La Cámara de Comercio de Río Grande reconoció la labor del Cónsul General de Chile, Roberto Ruiz Piracés, subrayando el legado de una gestión que fortaleció los lazos humanos, institucionales y productivos entre ambas orillas de la isla. Se trató de un reconocimiento institucional al impulsor clave de la integración fueguina y de la Ruta del Fuego y por ello autoridades políticas, académicas y empresariales acompañaron la despedida del dignatario chileno, en un homenaje que puso en valor una gestión atravesada por la integración, el diálogo y la construcción de un futuro compartido en Tierra del Fuego.
Río Grande.- Con la sala colmada y un clima de reconocimiento sincero, la Cámara de Comercio, Industria y Producción de Río Grande (CCIP) despidió al Cónsul General de Chile en Río Grande y Tolhuin, Roberto Ruiz Piracés, en un acto que dejó al descubierto el valor humano y político de una gestión marcada por la integración, el diálogo y la construcción de proyectos comunes a ambos lados de la isla.
La ceremonia estuvo encabezada por el presidente de la entidad mercantil, José Luís Iglesias, acompañado por la Comisión Directiva en pleno. Participaron, además, los diputados nacionales Santiago Pauli y Miguel Rodríguez, el legislador provincial Raúl Von der Thusen, el decano de la Facultad Regional Tierra del Fuego de la Universidad Tecnológica Nacional, ingeniero Mario Félix Ferreyra, y la directora de la Zona Norte y Centro del InFueTur, licenciada Stella Maris Alazard, entre otros referentes institucionales y empresariales.
Asimismo estuvieron también presentes Gastón Porfirio, responsable de la Agencia de la Secretaría de Trabajo, Empleo y Seguridad Social de Nación en Tierra del Fuego y la Secretaria de Asuntos Internacionales del Gobierno de la Provincia, Lic. Constanza Renzone.
El presente institucional fue entregado por Claudia Duarte, integrante de la Comisión Directiva de la CCIP, en un gesto que sintetizó el agradecimiento colectivo a una gestión que dejó huella.
“Hay un antes y un después”
En sus palabras, Iglesias subrayó que la despedida trascendía el protocolo. “Tratamos de invitar a todos los representantes provinciales y nacionales porque no queríamos que se olvidara lo que significó el paso del cónsul por nuestra ciudad y por nuestra Cámara”, señaló. Y agregó: “En estos tres años hubo logros de gestión, enseñanza y una guía clara en lo que significa construir relaciones diplomáticas sanas con el país hermano”.
El titular de la CCIP destacó el rol activo del diplomático en momentos complejos, como los conflictos vinculados al transporte marítimo y la conectividad, y recordó su presencia permanente para destrabar problemas y generar consensos. “Fue uno de los diplomáticos más activos que recuerdo en Río Grande, con una acción intensa y transversal a toda la sociedad”, afirmó.
Iglesias también puso el acento en la dimensión humana del vínculo: “Más allá del profesionalismo, lo que valoramos es su calidad humana. Nos ayudó a reencontrarnos con nuestra propia historia, con la población chilena que tanto aportó al crecimiento de Río Grande”.
La voz del Cónsul: integración, trabajo y futuro
En diálogo con FM Del Pueblo, Ruiz Piracés expresó su satisfacción por el camino recorrido. “Han sido años productivos, de mucho trabajo con la comunidad chilena, una comunidad grande, histórica, que ha dejado su sello en la ciudad”, señaló.
El cónsul remarcó especialmente el desarrollo de la Ruta del Fuego, proyecto iniciado junto a la Cámara de Comercio y hoy respaldado por ambos gobiernos nacionales. “Empieza a convertirse en un verdadero producto turístico, y eso significa más empleo y oportunidades, sobre todo para el microemprendimiento: alojamiento, gastronomía, servicios”, explicó.
Definió a Río Grande como un punto estratégico —“un hub fundamental de la isla”— y destacó la necesidad de poner en valor su historia, su integración cultural y su entorno natural. “La Ruta del Fuego no es solo un corredor turístico: es un proyecto moderno de integración, de 1.800 kilómetros, que recorre los rincones de la isla y hermana territorios”, afirmó.
Consultado por la despedida, no ocultó la emoción: “La nostalgia no cabe en la maleta. Me llevo muchos afectos y dejo muchos amigos”.
Un legado que permanece
La despedida del Cónsul General de Chile no fue un punto final, sino la confirmación de un camino compartido. En la Cámara de Comercio de Río Grande quedó la certeza de que los proyectos, los vínculos y la integración construidos en estos años seguirán creciendo, sostenidos por una trama de relaciones humanas que trascienden cargos y fronteras.
