A un equipo de investigadores argentinos se suman cincos instituciones alemanas y dos universidades chilenas. Río Grande será una de las bases. Tanto por el despliegue tecnológico como por sus posibles conclusiones, se trata de un experimento de características inéditas que analizará los procesos tanto dinámicos como químicos de la atmósfera. Para una mayor riqueza de datos se realizarán mediciones desde el suelo, satélites e -in situ- desde una aeronave alemana, la fabulosa Gulfstream G550, que dispone 13 instrumentos únicos.
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