“Me parece una buena decisión, pero incompleta”

Así lo expresó el Dr. Isidoro Aramburu, ex juez electoral de la provincia de Tierra del Fuego y autor del libro, sobre el fin del acuerdo Foradori-Duncan.

Ushuaia.- A raíz de la finalización del Comunicado Conjunto o Pacto entre el Reino Unido y Argentina, conocido como Foradori-Duncan, Pal´Sur entrevistó al ex juez electoral de la provincia de Tierra del Fuego, Antártida e islas del Atlántico Sur, actual director de Malvinas y Asuntos del Atlántico Sur de la Unión de Empleados Judiciales de la Nación, Isidoro Aramburu, quien recientemente participo escribiendo un capítulo en el libro A 40 años de la guerra de Malvinas. Historias desde el Atlántico Sur, con el auspicio de la UEJN (Unión de Empleados de la Justicia Nacional). “No hay que firmar nunca más acuerdos de ninguna índole hasta que no se allanen a cumplir lo que dice las resoluciones de la Asamblea General de Naciones Unidas, en lo relativo a la descolonización”

 

¿Cual es tu opinión acerca del anuncio de dar haber dejado de lado2 o finalizado el Foradori Duncan1? ¿Cuál es tu opinión al respecto y qué te parece?

 

Me parece una buena decisión, incompleta por supuesto, porque deberían cumplirse con los acuerdos preelectorales realizados de esta administración política nacional en cuanto a la denuncia de los tratados Madrid 13 y Madrid 24 de Madrid de los 89 y 90, ya que Foradori-Duncan vino a ampliar aún más la entrega que representaron aquellos acuerdos, que fueron verdaderos Tratados de Versace para la República Argentina, y que, en mi opinión, no fueron consecuencias de la guerra.

Al Acuerdo Foradori-Duncan sienta las bases, en 2016, para que Inglaterra se apropie de los recursos naturales ictícolas, avance sobre el mar argentino con la explotación y exploración de los hidrocarburos y se acceda a los vuelos a Malvinas del continente argentino y otros países de América. Es decir, responde a los intereses de Gran Bretaña, yendo contra los intereses de la República Argentina, que debería ir en sentido diametralmente opuesto. Porque mientras el Reino Unido no se avenga a sentarse a discutir bilateralmente sobre soberanía argentina en el marco de la usurpación y el colonialismo que ha instalado en las Islas del Atlántico Sur y el Mar Argentino, nosotros no debemos tener relaciones generales.

Tiene que venir sin Inglaterra a respetar y cumplir con las disposiciones de la ONU, a partir del proceso de colonización iniciado en el 60´ y el reconocimiento de la situación de colonialismo sobre las Islas Malvinas5 y que la que víctima el pueblo y la patria argentina.

Entonces, este tipo de acuerdos que no pasan por el Congreso, inclusive gestados a espaldas del pueblo argentino, son presiones realizadas por Gran Bretaña y que algunos gobiernos sumisamente aceptan. Por eso también hay que rechazarlos, dejarlos sin efecto y avanzar en la denuncia de los otros acuerdos que te mencionaba, y luego, ponerse firme en la política enmarcada dentro del contexto suramericano respetando lo dispuesto por la ONU, para que Inglaterra termine con esta anacrónica situación de colonialismo en el Atlántico Sur, que vulnera y pisotea el derecho a la autodeterminación de la República Argentina nuestra integridad territorial; derechos  que están reconocidos en el artículo 1° del Pacto de Derechos Civiles y Políticos6, que están formando hoy texto de la Constitución de la Argentina en el artículo 75 inc. 22.

Así que bienvenida la denuncia de este acuerdo nefasto a los intereses nacionales y que, inclusive, mereció oportunamente una denuncia penal por traición a la patria contra Foradori7 y quien lo mandó a firmar a ese acuerdo, porque hasta se dice que lo firmó borracho8.

 

¿Qué le decís a esas personas que dicen que dejar de lado los Acuerdos de Madrid es romper relaciones con el Reino Unido? ¿A qué viene esa interpretación?

 

Esos acuerdos, lo que vinieron a hacer era restablecer las relaciones diplomáticas con el Reino Unido luego de la guerra, el tema que son infamantes porque justamente son acuerdos que vienen a pisotear la manda (Resoluciones 1514 y 2065) de la ONU. Porque allí el Foreing Office impone a la Argentina en esos acuerdos, la mencionada fórmula del “paraguas de soberanía”9 que es invento de la cancillería británica.

Si la ONU te dice siéntense los dos países a discutir soberanía y vos después en un acuerdo bilateral decís, “no vamos a discutir soberanía, eso lo dejamos aparte y vamos a trabajar las distintas aristas de cooperación bilateral que podemos hacer entre los dos países”, estás justamente negando tu propio derecho, negando lo que te dice la ONU en el sentido que acá hay un problema de colonialismo.

Entonces, no hay que firmar más acuerdos de cooperación de ninguna índole; porque justamente lo que quiere Gran Bretaña es que se destraben todas las medidas administrativas y judiciales que impulsó la República Argentina durante años para que ellos puedan explotar tranquilamente y sin ningún tipo de obstáculos, los recursos ictícolas y de hidrocarburos en el Atlántico Sur, y utilizar la Argentina como un socio menor, para abastecimiento de logística, para que puedan hacer los vuelos de logística de San Pablo Córdoba y de Córdoba Malvinas10. Ya sabemos cómo es ese jueguito que no beneficia a la República Argentina sino todo lo contrario, consolida la superfortaleza en Monte Agradable del Reino Unido de Gran Bretaña11 para amenazar la seguridad del continente y para, justamente, explotar y depredar los recursos naturales que deberían beneficiar al pueblo de la República Argentina, que tiene un 50% de pobreza.

En algún momento, rápidamente la dirigencia política argentina debe ponerse a meditar, poner las barbas en remojo y darse cuenta de que esta situación no puede sostenerse mucho más en el tiempo porque compromete el destino de las futuras generaciones de argentinos y sobre todo de la grandeza de la patria que nos merecemos, y que podemos reconstruir y restaurar, siempre y cuando, los argentinos pensemos que las Malvinas puede ser prenda de unidad nacional para terminar con la grieta y ponernos de acuerdo en un modelo argentino con un proyecto nacional12 de desarrollo con justicia social.

 

Los Acuerdos de Madrid tampoco fueron cumplidos por la otra parte, ¿de alguna manera eso también hace que el pacto ya esté de alguna manera en desuetudo o crees que hay que formalizar también este rechazo?

 

Creo que habría que formalizarlo, denunciarlo, establecer la situación en donde Gran Bretaña insiste de mala fe, en contra de un principio básico de las relaciones internacionales, la bona fide. Tiene que haber una buena fe en las relaciones entre los países y ellos tienen mala fe, y continúan su política de los actos unilaterales en desmedro de los intereses de la República Argentina. Ellos no quieren advenirse a las disposiciones de la ONU, a los a los principios básicos del Derecho Público Internacional como lo es, repito la buena fe por la que los pactos se firman para ser cumplirlos; entonces como ellos no están de acuerdo con el derecho internacional, sino que se manejan con el principio del derecho de las bestias, la fuerza, y la imposición militar, nosotros no tenemos que discutir más con ellos, porque nosotros somos propensos a la paz, pero la paz sobre la justicia. Porque cuando hay una situación de injusticia, cuando alguien agrede gratuitamente, hay que defenderse.

Los argentinos deberíamos defendernos en el marco de la disputa en el Derecho Público Internacional de la ONU, e insistir que no vamos a colaborar ni firmar ningún tipo de acuerdo con el Reino Unido de Gran Bretaña porque de buena fe queremos sentarnos a discutir cara a cara, bilateralmente, los dos países, para terminar de zanjar y terminar con esta situación anacrónica de colonialismo en el Atlántico Sur que perjudica tanto a la República Argentina e, insisto, amenaza la seguridad de todo el continente suramericano: porque ellos siguen fortaleciendo en la superfortaleza militar de Monte Agradable y están aquí a unas millas náuticas de distancia de nuestro continente suramericano. Ya sabemos que ellos no vienen aquí para ayudarnos, vienen para depredar los recursos naturales de Sudamérica, en específico de la República Argentina, y a transformar nuestra región también una zona de conflicto en un mundo que se encuentra en guerra.

Este tipo de situaciones y este encabe militar de la OTAN y de Inglaterra no viene a traernos tranquilidad, sino justamente zozobra e inseguridad a todo el continente suramericano.

 

En el libro sobre Malvinas del cual participaste hablas de dos conceptos muy interesantes. ¿cómo se vincula la Patria Grande y la Patria Bicontinental.

 

En los albores de la Nación argentina siempre hubo dos proyectos de país: la patria chica, que proponía el unitarismo pro-británico en el sentido de que sobraba con la patria de la pampa húmeda, lo agropecuario y nada más, y yendo en contra de esa visión de los verdaderos patriotas que construyeron la República Argentina que veían la posibilidad de una gran confederación bioceánica, donde no solamente utilizáramos la herramienta de la portentosa riqueza que producía la pampa húmeda, sino también el desarrollo industrial y también el mar.

Gran Bretaña, lo que propicia desde siempre, es una especie de capis deminutio13 en el pueblo argentino, que piense que no tiene posibilidades de enfrentar al imperio, que es una patria agropecuaria. Por eso también los mapas están distorsionados, la Antártida se dibuja en una pequeña porción en el margen inferior derecho, sin respetar las verdaderas dimensiones geográficas y a veces ni siquiera figuran las Malvinas.

Entonces, esa política responde a un deliberado desconocimiento por parte del pueblo de las extensiones que tenemos aquí en el sur y las riquezas que conllevan. Por eso también hacemos mucho hincapié en esta desmitificación de que el centro geográfico de la República Argentina es Córdoba, sino que justamente la isla grande de Tierra del Fuego. Entonces, ese mapa que debería ser obligatorio y utilizado en todas las escuelas y todas las reparticiones públicas en nuestro país, es el que verdaderamente expone visualmente la enorme dimensión de la Argentina Bicontinental, Antártida y continente Suramericano que es lo que debería inculcarse a los niños argentinos desde los primeros años de la escuela pública, para que todo el mundo tome dimensión de la formidable extensión de nuestra patria y conozca además los ingentes recursos naturales que existen en nuestro sur -ictícolas, hidrocarburíferos-, el paso estratégico del Mar de Hoses14 hacia el sur del Cabo de Hornos al norte de la península Antártica, y todas las posibilidades de desarrollo extraordinario que nos permitiría a nosotros poder avanzar en la consolidación de la soberanía argentina en este sur extraordinario de nuestra República.

En el artículo del Libro A 40 años de la guerra de Malvinas, también trabajamos el tema de la colonización cultural, la colonización semántica, cómo puede ser que habiendo sido España quien exploró estas zonas por primera vez -más allá obviamente de que aquí estaban nuestros paisanos, los pueblos originarios aquí en el sur argentino también, los Tehuelches en la parte continental, los Onas y Yaganes en esta zona insular del Tierra del Fuego, fueron los españoles quienes los exploraron y pusieron los nombres en la cartografía geográfica en el sur a partir del 1500- cómo puede ser que los británicos, que navegaron en estas zonas 70, 80 años después, cambiaran los nombres castillos por nombres británicos justamente para hacernos creer a los argentinos de que ellos fueron los primeros que exploraron, los primeros que hicieron las cartografías y los primeros que pusieron los nombres. Es todo parte de un artilugio, una política de subyugación cultural y semántica por parte del imperio, justamente para extrañarnos a nosotros mismos y no comprender bien cuál es la verdadera historia de esta región, y también, de alguna manera, en ese sentido despreciar nuestros títulos soberanos sobre el confín austral aquí en la Patagonia, en Tierra del Fuego y la Antártida Argentina.

La batalla no solamente es por la recuperación del ejercicio pleno de soberanía sobre las islas Malvinas sino también por la recuperación de la identidad cultural que los quieren arrebatar.

Otro frente de batalla más, ellos son completos en ese sentido.

Entrevista de Luciano Rodrigo Moreno Calderón, fundador y presidente de la Unión Malvinizadora Argentina.

 

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