“La nueva ley de acuicultura abre una oportunidad real para generar trabajo, divisas y desarrollo en el norte fueguino”

El productor y propietario de la Estancia Las Violetas celebró la modificación de la Ley de Acuicultura, defendió su proyecto de cría de salmónidos en piletones en tierra adentro y aseguró que Tierra del Fuego tiene condiciones únicas para una reconversión productiva sustentable. Criticó el desconocimiento de algunos sectores políticos y afirmó que “aunque sea un solo puesto de trabajo, siempre vale la pena”.

Río Garnde.- La reciente aprobación de la nueva Ley de Acuicultura en la Legislatura de Tierra del Fuego fue recibida con entusiasmo por Sulko Romero, productor agropecuario y propietario de la Estancia Las Violetas, uno de los impulsores de un proyecto de cría de salmónidos en piletones en la zona norte de la provincia. 

En una extensa entrevista con FM Fuego, Romero explicó por qué la modificación normativa representa un punto de inflexión para la producción fueguina y defendió con firmeza la viabilidad económica, ambiental y social de su iniciativa.

Lejos de plantear la reforma como una habilitación improvisada, Romero sostuvo que “la ley viene a corregir restricciones absurdas y producto del desconocimiento, que durante años limitaron el desarrollo de emprendimientos acuícolas sin resolver ningún problema de fondo”.

“La ley anterior no nos impedía criar salmones en piletones, pero sí nos limitaba a 50 toneladas por año. Era algo ridículo”, afirmó, y graficó la inconsistencia normativa con un ejemplo contundente al señalar que “es como decirle a una fábrica de televisores que no puede producir más de cien por mes”.

 

Una oportunidad para la zona norte y para toda la provincia

 

Romero subrayó que la nueva legislación no beneficia a un “emprendimiento puntual, sino que abre una oportunidad estratégica para toda la provincia, y en particular para la zona norte, históricamente más dependiente de la industria electrónica”.

“Esto genera mano de obra, genera divisas y genera muchas fuentes de trabajo, independientemente de la cría del salmón en sí”, explicó, al destacar que la “acuicultura activa una cadena productiva completa que incluye infraestructura, alimentación, mantenimiento, faena, frío y logística”.

En ese sentido, insistió en que el verdadero valor del proyecto está en su “capacidad de crecimiento sostenido, más que en un arranque inmediato”.

“Los primeros ocho meses hay que poner plata, aguantar, invertir. Pero una vez que la cadena está armada, es muy redituable”, aseguró.

 

Un proyecto pensado a largo plazo

 

El productor detalló que el “ciclo de engorde de un salmón hasta alcanzar los cuatro o cinco kilos demanda aproximadamente ocho meses, lo que implica costos constantes antes de cualquier retorno”.

Por eso, remarcó la “necesidad de capitales con visión de futuro, incluso extranjeros o mixtos, dispuestos a invertir en un esquema productivo de mediano y largo plazo”.

“La idea es que, en lugar de poner la plata en un plazo fijo, la inviertan en salmones”, planteó Romero, convencido de que la estabilidad del negocio está en la continuidad del proceso. 

Según explicó, con una “infraestructura de doce piletones se podría llegar a cosechar entre 40 y 50 toneladas mensuales, generando ingresos permanentes”.

 

Empleo directo y crecimiento progresivo

 

Uno de los ejes centrales de la defensa del proyecto fue su impacto en el empleo, donde Romero detalló que “cada piletón requiere entre cinco y seis personas para mantenimiento, a lo que se suman trabajadores para la faena, la cámara frigorífica y la logística”.

“Todo es empleo directo”, remarcó. 

Solo en la etapa de faena, estimó la necesidad de “15 a 20 trabajadores, además del personal vinculado al frío y la distribución”.

La Estancia Las Violetas cuenta con cuatro kilómetros de terreno apto, donde podrían instalarse hasta 160 piletones, un desarrollo que, si bien llevará años, permitiría consolidar una de las mayores experiencias acuícolas en tierra adentro del país.

“No sé si lo voy a ver yo, pero seguramente lo verán mis nietos”, expresó, dejando en claro que “se trata de una apuesta estructural y no coyuntural”.

 

Condiciones geográficas únicas y sustentabilidad ambiental

 

Romero destacó que el proyecto se apoya en “condiciones naturales excepcionales, difíciles de encontrar en otros puntos de la provincia. La combinación de desniveles del terreno y el régimen de mareas permite una renovación natural del agua, simplemente mediante compuertas, sin necesidad de bombeos agresivos”.

Además, explicó que los residuos del proceso, sedimentos y restos de alimento, serán “tratados y reutilizados como fertilizantes para pasturas, mientras que el agua será reciclada y devuelta al río, cerrando un circuito productivo sustentable”.

“Conozco bastante la isla y no vi otro lugar así”, aseguró.

 

Respuesta a las críticas ambientales

 

Uno de los puntos más polémicos del debate público fue el ambiental.

Romero se mostró molesto con sectores que rechazaron la ley “por estar en contra”, sin informarse sobre el proyecto concreto.

“Me dio mucha pena escuchar a legisladores de Río Grande que nunca me llamaron para preguntar cómo era el proyecto”, lamentó.

Frente a las acusaciones de introducción de especies exóticas, fue contundente y recordó que “hace décadas existen salmones en los ríos y lagos fueguinos, producto de migraciones naturales y de la actividad pesquera histórica”.

“Hace más de 20 años que en el Río Grande se pesca salmón. Pagan miles de dólares por día para venir a pescarlo. ¿De dónde creen que salió?”, cuestionó.

 

Mercado interno y exportación

 

Romero reconoció que “el principal destino del salmón será la exportación, pero aseguró que una parte de la producción se reservará para el mercado local. Estimó que entre un 10 y un 15% podría destinarse a Río Grande, Tolhuin y Ushuaia, con precios accesibles”.

“La idea es que la gente pueda consumirlo a un precio razonable, parecido al de un kilo de carne”, explicó, proyectando valores muy “por debajo de los actuales, que hoy dependen de la importación desde Chile”.

 

Un contexto social urgente

 

Más allá del proyecto puntual, Romero enmarcó la discusión en una crisis social profunda que atraviesa el norte de la provincia y donde habló sin rodeos de fábricas que cierran, empleos que se pierden, hambre y pobreza.

“Así sea un solo puesto de trabajo, hay que aplaudirlo”, afirmó, y criticó duramente a “quienes minimizan el impacto laboral de nuevas actividades productivas”.

 

Reconversión productiva y agradecimientos

 

Romero vinculó la nueva ley con la necesidad de una verdadera reconversión de la matriz productiva fueguina y al respecto enumeró posibilidades largamente postergadas como la “pesca, hidrocarburos, madera, energías renovables, hidrógeno verde, curtiembres y producción industrial con valor agregado”.

En ese marco, agradeció públicamente al “Gobierno provincial, a legisladores que acompañaron la iniciativa y a funcionarios del área productiva y pesquera, y se mostró confiado en que, con trabajo y compromiso, el proyecto demostrará su viabilidad”.

“Tenemos todo para hacer. Si hacemos las cosas bien, Río Grande puede volver a ser una ciudad con trabajo, tranquilidad y dignidad”, concluyó.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.