70 años del Instituto Antártico Argentino, un pionero en el continente blanco

Creado en 1951 por el ex presidente Juan Domingo Perón (1946-1955), el Instituto Antártico Argentino orienta y ejecuta investigaciones interdisciplinarias en este territorio de roca y hielo. El Museo Malvinas e Islas del Atlántico Sur inauguró una muestra temporaria para dar a conocer los aspectos más relevantes de su historia y actualidad.

Ushuaia (Sputnik).- El Instituto Antártico Argentino (IAA) es la primera institución científica creada en el mundo destinada exclusivamente al estudio del continente blanco. Desde hace 70 años, es emblema de la ciencia nacional y del registro y cuidado de su medio ambiente.

Esta es la razón sobre la que Argentina fundamenta su reclamo soberano sobre la Antártida, específicamente sobre el territorio conocido como península antártica, que se extiende como una lengua desde el continente blanco hacia el norte.

Por su posición geográfica, Argentina juega un lugar importante como ruta de acceso a través de Ushuaia, ciudad y puerto del fin del mundo, a tan solo 1.000 km de distancia.

Tiene desde hace más de 50 años la Base Marambio, su principal base militar y científica en esta tierra de roca y hielo, y otras 12 estaciones de investigación.

El 17 de abril de 1951, el expresidente argentino Juan Domingo Perón (1946-1955) creó por decreto el instituto, en concordancia con un plan desarrollado por Hernán Pujato, militar y explorador que fundó las dos bases antárticas que en ese momento eran las más australes del mundo, y quien fuera su primer titular.

«En pocos años va a dar resultados bien claros cuando, en 1957-58, tiene lugar el Año Geofísico Internacional, quizás el evento científico mundial más importante del siglo XX, en el que participaron 30.000 investigadores de 66 países», comentó el doctor en Historia y autor del libro La pugna antártica: el conflicto por el sexto continente (1939-1959).

Fontana explicó que la participación argentina a través del IAA fue muy destacada en disciplinas de ciencias de la atmósfera, el estudio de auroras australes, glaciología, geología y biología marina. En ese momento, el país tenía ocho bases, un número muy elevado en comparación al resto del mundo, un dominio que se mantiene hasta la actualidad.

Con el objetivo de dar a conocer los aspectos más relevantes de la historia y actualidad del IAA, se inauguró una muestra temporaria en el Museo Malvinas e Islas del Atlántico Sur, ubicado en el Espacio Memoria y Derechos Humanos, emplazado en lo que fue la antigua Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA), principal sitio de tortura y exterminio durante la última dictadura cívico-militar (1976-1983).

«Es una muestra no permanente y la idea es acercar a la gente a estos trabajos que se hacen en la Antártida. Nos interesaba mostrar la dimensión histórica, pero también la diversidad de disciplinas que se realizan en el IAA», resaltó.

El IAA es un organismo multidisciplinario que depende de Cancillería y ejerce la representación argentina ante el Comité Científico para la Investigación en la Antártida —SCAR, por sus siglas en inglés—, entidad internacional que proporciona consejo científico a las reuniones consultivas del Tratado Antártico.

El Tratado Antártico, que acaba de cumplir 60 años, es un acuerdo que asegura la libertad de la investigación científica, la promoción de la cooperación internacional y la garantía de que la Antártida tenga usos exclusivamente pacíficos. Cuenta con 54 países involucrados, aunque solo 29 son partes adscritas con voz y voto.

La Antártida, cubierta casi en su totalidad de un desierto de hielo, es formalmente un condominio y se rige por este tratado. Prohíbe las actividades militares, la extracción de minerales, las explosiones nucleares y la eliminación de residuos de este tipo.

En 1991, como respuesta a la presión de organizaciones ambientalistas, se firmó el Protocolo de Protección Ambiental del Tratado Antártico, que prohibió la actividad extractiva minera.

Aunque no tenga habitantes permanentes, existen 52 bases científicas donde trabajan unos 1.500 investigadores. Siete naciones reclaman soberanía sobre secciones, algunas superpuestas, de la Antártida: Argentina, Chile, Australia, Nueva Zelanda, Reino Unido, Francia y Noruega. Otros 35 países, entre ellos Alemania, Brasil, China, EEUU, India y Rusia, tienen bases permanentes.

 

 

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