El presidente de la Cámara de la Construcción, Daniel Noval, habló sobre la paralización de las obras con financiamiento nacional y el acuerdo con el IPV para terminar las viviendas que quedaron pendientes. Se trabaja a ritmo lento, en la medida que el instituto puede hacer frente con fondos propios. No se prevén nuevas viviendas para 2026 pero en la temporada se comenzaría con la refacción del edificio Juan Carlos Conde de la caja de previsión, que va a reactivar el mercado de Ushuaia.
Río Grande. – El presidente de la Cámara de la Construcción, Daniel Noval, dio un panorama de la situación del sector, que trabaja a ritmo lento para terminar con las viviendas del IPV, en la medida que el instituto va disponiendo de fondos propios. Una obra importante que va a comenzar en la temporada es la refacción del edificio Juan Carlos Conde del ex IPAUSS, actual caja de previsión, y se espera que reactive el mercado, dado que hoy el 80% de las obras son privadas y hay un 20% de obra pública solamente.
En el programa ‘Buscando el Equilibrio’ por Radio Provincia, se refirió a la responsabilidad de su nuevo cargo, dado que “la Cámara de la Construcción renovó autoridades en abril de este año, fui elegido presidente y espero satisfacer la responsabilidad que me han dado. Tenemos 19 empresas asociadas en este momento y veremos si en esta gestión podemos incorporar más empresas”, dijo.
Destacó que el gobierno ha acompañado el pedido de la institución de que se tomen empresas locales para la obra pública, tras las malas experiencias con empresas que vinieron de afuera “en cierto tipo de obras donde hay mucho volumen y las empresas locales no tienen la tecnología, se ha dado la asociación de empresas de fuera de la provincia”, señaló.
“En la última ampliación del Puerto el pliego pedía que hubiera una empresa local dentro de la UTE. Las empresas de la Cámara están en condiciones de tomar obras grandes y ya ha pasado que se asociaran para hacer obras de envergadura”, manifestó.
“Cuando hablábamos de las empresas de afuera el gobernador siempre nos entendió. No es fácil venir a Tierra del Fuego, hay empresas que vienen y después se encuentran con todas las complejidades logísticas, el costo de la hora-hombre, y después terminan abandonando la obra, que es lo que no queremos ninguno”, planteó.
Respecto de la caída de obras en los últimos años, recordó que “luego de la pandemia, en 2021 vino mucha inversión del gobierno nacional para empezar a mover todo, hoy es un país y en ese momento era otro. En un contexto inflacionario como teníamos antes era muy complicado construir y en el último año de Fernández los pagos se atrasaron mucho. Con el cambio al gobierno actual la situación fue peor, porque la obra pública se redujo a cero. Son situaciones que uno como Cámara no puede manejar”, lamentó.
Actualmente están trabajando con el IPV con las 414 viviendas, 204 en Río Grande y 210 en Ushuaia. “Son obras del 2021 que venían post pandemia y son ocho contratos, cuatro empresas de Río Grande y cuatro empresas de Ushuaia. En el gobierno de Fernández tuvimos que renegociar todo de vuelta con el IPV, porque el UVI quedó atrasado con respecto al índice inflacionario y no podíamos continuar las obras. Después se acomodó ese UVI y se va actualizando mes a mes. El contrato está en UVI, no en pesos, pero no están los fondos para continuar las obras, porque se acordaron casi 5.000 pesos con nación y no llegaron. En la actualidad tenemos un acuerdo con el IPV, al que le siguen ingresando fondos del FONAVI, y vamos avanzando de a poco mes a mes. La idea es terminar las viviendas y que se puedan ocupar. En 2026 vamos a tener que sentarnos de vuelta y ver cómo desarrollamos las obras, porque hay viviendas avanzadas en un 60%, otras en un 70%, otras en un 80%, no es igual para todos los casos”, detalló.
Adelantó que “no está previsto licitar viviendas para la próxima temporada”, pero habría una reactivación en Ushuaia con el edificio de la caja. “El Ministerio de Obras Públicas sacó una licitación para una obra de 1.100 millones aproximadamente. Van a refaccionar el edificio Juan Carlos Conde del ex IPAUSS y ahí van a participar algunas empresas de la Cámara. Eso es importante porque va a mover el mercado. Luego hay en proyecto tres escuelas de nivel secundario, con financiamiento nacional, porque los convenios estaban desde el gobierno anterior y se volvieron a reflotar con este gobierno. Ya están licitadas las obras y se mandó toda la documentación a Buenos Aires. Cumplido ese paso tendrían que librarse los anticipos financieros para empezar. Si todo va bien, se tendría que empezar a trabajar entre octubre y noviembre. Las empresas ya dieron comienzo y ya están invirtiendo en el terreno, para largar con la obra cuando venga el dinero”, indicó.
Inversiones público-privadas
Consultado sobre la posibilidad de repetir algunas experiencias exitosas de asociación público-privada, con participación del banco, dijo que “las empresas están de acuerdo en trabajar con una entidad financiera, siempre que las garantías estén dadas, porque es una modalidad que funciona. Si el tomador del crédito reúne las condiciones para el crédito, la empresa ejecuta la obra y es una buena opción”.
Ushuaia sin tierras
Por otra parte, expuso las limitaciones de Ushuaia para continuar desarrollándose, si no se amplía el ejido. “El problema es muy delicado, porque la ciudad no tiene forma de expandirse y tiende a irse hacia arriba. Ahora hay una obra de tendido eléctrico para lo que sería el sector de la mosca loca y ahí se crearía la nueva caminera para el nuevo control policial. Esto permitiría urbanizar toda esa parte para empezar a extenderse un poco más, porque ya no hay espacio para ningún lado”, sostuvo.
En cuanto a las tierras de la Armada, dijo que “el Barrio Malvinas es un emblema de la Armada y se podría ampliar como para urbanizar, pero no sé en qué situación está. La última urbanización grande y más prolija de Ushuaia la hizo el IPV en el Pipo, pero ya no hay más lugar. Río Grande se puede ampliar de otra manera, pero en Ushuaia es muy complejo el tema”.
Nuevas torres
En materia de obra privada, se observan en la capital fueguina construcciones de torres importantes y lo atribuyó al desarrollo del turismo. “En Ushuaia, con el tema del turismo, las inversiones fueron muy agresivas y en corto tiempo. Ushuaia tiene una particularidad y es que los terrenos de los antiguos pobladores eran grandes. Muchas familias fueron vendiendo sus terrenos pero todavía hay de ese tipo de tierras. Ahí se construyó la Ushuaia primitiva y ahora se está edificando ahí arriba. Lo que pasa es que también hay un tema de infraestructura que no se condice con la envergadura de las obras que se hacen. La topografía de Ushuaia debe ser la más compleja del país. Trabajar del nivel cero para abajo es muy complejo y lo digo por experiencia. Normalmente cuando hay una obra de envergadura que quiere hacer estacionamiento en el subsuelo, primero sondean a ver con qué se van a encontrar y después deciden la inversión. El municipio exige que haya un mínimo para estacionamiento y hay que hacer subsuelo o algún piso hacia arriba”, explicó.
Lo cierto es que se ha invertido la pirámide y hoy hay más obra privada que pública. “En este momento no sé si es 70/30 u 80/20 la inversión privada por sobre la pública. Se invirtió la pirámide por el contexto nacional y esperemos que se revierta”, confió.
Costo del metro cuadrado
Consultado sobre el costo del metro cuadrado en Ushuaia, dijo que “sin el terreno, una vivienda estándar está entre los 1.500 y los 1.600 dólares el metro cuadrado. Con terreno incluido se va a 1.800 ó 1.900 dólares”.
Materiales de construcción
En cuanto a los materiales que se usan para la construcción, dijo que “las 414 viviendas que están sin terminar, al tener cuatro pisos, se necesita hormigón. Las divisiones de un departamento y otro se hacen con bloques. Yo veo que Río Grande sigue con su tradicional bloque y algo de metálico, en Ushuaia es más variado. Hay mucha tecnología nueva que está viniendo y va a cambiar la forma de construir. En lugares fríos como los nuestros termina siendo más económico en el tiempo”.
Por el momento descartó la incorporación de madera a las construcciones. “El tema de la lenga se fue perdiendo en Tierra del Fuego porque tiene un costo muy alto para el aserradero y para el que le da el valor agregado. Con el tiempo hay muchos problemas porque las maderas se abren, se mueven, y terminan cambiándolas por una abertura de PVC. Se ha dejado un terreno que lo ocupó la madera verde para hacer palets y es un tema que hay que trabajarlo, porque hoy uno va a comprar madera a un corralón y se encuentra con el pino que viene de Misiones. Hay un 10% de lenga y un 90% de pino, lo que da la pauta de que se ha dejado un mercado, porque tiene alto costo para cortar esa madera y ponerla en condiciones”, dijo.
Obras en el aeropuerto de Río Grande
También cifró expectativas de que puedan participar empresas locales en la obra del aeropuerto de Río Grande. “Me parece fantástico si están pensando en reciclar la pista y entiendo que esa debe ser una inversión que viene de la mano de nación o de algún privado de Buenos Aires. Nos interesaría participar y hay empresas importantes en Río Grande, pero nosotros no estamos enterados de este tema. Esta obra va a venir muy bien para el sector”, aseguró.
Dado que se prevé una gran cantidad de metros cúbicos a cubrir con piedra, indicó que “la única cantera disponible para esa envergadura de piedra es la que está a la altura de Tolhuin. Ushuaia no tiene canteras porque se prohibieron y se va a buscar a Tolhuin. Esto eleva los precios del hormigón elaborado a casi el doble. Ahí está la diferencia del costo de la construcción en Ushuaia con respecto a Río Grande y, si se agrega el suelo, son dos condimentos que nos encarecen el metro cuadrado”, concluyó.
