La pobreza y la falta de trabajo están golpeando a Río Grande

Es preocupante la situación laboral de muchos fueguinos que tienen trabajos eventuales, albañiles, pintores, herreros, carpinteros y otros rubros que no consiguen “ni una changuita”, en un contexto inflacionario y con congelamiento de sueldos. Muchos de estos riograndenses –los venidos y los nacidos- viven precariamente y no consiguen afrontar los alquileres. El momento es propicio para dar un golpe de timón y lograr un consenso y un compromiso de los actores de la sociedad.

La pobreza y la falta de trabajo están golpeando a Río Grande.

Río Grande, (Ramón Taborda Strusiat).- La microeconomía está en crisis en esta ciudad, cada son más los vecinos que no consiguen mantenerse en el mercado laboral informal ofreciendo sus servicios. Estamos hablando de muchos fueguinos que tienen trabajos eventuales, albañiles, pintores, herreros, carpinteros y otros rubros que no consiguen “ni una changuita”.

El contexto de incertidumbre con respecto al salario, ahora congelado en la práctica, deviene en el achique de gastos por parte de aquellos que tienen un trabajo formal y no quieren gastar ni siquiera en los trabajos de construcción, ampliación u otros trabajos que demanden de la mano de obra de estos otros trabajadores eventuales que se están sumando a la larga lista de los planes como Red Sol.

En esta espiral descendente, desde los grandes supermercados hasta los almacenes de barrio, suman a la crisis una salvaje remarcación de precios mientras el poder adquisitivo del Peso Argentino cae abruptamente en picada, con el agregado del ‘Tarifazo’ del Gobierno nacional.

Esta situación general impacta en todos los aspectos de la economía de Río Grande y esto ya lo está viendo el comercio, el transporte de taxis y remises que ven mermado a un 40 por ciento de sus ingresos históricos y en otros rubros de la actividad económica, especialmente en el ramo de los servicios. 

Sería oportuno, antes que la sangre llegue al río, poner en marcha medidas paliativas que morigeren los efectos de la crisis y ponga a la fuerza laboral en marcha.

Recientemente la gobernadora Rosana Bertone anunció Tasa Cero en las tarifas del gas, junto con el sostenimiento de subsidios al gas envasado; el intendente de esta ciudad Gustavo Melella ha incrementado notablemente la ayuda social a un padrón que también se incrementó. Justamente Melella, quien viene advirtiendo sobre la creciente pobreza, bajo la intendencia del ingeniero Jorge Martín había apostado al desarrollo local para afrontar la crisis del 2001-2002, la que se pudo campear sin grandes conflictos como en Buenos Aires y las otras grandes ciudades del país. ‘El Desafío de Producir’ fue el resultado de esa política. 

Río Grande tiene un 28 por ciento más de pobres

El mejor termómetro para medir la pobreza es el padrón social alimentario y los planes como los Red Sol. 
Hace poco, la Secretaría de Promoción Social municipal había revelado que desde el año pasado hasta la actualidad, la demanda social aumentó en un 28% en esa área.

A la vez que se hace más compleja la situación de vecinos que no alcanzan a cubrir sus alquileres. Familias que reorganizan su economía porque no llegan a pagar el alquiler y quienes tienen familiares en Río Grande quizás se juntan y viven dos o tres familias juntas.

En ese marco se conoció que el municipio reforzó la asistencia alimentaria no solo en cantidad de módulos sino también en calidad y cantidad de alimentos, al sumarse verduras y frutas junto a pescado, entregándose en total 2.500 módulos mensuales.

Dar caña y enseñar a pescar

Los críticos del asistencialismo estatal pregonan que se debe entregar cañas y enseñar a pescar y eso también se hace con las permanentes capacitaciones en distintos oficios, tanto el Municipio local –que incluso ha sumado capacitación para teletrabajo- como el Gobierno provincial. Se brindan capacitaciones muy importantes. El municipio en la práctica tiene una verdadera escuela de artes y oficios. Pero se da la paradójica situación que estos vecinos, formados en un oficio, no son contratados porque aquellos que están dentro de la economía formal no tienen dinero para pagarles por sus tareas.

Lo cierto es que hay una situación de incertidumbre general y un negro panorama en lo particular para esta franja de la población en un escenario donde los telones de fondo están poblados de los fantasmas de la crisis del 2001-2002.

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