Luis Schreiber, integrante de la Cámara de Comercio y referente de la Cámara de Almaceneros, advirtió que el panorama económico de Tierra del Fuego se agrava con despidos, caída del consumo y endeudamiento creciente.
Río Grande. -“Es cruel pero está pasando, ya lo veníamos expresando y cada vez es peor porque ahora se van a empezar a notar los despidos de las textiles y en Ushuaia los de Newsan, y esto se va agravando. No es porque uno sea profeta sino porque uno ya lo vivió, la famosa época de Menem es casi igual, cada vez más desempleo hasta que la gente no aguanta más. Vamos camino a eso”, expresó por FM del Pueblo, Luis Schreiber.
Para el referente del sector, la situación actual muestra una presión creciente “del poder financiero”, con un sistema comercial “cada vez más ahogado”.
Schreiber trazó una comparación con los años noventa: “En esa época estábamos con el 1 a 1, pero trabajar con tarjeta significaba el 10% de descuento, que después llegó Néstor Kirchner y la bajó a menos de la mitad. Hoy nadie presta atención, pero antes de la pandemia trabajábamos con un 30% de tarjetas, débito, crédito y alguna billetera virtual; a hoy que el 95% de las compras son por billetera virtual y tarjeta, y lo que te descuentan es lo mismo o más. Por acelerarte el pago, es más”. Según explicó, el sistema financiero “pasó de tener 8 millones de personas usando medios electrónicos a 28 millones, y nunca se nos hizo un descuento, al contrario, cada vez que se complica más y más nos ahorcan”.
El dirigente destacó que, a pedido del sector, “hay tres pagos sin interés con la tarjeta de Tierra del Fuego”. Sin embargo, advirtió que “aunque es una herramienta válida, también es peligrosa, porque esto nos lleva a empeñarnos cada vez más”.
En cuanto al ánimo social, Schreiber describió un clima generalizado de angustia: “Hay una pesadez detrás que no podemos dejar de percibir, uno anda con buena onda, pero sabemos que no estamos bien y eso pasa en general. Los comercios estamos más endeudados con los mayoristas, y estimo que los mayoristas están complicados con los proveedores”.
La falta de obra pública y de inversión industrial profundiza el panorama negativo. “Todo repercute en la economía de la ciudad, no le vemos una esperanza de que podamos salir adelante. No vemos que se asienten industrias nuevas o se creen nuevos puestos laborales”, lamentó.
Consultado sobre la flexibilización laboral, Schreiber fue contundente: “Cuando uno anda bien no piensa en eso. Lo pensamos porque realmente estamos mal. No lo veo como algo bueno, porque es como ver qué remedio tomar para la enfermedad, pero lo importante es estar sano”.
También se refirió a los aumentos en alimentos, combustibles y servicios: “Comparar la inflación con todo lo que está ocurriendo es difícil, porque muchos dicen que bajaron los precios, pero no, no los bajan, están rematando los alimentos porque se vencen. Las cosas que no se vencen están con precios altos, incluso en dólares. Tenemos algo ilógico: la comida está alta en dólares, no se entiende”. Según analizó, “toda la producción está a la baja y cada vez achicamos más las ganancias, pero va a llegar un día en que no nos vamos a poder achicar más. Cuando te suben los costos, uno pone más margen para cubrirlos, pero la realidad es que ya no podemos”.
Para Schreiber, la raíz del problema no está en los impuestos, sino en la falta de trabajo: “Conozco mucha gente que directamente no está pagando los impuestos. Los pueden bajar todo lo que quieran, pero hoy ya no los están pagando. No es la solución al problema, el problema está por otro lado, porque cuando tenemos trabajo, la economía marcha y podemos pagar todo. Hoy es una agonía lo que está pasando en el comercio, que se está alargando, pero no sabemos hasta cuándo”.
