los gremios acompañando a la marcha federal, y mucho más contentos porque se rechazó el veto de las dos, tanto el de la ley de financiamiento como la de emergencia pediátrica, así que estamos muy contentos con eso”, indicó. 

“Muchos sectores se han sumado, la presión social se comprende, hoy se podría decir que, en la sociedad, no solo en la comunidad estudiantil, la lucha se está viviendo. Yo creo que esto ha sido un golpe también para el gobierno, ver toda la presencia en las calles de la gente en todo el país, así que ha sido muy importante la convocatoria y el acompañamiento de toda la comunidad”, remató la dirigente gremial. 

 

“Los diputados Garramuño y Pauli le dieron la espalda a los fueguinos”

 

El presidente del Centro de Estudiantes de la UTN fueguina, Julio Lozano, fue contundente: “El Gobierno Nacional lleva dos años reconduciendo el presupuesto universitario 2023, lo que se traduce en un recorte del 35% en salarios docentes y no docentes, y un 30% en becas estudiantiles. La ley vetada por Milei no significaba un privilegio, era apenas la actualización del presupuesto. Su impacto real equivale al 0,14% del PBI, pero es vital para sostener la universidad pública”.

En ese marco, Lozano cuestionó la postura de dos representantes fueguinos en el Congreso: “No podemos dejar de señalar la profunda contradicción de quienes deberían defender a nuestra provincia. Los diputados Garramuño y Pauli votaron a favor del veto presidencial, dándole la espalda a miles de estudiantes y trabajadores fueguinos”.

Finalmente, cerró con un mensaje de unidad: “Hoy todas las universidades del país marchamos unidas, porque defender la universidad pública es defender la democracia, la soberanía y el derecho de las próximas generaciones”.

 

El sueño de un país, el grito de una nación

 

En todo el país, la Argentina vuelve a levantar su voz en defensa de las causas justas. Discapacidad, el Garrahan y la salud pública, nuestros jubilados y jubiladas, las Universidades públicas y el sistema científico. Se sintetizan en este reclamo colectivo y multitudinario, las cosas importantes que debemos cuidar y definen una Nación; quienes más nos necesitan, las instituciones que nos dan prestigio en el mundo entero, las que todos los días producen lo que le transforma la vida a nuestra gente.

Frente a la falta de respuesta y sensibilidad, la negación al diálogo, la difamación y los agravios; y la profundización del ajuste y el desfinanciamiento, salimos a la calle por tercera vez para pedirle al gobierno del presidente Javier Milei que cese en el hostigamiento, y a nuestros legisladores, representantes del pueblo de la Nación en el Congreso, que por favor no abandonen ni dejen morir a la salud y la universidad pública, a la ciencia nacional, que cuiden a nuestros mayores y a los más jóvenes.

Somos millones de personas que todos los días asistimos a nuestras universidades en busca de una vida mejor y de un país mejor, y son ustedes, nuestros representantes en el congreso, quienes tienen en sus manos la decisión para sostener la educación superior y el sistema científico. Estamos acá para pedirles que actúen con memoria.

Sabemos que muchos de ustedes son graduados de la universidad pública argentina y les pedimos que cuando tomen la decisión, hoy frente al veto y en el debate presupuestario en adelante, lo hagan como dignos hijos de nuestra Universidad, garantizando que las generaciones del presente y las que vengan, tengan las mismas posibilidades que ustedes tuvieron.

Advertimos responsablemente y con vehemencia desde hace dos años la gravedad de la situación porque no queríamos llegar a este punto, pero lo cierto es que la crisis de FINANCIAMIENTO parece no tener fin y si no se revierte a tiempo, será terminal.

Todo se ha agravado.

La pérdida presupuestaria en términos reales está por encima del 30 por ciento y cada mes se pronuncia más.

Ninguna novedad después de dos años respecto de 90 obras de infraestructura paralizadas y sin financiamiento.

La crisis salarial y de condiciones laborales que padecen quienes trabajan como docentes y nodocentes no tiene precedentes: la gran mayoría está con salarios por debajo de la línea de la pobreza y la experiencia que nos atraviesa es la de angustia de no llegar a fin de mes, el pluriempleo y la pérdida de recursos humanos muy valiosos.

La clase trabajadora en su conjunto está padeciendo estas políticas de ajuste, de destrucción del Estado y de sus capacidades para garantizar derechos y bienestar social.

La política de reducción salarial que el gobierno nacional aplica sobre el sector público afectó de manera particular y feroz al sector universitario. El propio gobierno reconoce en el decreto del veto que hay más de 110 % de diferencia negativa entre inflación e incrementos salariales y aún así niega las paritarias. La recuperación salarial exige más del 40% de incremento sobre el último mes.

Este ajuste deteriora las jubilaciones y también la salud de quienes trabajan en las universidades públicas por el desfinanciamiento de las obras sociales o los departamentos de salud. Hacer el trabajo propio de la actividad universitaria – docencia, investigación, extensión, administración y gestión – no sólo requiere presupuesto si no salarios acordes porque con vocación no alcanza. Este deterioro del salario, nunca antes visto con esta magnitud, afecta la calidad y excelencia académica.

Igual crisis atraviesa el sistema científico, sin respuesta alguna del gobierno nacional. La paralización de la Agencia I+D+i —principal organismo de promoción de la investigación, la generación de conocimiento y la innovación productiva— dejó sin recursos a miles de grupos de trabajo. Esta interrupción afectó la continuidad de proyectos, la apertura de nuevas líneas, la formación de jóvenes investigadores y la vinculación internacional.

A ello se suma la drástica reducción en el ingreso a la carrera de investigador del CONICET y la ausencia de llamados en los últimos dos años que limita la incorporación de nuevas generaciones y precariza trayectorias sostenidas con becas sin horizonte de estabilidad. El desaliento de vocaciones y la “fuga de cerebros” comprometen la soberanía científica y tecnológica, debilitando además los aportes hacia el sector productivo.

El panorama se profundiza con la falta de inversión en infraestructura y equipamiento, la interrupción de programas estratégicos y el ataque a organismos como el INTA, el INTI o el BNDG, hoy sometidas a un desfinanciamiento similar al de las universidades.

Ciencia es Universidad, nuestras casas de estudio representan más del 60% de la investigación y forman a quienes constituyen la base del desarrollo nacional. El ajuste que sufren universidades y organismos de ciencia y tecnología no solo compromete el presente, sino que concreta una pérdida estructural de capacidades que llevará años recomponer si no se revierte de inmediato.

Los problemas que enfrentan estudiantes de todo el país se agravan día a día y tampoco hay respuestas. No se actualizan las becas universitarias, se profundizan las restricciones en todos los programas de asistencia con requisitos cada vez más excluyentes que dejan a miles de estudiantes afuera, y no hay una sola política universitaria de la Nación orientada a fortalecer el ingreso, la permanencia y el egreso. En un contexto económico como el que atraviesa la Argentina, estas cosas son muchas veces definitorias para que alguien pueda continuar con sus estudios y la triste realidad es que sin asistencia ni compromiso de la Nación, estudiantes de todo el país

son forzados a abandonar sus carreras. Exigimos actualizar becas conforme la inflación, establecer requisitos serios pero no excluyentes, diversificar programas y convocatorias, garantizar un boleto educativo federal y poner en el centro de todos los esfuerzos a nuestras y nuestros estudiantes, razón de ser del sistema universitario.

El veto del Presidente Milei a la ley de financiamiento representa un nuevo ataque al derecho a la educación, a la soberanía, a la justicia social y al futuro de la juventud. Una ley responsable fiscalmente que resuelve los problemas más urgentes. Una ley a favor de todos que hoy depende para su vigencia de la voluntad del Congreso.

Queremos decirlo con claridad: No hay posibilidad de garantizar el desarrollo normal de nuestras actividades sin ley de financiamiento, del mismo modo que no hay futuro para la Universidad pública sin un presupuesto razonable y aprobado por el Congreso para el 2026.

Exigimos a diputadas y diputados que rechacen el veto que clausura el sueño de miles de compatriotas. Sin presupuesto no hay universidad ni ciencia y sin ciencia ni universidad no hay futuro. Agradecemos a la sociedad argentina otra muestra extraordinaria y conmovedora de solidaridad con su Universidad pública, de compromiso con las causas justas.

Todas y todos somos la Universidad pública argentina. Hijos e hijas de una patria que supo construir aquí lo que no se pudo en ninguna otra parte del mundo. Un instrumento de movilidad social ascendente extraordinario, el lugar que aloja la esperanza y hace posible los sueños de miles de jóvenes. Es la educación pública que iguala y nos hace libres. Es el conocimiento y la ciencia que permite alumbrar el desarrollo. Y para un digno hijo de una institución con esa historia, cualquier cosa está permitida excepto no defenderla. Para que las generaciones por venir puedan soñar con un futuro mejor y mas justo. Para que la Argentina que nos merecemos sea posible.

¡Universidad pública siempre!

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