“Vamos a hacer lo imposible para que no gane una elección más”

El referente ambientalista Julio Lovece expuso una evaluación severa y profundamente crítica sobre el proceso legislativo que busca modificar la Ley Provincial 1355, norma que desde su sanción prohíbe la instalación de salmoneras en aguas fueguinas y que ha sido reconocida a nivel nacional e internacional por su carácter pionero en materia de protección ambiental.

Ushuaia.-  Lovece calificó el clima político actual como “preocupante” y advirtió sobre las implicancias que la reforma podría tener para el medio ambiente, la matriz productiva y la credibilidad institucional en Tierra del Fuego.

 

Reconocimiento al activismo y paralelismos con conflictos ambientales nacionales

 

Lovece destacó el “trabajo de las organizaciones sociales, ambientales y de vecinos que sostienen la resistencia a la modificación de la Ley 1355”, dijo a Radio Provincia.

Resaltó la “amplitud y compromiso del colectivo, integrado por mujeres, hombres y jóvenes que le están poniendo el pecho” a la defensa del territorio”.

Estableció además una comparación con el conflicto por el agua en Mendoza, al señalar que “en ambos casos se observa una coincidencia transversal entre gobiernos de signos políticos opuestos cuando se trata, según sus palabras, de darle rienda suelta a un capitalismo feroz, insensible e ilimitado”.

 

“La contaminación no tiene fronteras”

 

Lovece cuestionó con dureza a quienes sostienen que la exclusión del canal Beagle del área habilitada para eventuales proyectos de salmonicultura implicaría una reducción del impacto ambiental.

Sostuvo que ese argumento desconoce nociones básicas de ecología, dado que “la contaminación ambiental no tiene fronteras”. 

Aseguró que “el potencial daño trascendería a toda la zona sur de la provincia y que el turismo, actividad estratégica para Tierra del Fuego, sería uno de los sectores más afectados”.

En ese sentido, recordó que “históricamente se ha reclamado por la concentración del turismo en Ushuaia y la necesidad de extenderlo hacia otros sectores de la isla, estos lugares, que hoy están en riesgo, podrían quedar comprometidos seriamente en su futuro turístico”, alertó.

 

Críticas a legisladores y pérdida de confianza ciudadana

 

Lovece planteó una fuerte preocupación por la volatilidad del posicionamiento de varios legisladores, a quienes señaló por “abandonar principios sostenidos años atrás”.

Recordó que “muchos de los actuales impulsores de la modificación habían defendido públicamente la Ley 1355 y la promovieron como un logro provincial ante la mirada internacional”.

En este escenario, afirmó que resulta cada vez más difícil para la ciudadanía confiar en sus representantes al manifestar que “los mismos legisladores que hace cuatro años hablaban maravillas de la ley, hoy parecen haber entrado en un acuerdo que trasciende principios e ideas individuales”.

Lovece subrayó que esta contradicción “erosiona la credibilidad política y abona el descreimiento social generalizado”.

 

Denuncias sobre falta de información y cuestionamientos al empresariado interesado

 

Respecto al señalamiento de que no existe un proyecto presentado formalmente por parte de los empresarios que promueven la actividad, mencionó particularmente al empresario “Romero y al Grupo Newsan, remarcando que ninguno presentó documentación técnica, proyecciones, estudios de impacto, ni planes de inversión o empleo, no han mostrado qué quieren hacer. No han dicho cuántos puestos de trabajo van a generar, no presentaron un solo proyecto”.

En este punto cuestionó además la incongruencia entre el discurso sobre “generación de empleo y la realidad de despidos en algunos de los sectores empresariales involucrados”.

Lovece calificó a los impulsores privados como “ricos buscavidas”, dispuestos a respaldar cualquier “emprendimiento que les genere ganancias, independientemente de su impacto”. “Si mañana pueden poner una planta nuclear en Río Grande, la ponen”, expresó gráficamente.

 

Advertencia política directa al gobernador Melella

 

Lovece dirigió un mensaje inequívoco al gobernador Gustavo Melella al manifestar que “vamos a hacer lo imposible para que no gane una sola elección más, eso es una promesa”.

Explicó que la postura del Ejecutivo provincial frente a la Ley 1355 se interpreta como una “traición al mandato popular que en su momento respaldó la prohibición de salmoneras”.

Según Lovece, la sociedad fueguina “no quiere vivir de esto y no quiere esto para sus aguas”, por lo que instó a los “ciudadanos a recordar los nombres de quienes, a su entender, están actuando en contra de ese interés”.

 

Desconfianza en la capacidad estatal de control

 

Afirmó que el Estado “no solo no tiene capacidad, infraestructura ni personal para controlar”, sino que además “muchas veces decide políticamente no controlar”.

Puso como ejemplo la zona de Almanza, donde observa “falencias ya existentes y preguntó retóricamente cómo podría garantizarse el monitoreo de actividades industriales aún más complejas”.

Calificó las promesas de control como “retórica vacía” y “otra cucharada de hipocresía”, señalando que esas afirmaciones “ofenden la inteligencia”.

 

Riesgo institucional y precedentes negativos

 

Lovece advirtió que “si el poder económico logra impulsar modificaciones legislativas a medida de sus intereses, se sentará un precedente grave para la provincia porque si hoy hacen esto, mañana puede pasar cualquier cosa con cualquier otra ley”.

Por último, indicó que este tipo de decisiones expone a la “comunidad a la vulnerabilidad frente a la influencia desmedida de dos o tres personas con poder económico”, concluyó.

 

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