Comenzó el juicio a Dilan Blanco y Mia Villanueva por el brutal ataque a un joven en el exfrigorífico CAP

Mía Villanueva y Dilan Catriel Blanco, ambos de 19 años, comenzaron a ser juzgados formalmente por el delito de tentativa de homicidio agravada por haber participado más de dos personas, entre ellas, un menor de edad, y con alevosía, al haber planificado el hecho que dejó hospitalizado por un mes al joven Lautaro Ortigoza. Respecto de la imputada, acusada como posible autora intelectual del episodio, declaró ante el Tribunal y aseguró “quería pegarle, pero no quería matarlo”. Por su parte, su consorte de causa e imputado como autor material del intento de asesinato, se abstuvo de declarar. Respecto de la víctima, brindó un pormenorizado y crudo relato de aquel 11 de junio del 2024, cuando, tras los golpes, sólo atinó a pedir “cuiden de mis hermanos”.

Río Grande. – En principio, el Tribunal dio lugar al fiscal Jorge López Oribe quien efectuó la acusación formal contra Mia Villanueva y Dilan Catriel Blanco, a quienes acusó por el delito de tentativa de homicidio agravada por haber participado más de dos personas, entre ellas, un menor de edad, y con alevosía, al haber planificado el hecho.

El fiscal hizo especial énfasis en que el hecho no fue producto de una reacción espontánea o una pelea fortuita, sino de un plan ideado con antelación por los imputados, quienes se valieron de engaños para llevar a la víctima hasta el lugar del ataque.

La víctima, Lautaro Ortigoza, que además es primo de Dylan Catriel Blanco, brindó un extenso y pormenorizado relato de los hechos previos al 11 de junio del 2024, cuando, con engaños lo citaron al barrio CAP, lugar en que luego fue brutalmente agredido y dejado en un zanjón inconsciente con temperaturas bajo cero.

Ortigoza contó cómo era su relación de amistad con Mía Villanueva, y la relación sexo afectiva con Blanco, como así también la relación que intentaba mantener con un joven de unos 15 años, que estuvo involucrado en la causa, aunque luego fue declarado inimputable.

Asimismo, López oribe describió que una vez que Lautaro Ortigoza llegó al lugar, Dilan Blanco, con quien además había tenido un vínculo sexo-afectivo, lo abordó por sorpresa y lo atacó con un cuchillo. Las estocadas, dirigidas al rostro, cuello y cabeza, fueron ejecutadas con un arma blanca de cocina con una hoja de 7,7 cm de largo por 2,1 cm de ancho, de la marca Basari. Mientras tanto, Villanueva habría actuado como cómplice e impidió que la víctima escapara, incluso, lo distrajo y asistió psicológicamente a su consorte de causa durante el ataque, según manifestó el fiscal.

Luego del intento de homicidio, ambos imputados arrastraron a Ortigoza, creyéndolo muerto, hasta un desnivel del terreno en el mismo predio, donde lo abandonaron sin abrigo, en medio de temperaturas bajo cero de aquella noche.

En el mismo sentido, el Ministerio Público Fiscal se focalizó en que el hecho fue cometido con total desprecio por la vida y con plena conciencia de la gravedad de las lesiones causadas. Según remarcó, si la víctima sobrevivió fue gracias a que, por precaución, había enviado su ubicación a varios amigos antes de acudir a la cita, lo que permitió su hallazgo y posterior traslado al hospital en estado crítico.

 

 

“Quería pegarle, pero no quería matarlo”, admitió la imputada Villanueva

 

Paso siguiente, el Tribunal abrió el debate y brindó la oportunidad a los imputados de brindar su versión de los hechos.

En principio, Dilan Blanco respondió a los jueces sobre datos personales, y, por recomendación de su abogada defensora la Dra. Rita Marchi, se abstuvo de declarar y se dio lectura a los dichos durante la etapa de instrucción.

Luego, hizo lo propio, Mía Villanueva que, aconsejada por el defensor Juan Carlos Assan, brindó su versión de los hechos, y allí, admitió haber utilizado la cuenta de Instagram de Sebastián Santander —un menor inimputable y expareja de Ortigoza— para contactarlo y citarlo en un descampado en la zona del ex frigorífico CAP. La joven incluso habría solicitado la contraseña de la cuenta para poder escribir los mensajes ella misma, imitando ser Santander.

En este mismo sentido, la imputada reveló previo al ataque a Ortigoza, había leído conversaciones en las cuentas secundarias de la víctima, que —según sus palabras— implicaban una relación íntima entre él y Blanco, primo de la víctima. Eso, sostuvo, fue uno de los motivos que detonaron la situación de tensión.

“Me enteré que hablaban de cosas sexuales entre ellos. Me dolió. Por eso le pedí la cuenta a Sebastián y lo cité, quería hablarlo en persona”, armó.

Villanueva intentó desvincularse del ataque en sí, indicando que no estuvo al tanto de que Blanco llevaría un cuchillo, ni que la intención fuera causarle lesiones graves. De todas maneras, reconoció haber acompañado a Blanco al lugar, haberle facilitado la llegada y haber permanecido durante el episodio sin intervenir. “Yo nunca pegué en mi vida. Nunca me metí en problemas. Solo quería hablar con él. No pensé que terminaría así”, declaró.

Luego de una pausa, dieron sus testimoniales una médica forense y personal de la Policía Científica, quienes explicaron cómo fue el ataque.

El juicio sigue este jueves con más testimonios.

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