El coordinador jurídico de la obra social estatal, Dr. Jorge Giménez, planteó la realidad que vive la institución a partir de la sanción de la ley de financiamiento, que no ha generado hasta ahora mayores ingresos. Se sigue manteniendo una deuda consolidada de 14 mil millones, más otra cifra similar de deuda flotante. No mueve la aguja el aporte adicional del cónyuge que tiene otra obra social y quiere permanecer en OSEF, como tampoco los aportes de sectores que optaban por una prepaga. Tampoco se puede contar con los fondos del Puerto, que ya tenían otro destino. Se agregaron complicaciones, como una discusión constitucional sobre el aporte compulsivo de quienes tienen una prepaga y el reclamo de una deuda a los jubilados que tienen OSEF y no aportaron en su vida activa. “Todos estos meses ha habido una discusión casi de quiosquero y la obra social no se maneja como un quiosco”, expresó, y consideró que la ley “se quedó extremadamente corta. Se tendría que haber hecho una ley con una visión de política sanitaria y preservación de los recursos, pero el legislador fueguino entendió otra cosa y hay que adaptarse a esa realidad”.
Río Grande. – El Dr. Jorge Giménez, coordinador jurídico de OSEF, expuso la realidad de la obra social estatal a partir de la sanción de la ley de financiamiento, que ha generado más complicaciones que beneficios, sin que hasta el momento se observen mayores ingresos a la institución.
En principio se refirió por FM Master’s a la baja de cónyuges que se debió realizar en función de esta normativa, para los casos que ya contaban con otra cobertura. “Con la sanción de la ley de financiamiento, la obra social podrá darle de baja a los cónyuges que tienen cobertura médica. El cónyuge que quiere darle de alta a su pareja se tiene que acercar a la obra social y pagar un canon más. Es el 1% de los haberes que no superen ocho salarios mínimo, vital y móvil y el 2% para los que lo superen”, dijo.
“Nosotros estamos en proceso de reglamentar esta ley, que dice que la ley ‘podrá’ afiliar o no. La Superintendencia de Seguros de Salud dice que no podemos rechazar a un afiliado, pero no lo estamos dejando en la calle porque este afiliado tiene cobertura médica. La persona no se queda sin cobertura y tiene que ir a golpear la puerta de su obra social. El cónyuge que no tiene cobertura médica sigue estando en la OSEF y además no paga”, aclaró.
“En principio dimos de baja a todas aquellas personas que en el proceso de investigación determinamos que tenían doble cobertura. Ya a esta altura tenemos cerca de 100 nuevas altas. Todavía está en discusión si la obra social lo puede aceptar o no, porque la ley no se reglamentó”, indicó.
“Esta es la ley que el legislador entendió que era lo que correspondía, nosotros teníamos un proyecto distinto y habíamos propuesto abrir la obra social para los hijos que ya tienen 25 ó 26 años, que ya no podrían tener cobertura. Eso no lo receptó el legislador fueguino y era una propuesta interesante hasta del punto de vista financiero. Serían afiliados voluntarios que pagarían un canon superior al 1% y entendíamos que era viable”, aseguró.
Aportes por el piso
En materia de aportes, que no fueron aumentados, dio a conocer las cifras de lo que cuesta la cobertura básica y lo que ingresa a OSEF en promedio. “Se estima que la Prestación Médica Obligatoria –PMO- cuesta entre 115 y 125 dólares. Serían alrededor de 170 mil pesos, por una familia tipo da 600 mil pesos. Si dividimos los ingresos de la obra social por la cantidad de afiliados, tenemos un promedio de ingreso de 67 dólares. Hoy estamos en 58 mil afiliados y el 50% son titulares. Si la cobertura cuesta 115 dólares y a la obra social le ingresan 67 dólares, está entrando la mitad. Esto se resuelve con financiamiento, sea externo o por aportes. Técnicamente se necesita aumentar la cantidad de recursos que entran a la institución”, subrayó.
Medicamentos caros
En cuanto a las compras de medicamentos, expuso las complicaciones que genera no tener recursos para comprar más barato. “Todos estos meses ha habido una discusión casi de quiosquero y la obra social no se maneja como un quiosco. El quiosco sabe que si compra de contado, tiene un descuento; y si compra volumen consigue más cantidad. Esto requiere de una conducta pagadora y de financiamiento para pagar”, remarcó.
“Los procesos de compra de la obra social están absolutamente regulados, con financiamiento se pueden tener mejores oportunidades y eso lo sabe el quiosquero. El volumen es lo que cuenta en la operación integral. Claramente podemos obtener mejores descuentos, si pagamos más pronto, porque el dinero tiene un interés y nosotros le estamos pagando a las empresas a los siete meses, con un aumento del costo del medicamento del 4% mensual”, estimó.
Sin cambios después de la ley
Lo cierto es que, después de la sanción de la ley y transcurridos un par de meses, no se movió la aguja en materia de ingresos. “Hasta ahora no, es más, todavía está todo muy complicado. La ley establece un aporte extraordinario del Puerto y ese dinero no va a estar, porque el Puerto informó que esos recursos los tiene destinados a otros fines. Ya pasaron dos meses y la obra social sigue con 14 mil millones de pesos pendientes de pago”, dijo.
“La ley, para mí, se quedó extremadamente corta. Se tendría que haber hecho una ley con una visión de política sanitaria y preservación de los recursos, pero el legislador fueguino entendió otra cosa y hay que adaptarse a esa realidad. Había varias opciones, pero esto es lo que se sacó y la realidad con la que estamos trabajando hoy”, se resignó.
“Nosotros tenemos la obligación de preservar la vida y no podemos decirle a un familiar que espere a que consigamos financiamiento. Hay personas que necesitan iniciar su tratamiento oncológico, por ejemplo, y no se les puede pedir que esperen. Hoy en día no hay límites para el costo de los medicamentos, nosotros tenemos afiliados que nos consumen 115 mil dólares por mes y por gracia de dios lo podemos cubrir. Las mismas empresas nos dicen que le damos Ferraris a nuestros pacientes, porque PAMI les da un Gol, en términos comparativos de la calidad de medicamentos. Los médicos tratantes quieren lo mejor y eso cuesta plata”, enfatizó.
Coseguro
También se lo consultó sobre el pago de coseguros, que ha generado quejas de parte de los afiliados. “La práctica médica ronda los 40 mil pesos y en Ushuaia hay un coseguro que paga el afiliado de 10 mil pesos, y 30 mil los pone la obra social. Nosotros tenemos un alto nivel de consultas en determinados momentos y el coseguro se puso para desalentar el mal uso de la obra social, para que no haya un uso indiscriminado. El coseguro no se paga cuando un afiliado tiene una emergencia, porque claramente necesita atención, así ocurre en la guardia y en la internación. Hay muchas obras sociales que cobran coseguro de internación”, diferenció.
Farmacia
En cuanto a si vale la pena contar con una farmacia abierta al público, prácticamente dijo que no. “A nivel país no son muchas las obras sociales que tienen farmacia. La farmacia acá se utilizó más como una expresión política que otra cosa. Desde el punto de vista técnico no sé si serviría. La obra social nuestra se dedica solamente a comprar medicamentos de alto costo cuando puede. Del 100% de gastos en medicamentos, entre el 65 y el 70% del total de lo gastado son medicamentos de alto costo. Queda el 30% y hasta menos para los medicamentos de alta rotación. Antes llenaban la farmacia de esas cosas que no inciden en el presupuesto total. El 65% de ese 30% son hipoglucemiantes y termina siendo entre el 12 y 15% del total de lo gastado. No tiene sentido tener una farmacia por el 12 ó 15% del total del presupuesto, para el paracetamol, la amoxicilina y demás. En términos numéricos en general no sé si rinde”, planteó.
“Para comprar un paracetamol, el afiliado va directamente a la esquina del barrio. Esto se podría comprar en una obra social que tuviera financiamiento. Además, por normativa hay que tener un farmacéutico en la farmacia, que está regido por la ley de empleo público, por lo cual tiene dos días de artículo por razones personales, 15 días de licencia en invierno, 30 días de licencia en verano y además hay escasez de estos profesionales. Esa es la complejidad de tener una farmacia abierta”, sostuvo.
Deuda impagable
Así las cosas, no hay visos de poder pagar una deuda que sigue creciendo y va a generar cortes de prestaciones. “Tenemos cerca de 14 mil millones consolidados y después tenemos otros 14 mil millones de deuda flotante, que está en curso para llevar a Tesorería. El corte de prestaciones va a pasar más temprano que tarde, porque el que da servicio no quiere atender si no le pagan. El médico necesita el dinero para sus gastos y hay que pagarle, si no, no trabaja más. Al prestador hay que pagarle porque puso su fuerza de trabajo”, expresó.
“Nosotros hemos propuesto procesos de integración público-privada, hemos propuesto que nos den un ala del hospital para dedicarnos solamente a OSEF, inclusive con médicos del sector privado. Propuestas hay un montón, pero esta es la realidad con la que contamos. Cuando se critica a los prestadores privados, del total de los recursos que se lleva el privado, más del 60% es para los médicos que prestan los servicios, no va todo para la Clínica San Jorge”, observó tras las críticas a las medidas de la clínica.
“La norma que se aprobó va a tener que profundizarse y hay que seguir discutiendo política sanitaria en Tierra del Fuego. En el estudio actuarial se determinó algo muy interesante: durante estos últimos 7 ó 10 años la cantidad de ingresos a moneda constante ha ido decreciendo en la obra social. Esto significa que, por más que se vea más plata en números, a moneda constante ha ido decreciendo, en un contexto de inflación mundial del 10% en salud. Finlandia no tiene inflación, pero en salud tiene un 10%, por el aumento de tecnología sanitaria, el aumento de la expectativa de vida y el aumento del acceso a la salud. Finlandia año a año tiene que discutir si aumentan 10% más la cantidad de plata que mandan a los financiadores y en la obra social hace 7 ó 10 años el ingreso de recursos a moneda constante es menor. Año a año entra la misma plata o menor cantidad que el año anterior y esa es otra variable. Son discusiones que hay que dar”, consideró.
Nuevos aportantes
Otro frente de conflicto son los afiliados que venían optando por una prepaga y ahora tienen que aportar a OSEF. Aun contando con este sector, la incidencia es mínima en materia de ingresos. “Esto se está discutiendo en el proyecto de reglamentación, porque la nueva ley dice que los empleados del banco tienen que pasar a OSEF. Se está pensando si los agarramos a todos de los pelos y los metemos a OSEF o se hace un proceso de transición”, señaló.
“Ahí nos encontramos con una discusión hasta constitucional, porque el empleado del banco puede decir que en su convenio colectivo dice que tiene que tener la obra social bancaria. Hay que ver si el convenio colectivo prima por sobre la Constitución Provincial o Nacional, porque en la reforma del ’94 las provincias se reservaron la facultad de regular el régimen de seguridad social. Esa discusión hay que darla, y la otra opción es que se queden en la obra social bancaria cuando se jubilen. Eso es lo que hoy se está discutiendo, porque la ley dice que pueden no ir a la OSEF, pero el día que se jubilen tienen que pagar 20 años de los aportes que no se hicieron. Pero la ley habla de jubilados actuales y futuros, con lo cual la señora que se jubiló hace 10 años, pero aportó solamente 10 a la OSEF, debería pagar los otros 10 años. En el proceso que estamos pensando es que el que está jubilado, ya está. El que mañana se jubila y aportó solamente 9 años, le debería 11 años a la institución. Son todas discusiones que hay en este momento en escena”, detalló.
“Esto no afecta los haberes del que se jubiló hace 10 años, porque el haber sigue siendo el mismo; pero para acceder a la salud, ese grupo determinado tiene que pagar más plata, según lo que reguló el legislador fueguino”, concluyó.

