El Polideportivo Carlos Margalot volvió a vestirse de fiesta deportiva durante el fin de semana con la realización de la tercera fecha del circuito 2025 de la Liga Patagónica Internacional de Brazilian Jiu-Jitsu. Un evento que, por su dimensión, su organización y la calidad competitiva, confirma el crecimiento sostenido de una disciplina que hoy articula competidores desde Comodoro Rivadavia hasta Tierra del Fuego, y suma además la participación activa de academias chilenas de la región.
Río Grande.- En el tatami se vivió una jornada que combinó combates de alto voltaje técnico con un formato organizativo profesional: streaming en vivo, cámaras, equipo de sonido, transmisión, protocolos de arbitraje y un piso reglamentario que favoreció la performance de los competidores. Quien sintetizó con mayor claridad el espíritu del encuentro fue Maximiliano Guspero, miembro de la Liga, quien destacó la magnitud del evento, la importancia del trabajo mancomunado y el apoyo institucional recibido para materializar una cita que ya reclama un lugar entre las principales de la Patagonia.
“Superamos ampliamente las expectativas”: tuvimos una convocatoria que casi duplicó lo proyectado
Desde la organización se había estimado la presencia de entre 60 y 70 competidores. La realidad superó ampliamente ese cálculo: más de 110 luchadores se inscribieron y compitieron en las distintas categorías, una cifra que mostró la fuerza del proyecto y el interés creciente por la disciplina.
Guspero resaltó la emoción ante ese resultado: “Estamos sorprendidos y muy conformes; la gente respondió, las academias dijeron presente y casi duplicamos lo previsto. Esto nos demuestra que la Patagonia vive un momento de expansión para el Jiu-Jitsu”. Para la organización, el desafío de acomodar más combates implicó un despliegue logístico importante que, sin embargo, se resolvió con eficiencia gracias al equipo técnico, los árbitros y los colaboradores voluntarios de las distintas academias.
Profesionalismo organizativo con una producción al nivel de grandes torneos
Lo que se vio en el Carlos Margalot no fue sólo un torneo local: la puesta en escena incluyó streaming profesional, cámaras fijas, narración y cobertura en tiempo real, sonido cuidado y un equipo de redacción que documentó las incidencias. Todo ello permitió devolver a los participantes y a la audiencia regional una experiencia de primer nivel, equiparable a lo que se observa en eventos nacionales.
“Queremos que los chicos vivan un evento que no le envidie nada a ningún torneo del país; que sientan la profesionalidad, el respeto y la emoción de competir con todas las técnicas que un atleta exige”, sostuvo Guspero. En ese marco, la austeridad de la Patagonia se combina cada vez más con estándares organizativos elevados, una combinación que alimenta aspiraciones internacionales.
El piso, la infraestructura y el apoyo Municipal fue un pilar imprescindible
Entre los factores que marcaron la diferencia en la tercera fecha estuvo la calidad del piso deportivo del polideportivo, figura central en la valoración de los competidores. Guspero destacó que tener una superficie olímpica y de última generación es una condición ideal que los atletas valoran profundamente: “Para cualquier luchador, este tipo de piso es un sueño; permite desarrollar las técnicas con seguridad y potencia”.
Además de la infraestructura, el dirigente subrayó el aporte decisivo del Municipio de Río Grande, que facilitó el espacio y colaboró con la logística del evento. “La municipalidad nos dio el lugar, el piso y todo el soporte necesario; sin ese acompañamiento sería muy difícil sostener este tipo de torneos”, afirmó con agradecimiento. El reconocimiento al Municipio no fue retórico: se expresó con cifras concretas de apoyo institucional y con la presencia de equipos municipales que colaboraron en la organización.
La Liga Patagónica es una red que atraviesa fronteras
La Liga Patagónica no es únicamente un circuito local; su alcance cobija a toda la franja sur del país y articula incluso iniciativas transfronterizas con Punta Arenas (Chile). Guspero explicó que este proyecto empezó como una idea de integración entre escuelas y hoy se convirtió en una liga que compite, colabora y se proyecta internacionalmente.
“Las diferencias se liman adentro del tatami; afuera trabajamos todos en la misma sintonía: que el Jiu-Jitsu crezca en la Patagonia, en el país y en la región”, señaló. El trabajo conjunto con referentes como Fernando Olivera, Sebastián Ávalos y Mauricio Ulloa (Punta Arenas) representa una política deliberada de apertura y cooperación: intercambios técnicos, giras de entrenamiento, participación en torneos internacionales y la articulación de un calendario que facilita la competencia y el desarrollo de atletas desde edades tempranas hasta niveles de elite.
El semillero es una prioridad estratégica y el eje de futuro
Uno de los temas que Guspero enfatizó fue la importancia del trabajo con las categorías infantiles. Para él, cualquier academia que no tenga semillero corre el riesgo de desaparecer a mediano plazo. Por eso la Liga y las escuelas adheridas priorizan la formación de niños y niñas, entendiendo que la base es el sostén del crecimiento competitivo futuro.
Guspero describió escenas que se vieron durante la fecha: chicos que pierden y ganan, que lloran por la intensidad de la experiencia y que luego se abrazan con sus rivales. “Ese aprendizaje emocional es tan valioso como la técnica: enseña resiliencia, compañerismo y disciplina”, dijo. A su juicio, contener y formar a los más pequeños es un compromiso que involucra a profesores, familias y dirigencias, y requiere inversiones en tiempo, recursos y planificación pedagógica.
Mujeres en ascenso: la paridad que se impone por méritos deportivos
El crecimiento femenino en el Brazilian Jiu-Jitsu es un fenómeno global que también se replica en la Patagonia. Guspero lo celebró con datos y ejemplos: las mujeres entrenan con la misma exigencia que los hombres y obtienen resultados que hablan por sí solos.
Una referencia concreta es Estefanía Tadia, competidora con presencia en circuitos de Río de Janeiro, Sao Paulo, Las Vegas y Chile, y con posición en rankings nacionales e internacionales. “El Jiu-Jitsu no tiene género”, afirmó Guspero; “tiene reglas de juego, respeto, disciplina y constancia. Las puertas están abiertas para todas y todos”.
La presencia creciente de mujeres en las categorías infantiles y adultas no solo diversifica la competición; también aporta una profunda riqueza cultural al deporte y potencia la creación de referentes femeninos en una región que los necesita.
Proyección internacional con clubes patagónicos en la élite del circuito
La proyección exterior de la liga se evidenció en los logros que los competidores patagónicos han cosechado en escenarios globales. Guspero mencionó que la academia Modo Club de Río Gallegos ha participado en eventos de alto impacto (Las Vegas, Portugal, Río de Janeiro, Sao Paulo), con resultados positivos. Esa experiencia internacional retroalimenta la oferta formativa local y motiva a nuevas generaciones a aspirar a instancias superiores.
“Traer a casa la experiencia de entrenar y competir en los grandes torneos permite elevar el nivel técnico de todos”, explicó. Más aún, esa circulación internacional genera redes de contacto que fortalecen la participación patagónica en circuitos globales.
Arbitraje, reglas y profesionalización técnica
Para que un torneo crezca en calidad y reputación es indispensable cuidar la parte normativa y técnica. La organización puso el foco en la capacitación y convocatoria de árbitros provenientes de distintas academias, aplicando criterios de neutralidad y profesionalidad. Además, la presencia de la AJP (con sede en Abu Dhabi) dio un marco regulatorio que facilitó el reconocimiento formal de resultados y la armonización con circuitos más amplios.
Guspero resaltó que la profesionalización del arbitraje y la estandarización de criterios son pilares para que la liga sea tomada en serio por atletas y escuelas de todo el país.
Sponsors, voluntariado y comunidad: la sinergia que lo hace posible
El dirigente también agradeció la contribución de sponsors locales y regionales, muchos de los cuales apoyan el torneo con recursos sin solicitar visibilidad ostensible. “Hay quienes nos dicen ‘apuesto al deporte’ y no piden mención; eso habla del compromiso con la comunidad”, comentó.
Además, enfatizó el valor del voluntariado: padres, instructores y colaboradores de las academias se involucran en la logística, la atención al competidor y la comunicación, generando la red de apoyo necesaria para que la jornada funcione sin mayores contratiempos.
Balance y desafíos: consolidar un calendario sostenible
Con la tercera fecha ya en el haber de la liga, Guspero realizó un balance prudente y optimista. Reconoció avances y a la vez admitió los desafíos pendientes: mejorar la conectividad para transmisiones, ampliar la capacitación de árbitros y entrenadores, sostener el apoyo municipal y provincial, y trabajar la profesionalización de la infraestructura en otras sedes de la Patagonia.
“Seguimos creciendo, pero esto exige planificación y continuidad. Queremos consolidar un calendario sostenible que permita a los atletas proyectarse, a las academias planificar y a la comunidad disfrutar de un deporte formador”, concluyó.
Un mensaje final de agradecimiento y proyección
Al cierre de la charla, Guspero dejó un mensaje de agradecimiento y convicción: “Agradezco a la municipalidad de Río Grande por su apoyo constante, a los sponsors, a los maestros, a las academias y a quienes hacen visible este trabajo. Queremos que los chicos sientan que la Patagonia es una cuna de talento y oportunidades”.
Con una Liga que ya articula territorios y fronteras, y con la confirmación de que la Patagonia sabe organizar y competir al más alto nivel, el Brazilian Jiu-Jitsu regional se encamina a consolidar un espacio propio en el mapa nacional e internacional. Si la tercera fecha fue una muestra, el futuro promete más integración, mayor profesionalización y la posibilidad real de que nuevos campeones patagónicos brillen en las grandes plazas del mundo.

