El secretario general de ATE, Carlos Córdoba, cuestionó la suspensión reiterada de las paritarias y denunció la falta de respuestas del gobierno provincial ante la crisis salarial. Con un tono encendido, habló del hartazgo de los trabajadores, la precarización en el Estado y la desconexión política de una gestión que, según dijo, “prefiere farrear millones en una Constituyente antes que asistir a las familias que no llegan a fin de mes”.
Ushuaia.- Córdoba en dialogo con FM Master’s explicó que el reclamo central pasa por la falta de actualización salarial y por la precariedad económica que atraviesan cientos de trabajadores estatales.
“Nos deben varios meses y la oferta del dos por ciento es una burla. Mientras tanto, las mamás solas, las que sostienen a su familia, lloran porque no les alcanza ni para el alquiler”, expresó.
El dirigente señaló que los sueldos más bajos del escalafón estatal rondan los $750.000, mientras que los alquileres promedian entre $600.000 y $1.500.000, una ecuación que dijo “hace imposible vivir con dignidad”.
“Hay plata, pero se gasta mal”
Córdoba cuestionó la gestión de los recursos provinciales, apuntando directamente al gobernador y a su gabinete y en este sentido denunció que “tienen cinco mil millones para una Constituyente, pero no para un aumento general. ¿Qué mensaje le damos a los trabajadores?”, planteó.
El dirigente fue más allá al señalar que “el gobernador quiere mostrarse en Buenos Aires gestionando, sacándose fotos, pero acá la gente no llega a fin de mes, si administrara como en su casa, sabría que hay que ajustar los gastos y priorizar lo esencial como lo son los salarios y la vida de las familias”.
También cuestionó el destino de fondos provinciales, mencionando “los millones que se fueron en obras inconclusas, rutas que no se hicieron y el laboratorio del Fin del Mundo que nadie sabe para qué sirve”.
Críticas al poder político y a la falta de gestión
Córdoba cargó con dureza contra la clase política fueguina, a la que acusó de haberse desconectado de la realidad social y en este sentido dijo que “el pueblo eligió a un gobernador para que gestione, no para que se quede sentado. Tienen asesores, secretarios y legisladores que viven bien, comen todos los días y no ven cómo vive el empleado del Estado que limpia, enseña o mantiene los hospitales”.
Para el dirigente, el discurso oficial de la “gestión se transformó en una fachada que esconde desidia y comodidad”.
“El gobernador debería embarrarse los pies, recorrer los barrios, ver cómo vive la gente sin luz, sin agua, sin gas. No hay comprensión de lo que pasa abajo”, disparó.
Entre la bronca y la autocrítica
En un tono autocrítico, Córdoba también habló de la pasividad de parte de los trabajadores estatales y al respecto expuso que “el gobierno se ríe porque mira por la ventana y ve siempre a los mismos, dice ‘son los de siempre que hacen quilombo’, por eso necesitamos que todos salgan, que entiendan que los derechos se conquistan en la calle”, reclamó.
Consultado sobre la posibilidad de medidas de fuerza, aclaró que no habrá paro por ahora, sino “quites de colaboración, reuniones informativas y aplicación de la ley 19.587 sobre condiciones de trabajo”, remarcando que “es el Estado el que está en falta, no los trabajadores”.
También admitió que existe miedo entre los empleados públicos a sufrir descuentos o represalias, pero insistió que “si no nos movemos, seguimos perdiendo, no podemos seguir esperando que de la galera del gobernador salga el aumento que corresponda”.
Una radiografía del Estado fueguino
Córdoba describió una situación que calificó de “explotación encubierta”, con más de 400 trabajadores precarizados en el sistema educativo y la incorporación irregular de personal “traído desde Buenos Aires” a la planta permanente.
“Tenemos gente explotada, compañeros que dejan todo y no tienen estabilidad. Mientras tanto, otros entran por la ventana con sueldos de privilegio. ¿Dónde está la justicia laboral?”, cuestionó.
Denunció además que “el gobierno destruyó los convenios colectivos, los concursos y las carreras administrativas”, transformando el Estado en un “sistema de favores y lealtades”.
En este marco, recordó que “hace treinta años hablamos de convenio colectivo, pero los únicos que avanzan son los que se sientan cerca del poder”, lamentó.
“El Estado está en falta, no el trabajador”
Córdoba cerró la entrevista con un mensaje que combinó bronca y esperanza al indicar que
“queremos que el gobierno se ponga los pantalones largos y diga la verdad. Que reconozca que el problema no es la plata, sino las prioridades. Cuando en una casa entran diez pesos, se vive con diez pesos; no se puede gastar en lujos mientras falta para comer”.
Y volvió sobre la idea de equidad y solidaridad, señalando que “si alguien cobra catorce millones en el Tribunal de Cuentas, que reparta un poco con los que no llegan. Sería un gesto de humanidad, no de política porque al final, cuando te morís, no te llevás nada”.
Por último, dijo que “tenemos que volver a creer en la lucha colectiva. El Estado no puede seguir fallando y el pueblo no puede seguir callando”, concluyó.

