El titular de la fundación Ushuaia XXI, Julio Lovece, sembró el interrogante de lo que hay detrás de la modificación de la ley que prohíbe la explotación de salmones a gran escala. Barajó que se debe a “la desesperación” por generar nuevas fuentes de trabajo ante el riesgo que corre el subrégimen, y advirtió que “la desesperación no es buena consejera”. Hoy se retoma el debate en la Legislatura y no están claras las razones de la reforma. Recordó que la salmonicultura no está prohibida y planteó que, si no se mantiene la armonía con otras actividades, no es desarrollo. La ley vigente “es un orgullo para la provincia en el país y en el mundo, porque pone límites a
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