Miles de vecinos visitaron la muestra de la Aviación Naval en Río Grande

La Base Aeronaval de Río Grande ‘Pioneros Aeronavales en el Polo Sur’ abrió sus puertas a la comunidad con una jornada que convocó a miles de fueguinos. Niños, familias y veteranos compartieron un día de música, juegos y emoción junto a los hombres y mujeres de la Armada Argentina, en el marco de los ejercicios de adiestramiento en zona fría de la Aviación Naval.

Río Grande.- Este viernes a la tarde miles de vecinos se acercaron a la explanada del Hangar de la Base Aeronaval Río Grande ‘Pioneros Aeronavales en el Polo Sur’ para apreciar las aeronaves que están participando de un adiestramiento de las tripulaciones en técnicas de vuelo en zona fría, fortalecer la integración con las unidades del Área Naval Austral y consolidar la presencia aeronaval en el sur del país, en una tarea que involucra también a las unidades de Infantería de Marina de Río Grande y Ushuaia. El evento contó con actividades de tirolesa para niños dentro del hangar como así también distintos juegos y muestras. La Banda de Música de la ANAU, amenizó la tarde con marchas militares y con temas del repertorio popular. 

El evento, que combinó actividades lúdicas, demostraciones técnicas y momentos musicales, fue también una oportunidad para reforzar el vínculo entre la comunidad riograndense y una institución profundamente ligada a la historia y la identidad de la ciudad. Dentro del hangar, los más pequeños disfrutaron de la tirolesa, juegos interactivos y espacios de exposición, mientras que en el exterior la Banda de Música del Área Naval Austral (ANAU) interpretó marchas militares y temas populares, en un ambiente festivo y familiar.

Participaron del operativo unidades de la Escuela de Aviación Naval, con sus aeronaves T-34 Turbo Mentor, utilizadas para la instrucción final de los futuros aviadores; y de la Segunda Escuadrilla Aeronaval de Helicópteros, con los H-3 Sea King, que se preparan para integrar la próxima Campaña Antártica de Verano a bordo del rompehielos ARA Almirante Irízar. También se sumaron aeronaves C-12 Hurón de vigilancia marítima y medios de apoyo logístico y sanitario, como asimismo, S2T Turbo Tracker, adiestrándose en tácticas con las unidades de superficie.

 

“Una oportunidad para abrirnos a la comunidad”

 

El contraalmirante Román Olivero, comandante de la Aviación Naval de la República Argentina, encabezó la jornada y destacó la importancia de acercar la labor de las Fuerzas Armadas a la sociedad.

“Les agradezco a todos por acompañarnos. Este es un día especial porque abrimos las puertas de nuestra unidad para que la comunidad pueda conocer nuestra actividad. Es fundamental que los cuarteles se abran a la comunidad a la que las Fuerzas Armadas se deben, custodian y protegen. Esta es la mejor forma de integrar nuestras tareas con la población y mostrar cuál es el estado de preparación de quienes los cuidan”, señaló Olivero.

El comandante explicó que la Aviación Naval constituye el componente aéreo del poder naval argentino, con presencia desde Punta Indio, en el Río de la Plata, hasta Tierra del Fuego. En este despliegue, las unidades realizan maniobras conjuntas con la Infantería de Marina y con las unidades de superficie que tienen apostadero en la Base Naval Ushuaia.

“Este tipo de ejercicios de adiestramiento integran todas las unidades de la Aviación Naval a lo largo del litoral marítimo y nos permiten consolidar nuestra capacidad operativa en una región estratégica. Para nosotros estar aquí presentes es una cuestión de Estado”, afirmó.

 

El despliegue y sus objetivos

 

Por su parte, el capitán de navío Mariano Rivolta, comandante de despliegue del operativo y jefe de la Base Aeronaval Punta Indio, brindó detalles técnicos sobre las aeronaves presentes y sus misiones específicas.

“Nos hemos desplegado con los medios que tiene la Aviación Naval y que cumplen funciones diversas. El helicóptero Sea King H3 se adiestra durante todo el año para operar con los distintos componentes de la Armada y se prepara especialmente para la campaña antártica. Puede transportar cerca de 2.800 kilos de carga, entre alimentos y personal, a las distintas bases de la Antártida”, explicó.

Rivolta agregó que las aeronaves B-200 cumplen tareas de transporte logístico y evacuación sanitaria, mientras que los aviones S-2T Turbo Tracker realizan operaciones antisubmarinas y de control del mar argentino.

“Desplegarnos todos juntos nos permite cerrar el ciclo anual de adiestramiento e integrarnos con las unidades de superficie y la Infantería de Marina del Área Naval Austral”, señaló.

 

La base y la ciudad, un mismo destino

 

El capitán de fragata Alejandro Arroyo, jefe de la Base Aeronaval Río Grande, subrayó el vínculo histórico y afectivo entre la institución y la comunidad local.

“Esta base tiene más de 75 años en la ciudad. Fue pionera en establecer comunicación aérea con el norte y con la Antártida. Para nosotros es un orgullo abrir las puertas, mostrar las aeronaves y al personal que trabaja cada día”, dijo.

Arroyo recordó que la relación con la población riograndense se profundizó tras la Guerra de Malvinas, cuando desde esta base partieron muchos de los vuelos que marcaron la historia reciente del país.

“Los habitantes de Río Grande tienen un cariño enorme por esta base, sobre todo porque muchos compatriotas que salieron de aquí no regresaron. Algunos quedaron custodiando nuestras islas en el Atlántico Sur. Por eso cada vez que abrimos las puertas sentimos que reencontramos una parte de esa memoria compartida”, expresó emocionado.

 

La música del sur

 

El cierre de la jornada estuvo a cargo de la Banda de Música del Área Naval Austral, dirigida por el suboficial mayor músico Luis González, quien destacó el significado de poder acompañar estos eventos en la provincia.

“Vinimos desde Ushuaia a traer un poco de música a esta ciudad. Siempre participamos de actos patrios y eventos especiales, y hoy es una alegría enorme poder compartir este ‘Open Day’ con tanta gente”, comentó.

La banda, con más de sesenta años de historia, cuenta con 27 integrantes entre instrumentos de viento, bronces, maderas y percusión, y hoy está compuesta casi en partes iguales por hombres y mujeres.

“Esta vez vinimos con un grupo reducido de 17 músicos por cuestiones de transporte, pero la emoción es la misma. Somos parte de este vínculo entre la Armada y la comunidad”, agregó González.

 

Un día para recordar

 

Durante toda la tarde, cientos de familias recorrieron la explanada del hangar, se fotografiaron junto a las aeronaves y dialogaron con pilotos, mecánicos y marinos. La presencia de los helicópteros Sea King, los aviones Turbo Mentor, S-2 Tracker y Hurón, junto al despliegue de personal uniformado y las notas de la banda, convirtieron la base en una verdadera fiesta popular.

Entre los visitantes se mezclaban excombatientes, jóvenes estudiantes de escuelas técnicas y vecinos que alguna vez habían trabajado en la base. “Es emocionante volver a verla abierta, sentir el rugido de los motores y el orgullo de ver nuestra bandera en el aire”, dijo una vecina con lágrimas en los ojos.

Con un cielo despejado y el viento constante del Atlántico Sur, la jornada concluyó al caer la tarde con un aplauso generalizado. Las puertas se cerraron lentamente, pero el eco de los motores y las marchas militares quedó flotando en el aire fueguino, como símbolo de una presencia que, más allá del tiempo, sigue uniendo a la ciudad con el mar y el cielo del sur.

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