El presidente de la Cámara de Comercio de Río Grande, José Luís ‘Gigi’ Iglesias, se refirió a la abrupta caída de ventas y el aumento de costos fijos, que hace muy complicado el sostenimiento de los comercios y de las fuentes de trabajo. Dijo que la gente está endeudada con las tarjetas de crédito y que el síntoma de un problema social es la caída de ventas de medicamentos. “Evidentemente hay gente que la está pasando muy mal, porque se está retaceando algo necesario para la salud”, subrayó.
Río Grande.- El presidente de la Cámara de Comercio de Río Grande, José Luís Iglesias, dialogó en el programa ‘Buscando el Equilibrio’ por Radio Provincia sobre la situación de los comercios locales, que sigue siendo crítica aunque la inflación registrada en febrero haya sido del 13.2%, marcando una baja. “Nosotros tenemos una caída de ventas abrupta, y cayó también la demanda. Este fenómeno lo tuvimos en enero, febrero y se está notando también en marzo. Cualquiera que observa los comercios se da cuenta de esto. Es bueno que baje la inflación pero el costo que tenemos es el costo de la recesión, por la caída del poder adquisitivo”, expresó.
“La situación es difícil porque nosotros hicimos recomposiciones salariales. Con caída de ventas del 25% y hasta del 40%, tenemos que afrontar costos fijos que van a la suba e ingresos por ventas a la baja. Hay dos formas de resolverlo, endeudándose o achicando el capital evidentemente”, señaló.
“La rentabilidad no se puede determinar porque no existen parámetros y es el fenómeno que causa la inflación. La gente ha pasado a las segundas marcas y después directamente se baja el consumo hacia lo que es más barato”, planteó.
“Con una caída del 45% o se toma menos gente o se termina de liquidar lo que queda. Una cosa son los alimentos y otra la indumentaria. El que necesita una campera puede esperar dos meses, pero tenemos indicadores de caída de venta de fármacos y evidentemente hay gente que la está pasando muy mal, porque se está retaceando algo necesario para la salud. Esto es un problema social y nosotros vivimos con personas, no con números. Es la parte negativa de los ajustes, porque se busca un objetivo determinado y se soslaya el precio que se está pagando”, advirtió.
También expuso las dificultades para hacer frente a las cargas sociales. “Hay un costo significativo cuando un comercio entra en mora, porque tiene que pagar los estudios jurídicos y lo están intimando, además de los embargos de las cuentas. Es dramático y uno trata de no llegar a esa situación”, manifestó.
“En este momento tenemos personal de las fábricas suspendidas, y afecta a la gente que trabaja en los comedores”, apuntó sobre la caída de circulante en la ciudad.
Respecto de la compra en cuotas de los alimentos, indicó que la gente está muy endeudada y “la morosidad está subiendo, si bien los bancos son reticentes para dar esa información. La gente está endeudada con las tarjetas y es muy cara la tasa de financiación”.
Consultado sobre el anuncio del gobierno nacional de la apertura de importaciones, señaló que “cuando surgen estas cosas son maniobras que no hacen al problema principal y no se ve dónde termina esto. Hay gente que tiene una confianza muy grande en este gobierno y quiere que le vaya bien pero no se entiende para qué se hacen algunas medidas”.
Finalmente dio cuenta de la invitación que le cursaron para la reunión de gobernadores patagónicos del mes de abril y dijo que va a concurrir con miembros de la Cámara de Comercio de Ushuaia, “para escuchar también a la Patagonia. Me parece que el diálogo es importante”, concluyó.
