“La temporada de pesca arranca el primero de noviembre en toda la provincia”

El director de Recursos Ícticos Continentales, Carmelo Sánchez, explicó que actualmente se lleva adelante una prueba piloto en los ríos fueguinos con el objetivo de recabar información técnica y biológica junto a especialistas del CADIC para analizar la dinámica de las especies y su comportamiento en esta época del año, pero aclaró que la temporada oficial de pesca deportiva comenzará el primero de noviembre.  

Río Grande. – El Gobierno de Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur convocó a pescadores locales a participar de una prueba piloto en un tramo del Río Grande, que se desarrolla desde el 18 hasta el 31 de octubre, con el objetivo de relevar información técnica y biológica que permita evaluar la posibilidad de adelantar el inicio de la temporada de pesca en los próximos años. 

El director de Recursos Ícticos Continentales, Carmelo Sánchez, explicó en diálogo con FM del Pueblo que esta experiencia, detalló que “se está llevando una prueba piloto, esto no significa que arrancó la temporada. Lo que se está realizando ahora hasta el 31 de octubre, inclusive, es una prueba piloto para monitorear qué es lo que está sucediendo en el río en estas fechas, para luego hacer un examen con el CADIC y ver si existe la posibilidad de adelantar la temporada o no, dependiendo de las capturas que se hagan”.

 

Conciencia y buenas prácticas en la pesca

 

El funcionario destacó el creciente compromiso de los pescadores fueguinos en materia de cuidado ambiental y prácticas responsables.

“Hoy los clubes y asociaciones de pesca están muy involucrados en la concientización. Hace poco participé en una charla en Ushuaia donde un pescador brindó una capacitación sobre cómo devolver los peces de manera correcta. Aunque muchos devuelvan las piezas, si no lo hacen con buenas prácticas, los peces terminan muriendo igual”, advirtió.

Sánchez resaltó que este tipo de iniciativas ayudan a reducir la mortandad de peces y fortalecer la cultura del cuidado del recurso. “Cada año hay más pescadores y más presión sobre los cuerpos de agua. Por eso, la buena devolución y el respeto por las normas son esenciales para sostener el equilibrio del ecosistema”, añadió.

Una temporada con mirada científica y sostenibilidad

 

Sánchez explicó que la temporada se extenderá desde el 1° de noviembre hasta el 31 de mayo inclusive, con cierre anticipado en algunos sectores del río grande y sus afluentes. “En esa época vamos a estar trabajando con los biólogos para estudiar las especies y ver si se puede atrasar o adelantar. Se va a comparar con un estudio que se realizó hace 10 años”, indicó. Según explicó el director, este ajuste responde a criterios biológicos vinculados con el ciclo reproductivo de las truchas.

Durante la entrevista, Sánchez también se refirió al ingreso de salmones al Río Grande, una especie que despierta interés entre los pescadores deportivos por su porte y potencia.

“El salmón tiene un comportamiento distinto al de la trucha. Ingresa al río exclusivamente para desovar, no se alimenta y su estómago incluso se atrofia. Luego de cumplir ese ciclo, muere, y su descomposición alimenta a los alevinos o juveniles de la misma especie”, explicó.

Esta dinámica, señaló el funcionario, es clave para comprender el equilibrio natural del río y la necesidad de abordar el manejo de las especies con base científica.

“Queremos acercar esta información a la sociedad y a los pescadores para derribar mitos y mejorar el conocimiento sobre el ecosistema. Todo lo que se investigue en esta prueba piloto permitirá tomar decisiones futuras con responsabilidad”, subrayó.

 

Educación, control y futuro del recurso

 

Desde la Dirección de Recursos Ícticos Continentales, se planifican además charlas abiertas y acciones educativas dirigidas tanto a pescadores como a la comunidad.

“Estamos organizando encuentros con el cuerpo de biólogos para que la gente aprenda a diferenciar entre una trucha y un salmón. Esa identificación es fundamental, porque una mala clasificación puede derivar en infracciones o afectar el equilibrio del río”, puntualizó Sánchez.

Por el momento, la pesca en el Río Grande continúa bajo la modalidad de devolución obligatoria, tanto para truchas como para salmones. En caso de que los estudios determinen la posibilidad de habilitar la extracción del salmón, se hará bajo parámetros científicos y con un propósito de manejo ambiental.

“No buscamos fomentar la extracción indiscriminada, sino comprender si la especie puede arraigarse y cuál sería su impacto en el ecosistema local”, concluyó el funcionario.

En relación a las especies presentes en los cursos de agua, aclaró que no se registraron grandes variaciones en las capturas y remarcó las diferencias biológicas entre los salmones y las truchas. “En el último registro de capturas no ha habido diferencias. No es fácil pescar un salmón, además tiene una capacidad distinta a la de la trucha. Todo salmón que ingresa al río grande va a desovar, no se alimenta en el río porque ya tiene el estómago atrofiado. Se han encontrado salmones que se van descomponiendo en vida. Al desovar mueren”, explicó.

Por último, Sánchez subrayó la importancia de derribar mitos en torno a la fauna íctica local y reforzó la práctica de pesca y devolución obligatoria. “Queremos derribar algunos mitos que hay y hoy contamos con los profesionales para poder hacerlo. En el río grande es pesca y devolución de todas las especies”, concluyó.

 

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