El legislador nacional concluyó 35 años de trayectoria política defendiendo los intereses fueguinos, cuestionó la dinámica del Congreso en los últimos años y advirtió sobre los riesgos del actual modelo económico y del proceso de privatizaciones impulsado por el Gobierno nacional. Reivindicó los principios de la Unión Cívica Radical y marcó su distancia con La Libertad Avanza.
Río Grande. – En una entrevista con el programa ‘Buscando el Equilibrio’ por Radio Provincia, el senador (mc), Pablo Blanco, dejó el Senado de la Nación el mismo día en que, 35 años atrás, inició su primer cargo público como convencional constituyente. La coincidencia temporal le sirvió para trazar un balance personal en donde manifestó que “se cumplió una etapa”, afirmó, remarcando que a lo largo de más de tres décadas procuró sostener los principios de la Unión Cívica Radical y defender los intereses de Tierra del Fuego.
Aseguró sentirse satisfecho con el trabajo realizado, aunque reconoció errores “me voy conforme con la tarea realizada, más allá de los errores que seguramente he cometido”. Anticipó que seguirá viviendo en Río Grande, alejado del protagonismo mediático pero dispuesto a colaborar con la provincia: “Me van a ver seguido, siempre apostando a que Tierra del Fuego esté mejor”.
Balance legislativo: pendientes, bloqueos políticos y continuidad frustrada
Blanco repasó sus seis años como senador en un contexto de debates inconclusos y proyectos postergados. Resaltó que, en cada tema vinculado a la provincia -desde la soberanía hasta la industria-, se puso “al frente”.
Sobre el caso del radar de Tolhuin, recordó críticas infundadas e indicó que “decirme que yo no he hecho nada por el radar es demostrar un desconocimiento total”, expresó. También reivindicó su labor en defensa del subrégimen industrial y de los derechos soberanos sobre Malvinas.
Indicó que presentó más de 1.200 proyectos, muchos de los cuales podrían quedar sin tratamiento si no son retomados por otros legisladores. “Quedaron proyectos pendientes como los créditos UVA; coparticipación federal; reformas impositivas; desarrollo antártico y polo logístico; regulación del FAMP”.
Respecto del funcionamiento del Congreso, describió un escenario de sesgo oficialista tanto en los primeros cuatro años del período como en los últimos dos y describió que “solo se trataron temas que tenían que ver con el interés del Gobierno Nacional, muy pocas iniciativas de otros senadores y ahora se piensa que pasamos al otro extremo, pero es lo mismo, seguimos tratando temas que el Ejecutivo Nacional le interesaban”.
Para Blanco, la responsabilidad reciente recae más en la oposición: “El oficialismo tenía seis senadores y sin embargo en gran cantidad de veces no logramos poner en discusión nuestros temas”.
La agenda antártica: una política estratégica inconclusa
Uno de los proyectos más relevantes que queda sin sanción es el referido a la Política Antártica y el desarrollo del polo logístico. Blanco sostuvo que no tiene sentido que el rompehielo esté gran parte del año en Puerto Madero o que la oficina central antártica opere desde Buenos Aires.
Recordó que la iniciativa tiene un largo recorrido histórico – Garramuño, Matías Rodríguez, él mismo y propuestas previas en Diputados- y llamó a la nueva representación fueguina a continuar ese camino. “Gran parte de la reconversión económica de Tierra del Fuego está esencialmente en eso”, aseguró.
Críticas a la política de privatizaciones
Blanco cuestionó duramente el proceso impulsado por el Ejecutivo para privatizar empresas y activos públicos. En particular, se centró en el Banco Nación, que consideró “la inversión y el esfuerzo de más de 130 años de la República Argentina”.
Advirtió que regalar una red de sucursales estratégicas al sector privado sería un error grave y comentó que “hay que analizar detenidamente este proceso privatizador. A cambio de algunos dólares se están rifando sacrificios de muchos años”.
También marcó sus reparos sobre cambios estatutarios realizados por decreto “creo que no está de acuerdo con lo que dice la Constitución”.
El senador vinculó estas decisiones con una tendencia liberal celebrada por algunos sectores políticos: “Está de moda el liberalismo, está de moda Milei, pero uno que tiene unos cuantos años ha vivido estas modas y yo no veo un buen futuro si esto sigue así”.
Economía nacional: advertencias sobre la apertura importadora y el impacto en el empleo
Al analizar el rumbo económico, Blanco expresó dudas sobre la sostenibilidad del modelo, pese a reconocer algunos logros coyunturales como la baja de la inflación. Sostuvo que el enfoque centrado exclusivamente en “tener dólares” corre el riesgo de generar un nuevo ciclo crítico.
Apuntó especialmente contra la apertura indiscriminada de importaciones y dijo que “la apertura destruye la industria, destruye el trabajo, destruye el empleo. Ya lo vivimos en la época de Menem”.
Utilizó un ejemplo para ilustrar sus críticas “si el negocio del gobierno es abrir importaciones para que todos consuman más barato, va a llegar un momento en que la gente no va a poder consumir porque no va a tener trabajo y el ejemplo más claro es lo que está ocurriendo en nuestra provincia, las industrias no funcionan, los comercios no tienen ingresos, y la provincia deja de recaudar. Esto afecta a todos los ciudadanos fueguinos”.
También cuestionó la lógica oficial que celebra consumo barato mientras crece la desocupación:“80.000 personas pudieron comprar heladeras más baratas, pero hay 200.000 argentinos que se quedaron sin trabajo”.
El impacto en Tierra del Fuego: caída del consumo, textil al borde del cierre y electrónica en alerta
Blanco describió un escenario preocupante para la provincia “primero es arancel cero en enero para productos textiles; fuerte caída del consumo interno; desplome del empleo industrial en electrónica y confecciones; efecto multiplicador negativo en los comercios y el consumo local. La provincia está perdiendo fuentes de trabajo a montones”, alertó. Y reclamó mayor previsión y análisis:
“Nadie lo analiza. Solo dicen viva la libertad carajo porque la inflación es 2%, pero no miran que se está destruyendo empleo”, remarcó.
Congreso y sistema político: la degradación partidaria y el auge del transfuguismo
Blanco utilizó ejemplos históricos para explicar el fenómeno actual de cambios de bloque, acuerdos sorpresivos y realineamientos: “Cuando Borocotó se pasó de un partido a otro fue un escándalo. Hoy algunos canales festejan quién salta de qué lado. Eso demuestra la degradación de la política argentina”.
También criticó el avance de La Libertad Avanza dentro de la UCR y dijo que “no concibo que radicales se pinten de violeta porque la onda va para allá”. Sostuvo que las actuales alianzas ponen en riesgo la identidad del radicalismo y cuestionó que un diputado electo por LLA presida el bloque radical: “Le damos al electorado una lectura que no es correcta”.
Recordó una frase de Alfonsín como advertencia política: “El único pez que no nada contra la corriente es el pez muerto”.
El senador se mostró escéptico ante la búsqueda constante de dólares -swap, blanqueo, retenciones- que terminan volviéndose insuficientes o fugándose rápidamente. Marcó que el país tiene patrones repetitivos: bonanzas breves seguidas de crisis profundas.
Aunque afirma que debe guardar un “tiempo de silencio” tras dejar el cargo, Blanco aclaró que continuará opinando cuando lo considere necesario. Su distancia con La Libertad Avanza y su defensa del radicalismo fueron explícitas:
Diálogo con los dirigentes políticos
Consultado por su relación con el gobernador Gustavo Melella, Blanco precisó que “siempre hubo mucho diálogo. Cada vez que hubo algún tema de la provincia, he conversado con él, la verdad que siempre ha primado la buena relación. Lo que no quiere decir que esté de acuerdo con lo que está haciendo con la provincia”.
Con respecto a las próximas elecciones para las autoridades de la Unión Cívica Radical, resaltó que “vamos a ver cómo encarrilamos el partido, hay que tratar de amigar a los radicales. Nuestro mayor problema es un tema de ego”. a lo que opinó sobre los dichos de su candidatura “escuché que yo no tenía que ser candidato, pero fui el único que dio la cara para presentarse, sabía cuál iba a ser el resultado. Siempre fui candidato por la Unión Cívica Radical. Me voy con la conciencia tranquila”.
Por su parte, analizó la degradación de los partidos políticos y sostuvo que “los partidos políticos están hechos pedazos, no hay un proyecto de provincia. Si nosotros no intentamos coincidir, no vamos a tener un proyecto de provincia. Tenes en todos los espacios políticos peronistas, radicales, mopofistas. Eso no sirve porque van detrás de un cargo, no de un proyecto político”.
“La calidad empieza por casa. Los habitantes de Tierra del Fuego tenemos que defender todos lo mismo. Tengo mis serias dudas de que vengan avances sobre la provincia, me preocupa de verdad los recursos de la provincia”, remarcó Blanco.
Asimismo, comentó sobre el lobby desde Buenos Aires, y opinó que “pesa mucho el lobby que se genera a nivel nacional. Es mucho el desconocimiento que hay porque solo ven Buenos Aires, pero acá tenemos el gran futuro de la Argentina. Va a costar mucho que se den cuenta que no solo hay que desarrollar el centro de la Argentina”.
“Lo digo porque estoy convencido”
Su despedida del Senado ocurre en un momento de redefiniciones políticas, económicas e institucionales para el país y para Tierra del Fuego. Y su mensaje final, lejos de una retirada pasiva, deja entrever que seguirá siendo un actor con voz propia en el debate público provincial.

