“No sabemos cuánto más podemos tener abierto el CADIC”

Sin fondos para funcionar y sin interlocutores en el gobierno nacional, el Dr. Adrián Schiavini dio un pronóstico reservado para el futuro del Centro Austral de Investigaciones Científicas, con un plazo corto para las definiciones que vencería en junio. Hasta ahora se ejecutó el 0,6% del presupuesto, porque falta designar funcionarios de segunda y tercera línea para que puedan salir las resoluciones, dijo. La realidad es transversal a todos los centros de investigación del país, al punto que en Córdoba están haciendo una colecta para comprar el equipamiento que les permita pasarse a energía solar, “porque no van a poder pagar la cuenta de la luz”. En estas condiciones no se sabe cuánto tiempo más se podrá tener abierta esta institución emblemática de la provincia.

Río Grande.- El Dr. Adrián Schiavini, jefe de investigadores del CONICET, fue consultado en el programa ‘Buscando el Equilibrio’ por Radio Provincia sobre el escenario de la institución, que va de la mano con lo que está ocurriendo con las universidades nacionales. “Estamos muy mal y en un escenario de incertidumbre financiera muy grande. Falta la designación de diversos funcionarios de segunda y tercera línea y esa ausencia de funcionarios implica que no se tomen decisiones y no se firmen las resoluciones. Eso impacta en la ejecución de fondos”, explicó.

“La sección de Ciencia y Técnica del presupuesto nacional lleva erogado el 0,6% de lo previsto para este año. Estamos transitando la cuarta parte del año y se ejecutó ese porcentaje, lo cual indica un parate en todas las actividades, y en las ejecuciones de los financiamientos con los cuales funcionan los diferentes proyectos de investigación de todos los organismos de ciencia y técnica y de las universidades de todo el país”, señaló.

“Falta designar a un montón de gente y, sin esas designaciones, no hay decisiones. Eso está parando muchísimo la investigación, hay fondos que involucran la compra de insumos y los laboratorios no pueden funcionar. El parate es tremendo y se suma a eso la no confirmación de contratos. Hay otros centros del país que han visto discontinuados varios contratos, que corresponden a personal que trabajaba en diversas facetas de apoyo a la investigación, como la parte administrativa, de mantenimiento, de vinculación tecnológica con la comunidad. Se ha desarmado una parte importante de la gestión administrativa de extensión y comunicación del CONICET y de otros organismos. Yo creo que ha sido un grave error del Estado nacional durante décadas contar con la figura del contrato, que es muy frágil, y ahora se está prendiendo fuego todo sin haber hecho un análisis real del desempeño, de necesidades y de qué es lo que se quiere del sistema científico y tecnológico del país”, planteó.

Consultado sobre la cantidad de personal, indicó que “en el CADIC somos alrededor de 150 personas y la décima parte tienen estos contratos. Hay que distinguir este grupo de los becarios, que son profesionales que están haciendo su tesis doctoral con una beca que provee el CONICET por un lapso de cinco años. Ellos tienen cierta estabilidad, porque no es un empleo de planta sino una beca por cinco años. No creemos que se quieran meter con los tesistas, pero lo que estamos sufriendo este año es la reducción en la cantidad de becas. Normalmente se otorgaban unas 1.300 becas y se otorgaron 600 nada más en todo el CONICET”, comparó.

En cuanto a las remuneraciones, estimó que “una beca doctoral debe estar entre 700 y 800 mil pesos, y los contratos deben estar en los 500 mil, no más que eso. En el CADIC tenemos personal de planta, personal de apoyo, becarios y administrativos. En general hay un tercio de investigadores, un tercio de personal de apoyo y un tercio de becarios más o menos. El gobierno está echando mano al sector más vulnerable del personal de ciencia y técnica, que son los contratos, que normalmente se renovaban de enero a diciembre de cada año. Ahora hicieron una revisión entre enero y marzo, y en marzo dieron de baja unos 80 del CONICET y hubo más en otras instituciones. Además hace una semana salió una notificación para los contratos que se renovaron, diciendo que van a ser revisados en tres meses. Seguramente esto va a significar una nueva discontinuidad de varias personas, sin ninguna evaluación de desempeño. No ha venido nadie a ver qué hace uno y otro, simplemente agarraron una planilla y fueron tachando nombres”, cuestionó.

En materia presupuestaria, dijo que “el presupuesto del CONICET, de las universidades y otros organismos, es el mismo para este año que el del año pasado, sin corregir por inflación. En realidad no sabemos con el dinero que contamos desde el año pasado, y no sabemos cuánto van a valer los servicios, sobre todo el de gas con el último aumento. No sabemos cuánto más podemos tener abierto el CADIC si desde el gobierno nacional no hay una indicación de cambio en el presupuesto. El CONICET es un organismo descentralizado pero depende en este momento de la Jefatura de Gabinete a través de la Secretaría de Innovación, Ciencia y Tecnología, donde está Alejandro Cosentino. Él sería nuestro referente, pero le han puesto el mote de tutelaje. Es la primera vez en mi vida que escucho que un organismo de la administración nacional tiene la función de tutelaje”, afirmó.

“En las reuniones que se han mantenido desde el sector científico con Cosentino la respuesta es siempre la misma, que no hay plata, así que el futuro es realmente incierto y a partir de junio no sé qué puede pasar. Ayer leí una noticia de unos colegas del centro de investigación de Córdoba que están haciendo una colecta para comprar el equipamiento que les permita pasarse a energía solar, porque no van a poder pagar la cuenta de la luz”, alertó.

Las expectativas no son buenas porque Milei ya adelantó esta política en campaña. “Si uno recuerda la campaña presidencial del año pasado, Milei decía el CONICET afuera, el Ministerio de Ciencia afuera, que la gente que trabaja en el CONICET se gane el pan como la gente de bien, que hagan algo para la sociedad. Si desde la presidencia se baja ese mensaje, imaginen la percepción que hay del conocimiento y la investigación en el sector de la sociedad que ha apoyado a este presidente”, expresó.

Respecto de la posibilidad de generar recursos propios, dijo que “es muy bajo eso. El mayor presupuesto de funcionamiento nuestro se va en dos ítems, que son seguridad, porque hay que mantener el edificio custodiado fuera de los horarios normales de circulación, y en la limpieza. Pasa lo mismo en todas las instituciones de Argentina. Después viene el gasto en los servicios, que van a pegar un salto inabordable. Por más que uno pueda hacer algo de recursos propios, es imposible que represente algo sustantivo. De hecho estamos echando mano a recursos generados en forma propia que estaban reservados para aguantar algo excepcional. Ahora hay que usarlos para gastos corrientes”.

 

Proyectos paralizados

 

Todas las investigaciones están paradas y no se sabe si se van a poder continuar. “Tenemos proyectos que se concursaron en 2021, se adjudicaron en 2022 y comenzaron a ejecutarse a finales de ese año y comienzos del 2023, pero ahora no se están pagando las cuotas porque no hay dinero y no hay funcionarios que hagan la asignación de recursos. El parate va a ser progresivo, no sólo por la falta de fondos para mantener el edificio abierto, sino que vamos a tener menos recursos para salir al campo, para comprar reactivos o para hacer cualquier cosa. Hoy hacer un viaje ida y vuelta a Río Grande en una camioneta representa unos 40 litros de gasoil, y estamos hablando de 40 mil pesos sólo para ir y venir”, citó como ejemplo.

“Esto es transversal a muchas áreas de la administración pública y se está dejando caer la actividad para que dentro de cuatro o cinco meses digan que no estamos haciendo nada, y entonces cerramos”, expuso.

A modo de ejemplo, citó el trabajo realizado respecto de los perros asilvestrados, y le elevación de un informe a nación, que “sigue durmiendo en los cajones. No se percibe el impacto que tendría para Tierra del Fuego que la actividad pecuaria desaparezca en la boca de los perros asilvestrados. No hay que perder de vista que el turista viene a Tierra del Fuego por el paisaje, para conocer el lugar más austral, y también por la gastronomía. En la gastronomía hay dos productos que son icónicos, la centolla y el cordero fueguino. Tenemos que hablar de unos 20 mil corderos al año, solamente para la gastronomía. Perder eso significaría tener que importar corderos de otro lugar de la Patagonia. Además de eso, está la pérdida de la actividad en sí misma”, dijo.

 

Relación con la provincia

 

Por otra parte, se lo consultó sobre la vinculación con el gobierno provincial. “Desde el CADIC siempre hemos intentado influir en las políticas públicas. Algunos somos más proclives a vincularnos con la sociedad o con la gestión, otros son menos proclives, pero en su conjunto el CADIC siempre ha intentado entregar sus resultados para que sean aprovechados por la gestión. La mayor parte de nosotros intentamos transferir nuestros conocimientos. Por el lado de la gestión, la relación ha sido muy dispar. Hemos tenido vinculaciones muy buenas, otras han sido malas, y eso depende mucho de las personas, antes que de la institución. En ocasiones se torna muy difícil dialogar con ciertos actores que creen que porque en otro lugar se hace algo y da millones de dólares, acá se tendría que hacer lo mismo, como es el caso de las salmoneras”, señaló.

“La provincia está al tanto de cada uno de los proyectos que llevamos adelante, porque estamos obligados a informarlo. Esto incluye a los que involucran al patrimonio arqueológico o paleontológico, y lo que tiene que ver con recursos biológicos vivos, que están alcanzados por las regulaciones de patrimonio genético. Para cualquier cosa tenemos que solicitar permisos de investigación con la provincia. Si la provincia necesita algo de nosotros, sabe qué estamos haciendo. Acá no se hace nada secreto”, aseguró.

“Con el tema de perros asilvestrados, la última vez que nos juntamos con el gobierno provincial y los productores fue hace un año y medio. Nos juntamos a instancia nuestra, porque en el año 2017 y 2018 habíamos hecho una encuesta a los productores locales sobre perros y guanacos, pasó la pandemia en medio y en 2022 contamos lo que vimos hasta ese momento, que era una fotografía. La responsabilidad de movilizar este tema es de la Secretaría de Ambiente y eso está establecido en la ley de plan de manejo de perros asilvestrados. Nosotros hacemos todo el esfuerzo que podemos, hablamos con los productores continuamente, pero llega un momento en que la responsabilidad de la gestión nos impide avanzar. Yo espero que haya cambios en la Secretaría de Ambiente y que venga gente que se deje ayudar”, deseó.

“En Tierra del Fuego hay profesionales que trabajan no sólo en el CADIC, sino en la universidad, en el INTA, en el SENASA y la cantidad por habitante supera a cualquier provincia del país. No es posible que no podamos juntarnos y tratar de manejar mejor nuestro ambiente, para sacarle el mejor jugo, sin comprometer el futuro de ambiente fueguino, que es nuestro capital. Tenemos mucho conocimiento de parte de los profesionales. Sin embargo el tiempo pasa y no vemos avances. El diálogo con el gobierno ha sido oscilante. Yo he pasado por varias administraciones y en la última administración ambiental el diálogo era nulo. Había cierta animosidad para con el CADIC y no se lo tenía en cuenta. Ahora los actores han cambiado y uno esperaría que vinieran nuevos aires, pero todavía no tenemos secretario o secretaria de Ambiente designado”, concluyó.

 

 

 

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