El secretario del Juzgado Federal de Río Grande, doctor Juan Vicente, analizó la realidad actual de la trata de personas en Tierra del Fuego, destacó los avances legislativos y de articulación institucional, y advirtió que, si bien la provincia dejó atrás la época de mayor auge de boliches vinculados a la explotación sexual, los casos persisten y se transforman. También remarcó la importancia de que la ciudadanía denuncie situaciones sospechosas aun sin contar con pruebas concretas.
Río Grande.- El secretario del Juzgado Federal de Río Grande, doctor Juan Vicente, participó recientemente de una jornada organizada por la Secretaría de Derechos Humanos de la Provincia destinada a reforzar la prevención, detección y abordaje de casos de trata de personas.
En diálogo con FM Del Pueblo, profundizó sobre el diagnóstico actual en la ciudad, la evolución del delito en la última década y los mecanismos institucionales y ciudadanos necesarios para enfrentar una problemática que, según remarcó, “no desapareció, sino que mutó”.
Un delito que cambió de forma, pero no terminó
Vicente recordó que la etapa de mayor incidencia de casos en Río Grande se dio “entre 2008 y 2015”, periodo en el que funcionaban locales habilitados bajo rubros encubiertos que ofrecían servicios sexuales. A partir de numerosos allanamientos y clausuras, este escenario se desactivó, pero el fenómeno no se extinguió.
“Sigue habiendo causas, quizás no con la magnitud que teníamos entonces, pero con una gravedad que se sostiene, seguimos recibiendo denuncias constantemente”, enfatizó.
Según señaló, la pandemia marcó un punto de inflexión al señalar que “la asistencia estatal, tanto provincial como municipal, se volvió clave, especialmente por la distancia con la Ciudad de Buenos Aires y la imposibilidad de recurrir rápidamente a fuerzas nacionales para intervenciones urgentes”.
En ese sentido, destacó la “tarea de la Secretaría de Género de la Provincia, que colabora con el Juzgado en la asistencia a víctimas y en la detección de situaciones de riesgo”.
La trata laboral: un fenómeno menos visible, pero presente
Consultado sobre la trata con fines laborales, el secretario confirmó que continúa siendo un área sensible y que existen organismos dedicados a su prevención. Subrayó que, más allá de las fuerzas especializadas, es fundamental que otros organismos públicos —incluso aquellos no vinculados directamente a la investigación criminal— reciban capacitación para identificar señales de alerta.
Entre los indicadores más frecuentes mencionó las “ofertas laborales engañosas o poco claras, traslados de trabajadores que llegan endeudados por pasajes o gastos, cambios abruptos en las condiciones pactadas, multas, castigos o restricciones desproporcionadas y personas alejadas de su entorno familiar bajo condiciones laborales dudosas”.
“No hace falta tener certeza, el ciudadano puede advertir una situación y comunicarla para que las fuerzas de seguridad o la justicia intervengan”, aseguró.
Los privados y la explotación encubierta: qué debe observar la ciudadanía
Respecto al surgimiento de “privados” o departamentos que rotan de ubicación para ofrecer servicios sexuales, Vicente aclaró que “la prostitución en sí no es delito en Argentina, pero sí la intermediación con fines de explotación”.
“Si una persona ejerce la prostitución por decisión propia, no es asunto del Estado. Lo que castigamos es cuando alguien obtiene un beneficio por la explotación de otra persona.”
Ahí es donde entran en juego los signos a los que el ciudadano debe prestar especial atención, entre ellos los “indicadores de que una persona está endeudada o sometida, que exista alguien que obtiene un porcentaje o beneficio económico directo, condiciones laborales impuestas, engañosas o restrictivas.
Presencia de terceras personas controlando movimientos o comunicaciones.
Vicente remarcó que “puede denunciarse sin identificarse, y que incluso las sospechas son suficientes para activar una investigación preliminar”.
Cómo denunciar: 145 o 101, sin necesidad de brindar datos personales
El secretario recordó que “toda persona puede realizar denuncias anónimas en cualquiera de las fuerzas de seguridad, o bien comunicarse directamente a 145 (línea nacional contra la trata, disponible 24 horas), 101 (emergencias policiales)”.
Ambos canales permiten aportar información sin revelar la identidad.
“La sospecha es suficiente. No hace falta aportar pruebas ni tener certezas”, reiteró Vicente.
Situación económica y vulnerabilidad: un escenario que favorece la captación
Al analizar cómo incide la actual situación socioeconómica en la dinámica del delito, Vicente explicó que todas las formas de trata están ligadas a contextos de vulnerabilidad y necesidad.
“Las personas aceptan trabajos a muchos kilómetros de su residencia, sin descansos o incluso tareas sexuales, la vulnerabilidad agrava todos estos fenómenos”.
Históricamente, Tierra del Fuego ha sido una provincia “de recepción” en materia de trata, especialmente la vinculada a explotación sexual, debido a su lejanía de los grandes centros urbanos y su demanda estacional de mano de obra. En cambio, regiones rurales de otras provincias se ven más afectadas por la trata laboral.
Cada jurisdicción, afirmó, enfrenta desafíos propios y necesita respuestas adaptadas a sus particularidades.
Un llamado de alerta
Vicente reforzó la importancia de mantener la visibilidad pública del tema al señalar que “siempre es importante tocar esta campana de alerta”, concluyó.

