El subsecretario de Salud Mental, David De Piero, advirtió sobre la creciente demanda de atención en la provincia y destacó la importancia de estar atentos a las señales que dan los jóvenes. También señaló las dificultades para cubrir la demanda y la falta de lineamientos nacionales en la materia.
Río Grande. -“La salud mental sobre todo en niños y adolescentes es un tema preocupante. Por un lado, uno no puede decir que la fuerte demanda que hay responde a los modos de vida que tenemos hoy. La salud mental no es ajena a lo social y a lo cultural, los niños y adolescentes muchas veces aparecen como emergentes al contexto social en el que se vive”, explicó De Piero en FM Master’s.
En ese sentido, remarcó que “hay una creciente demanda en Tierra del Fuego, a nivel nacional y a nivel mundial en cuanto a la salud mental en general y en particular en niños y adolescentes. En el caso de la provincia contamos con equipos infanto juvenil, que no es el único recurso para atender a la problemática, pero sí es un recurso escaso de conseguir. En la provincia no contamos con lo suficiente pero sí lo hay”.
De Piero puntualizó que existen “dos situaciones, las emergentes y las urgencias”, y diferenció que “cuando aparece un emergente nos avisa que a ese niño le vienen pasando cosas que no fueron detectadas”. También subrayó la importancia de atender los cambios en la vida cotidiana: “Los jóvenes y niños tienen un modo muy particular pero muy exacto de dar señales. Las rutinas cotidianas son como un termómetro que cuando algo de eso se altera como es la alimentación, el sueño, los espacios de diálogo con los adultos y los cambios de conducta inesperados. Eso sí una señal clara a la que hay que prestar atención”.
Sobre las situaciones de emergencia, precisó que “todo lo que es una situación de emergencia que requiera una evaluación inmediata tienen que acudir a las guardias de los Hospitales tanto en Ushuaia, Tolhuin y Río Grande. En los casos que se requiera algún tipo de atención por síntomas o signos se pueden hacer a través del sistema público o los CAPS que tienen equipos de atención de salud mental”.
Consultado por la demanda, el profesional detalló que “hay una demanda muy alta. Creció muchísimo en el último tiempo. La atención en adultos en los últimos 6 años creció más del 100% en una población que no creció al 100%, pero entendemos que en niñez y adolescencia creció aún más que en el sistema de adultos”.
Asimismo, explicó: “La pandemia hizo un antes y un después sobre todo en la población de adolescentes en cuanto a motivos de consulta, y sobre todo en las problemáticas que fueron sucediendo en el reencuentro de la vida presencial porque para muchos adolescentes fue muy difícil y empezaron a aparecer episodios de angustia en sus diferentes manifestaciones y esto incrementó la problemática”.
Sobre los niveles de gravedad, destacó que “hay que aclarar que, en la población de niños y adolescentes, las manifestaciones que aparecen son muy particulares, a veces muy virulentas, toman formas muy alarmantes que no necesariamente continúan en el tiempo. Cuando uno habla de esa franja, que, así como está en desarrollo lo físico de cada persona, también está el desarrollo del psiquismo. Entonces las respuestas que hace el psiquismo ante determinadas situaciones también son exacerbadas en relación a la vida adulta. Un niño puede demorar el habla dentro de los parámetros esperados, pero no necesariamente esa conducta responde a cuadros psicopatológicos, a veces son parte del desarrollo de la persona”.
Consumos problemáticos, recursos y desafíos
El funcionario también se refirió a los consumos problemáticos: “Estamos esperando los resultados del SEDRONAR sobre la cultura del consumo en las escuelas secundarias. Es un dato que nos va a marcar los parámetros de la cultura del consumo. En términos de consulta se incrementó la consulta de consumo problemático en adolescentes y también se nos agrega un consumo más reciente que es el de las nuevas tecnologías. Hoy las pantallas agregan un plus, no es lo mismo consumir un deporte que una pantalla y a esto se le suma el consumo de los juegos virtuales como son las apuestas y los casinos en línea”.
En ese marco, valoró que en el Congreso se avance con una ley para regular las apuestas online: “Es interesante que se trate porque la salud mental tiene que ver con lo asistencial y con los modos de vida, pero que no haya una regulación sobre las apuestas en línea, es dejarle a una población con sus fragilidades como son los adolescentes, una tentación que los pone en problemas muy complejos”.
Consultado sobre los recursos en la provincia, sostuvo que “no creo que se necesiten más lugares, en principio lo que se requiere es no tener que derivar porque es algo muy traumático para el paciente y la familia. Sí se necesitan dispositivos intermedios para que puedan contener y prevenir nuevas internaciones”. Entre los avances mencionó el Hospital de Día, el centro de día en problemáticas de consumo, la Casa de Medio Camino y el trabajo conjunto con los municipios.
Asimismo, comentó que “desde la creación de la Ley de Salud Mental se propone una reformulación de todos los sistemas de salud. En el caso de Tierra del Fuego no teníamos lugares psiquiátricos con lo cual para nosotros fue un punto de partida, lo cual no implica que no hay que reformular todo el sistema de salud mental. Entre ellos, un punto central es la creación de los dispositivos intermedios que constituyen una línea de cuidado y acompañamiento a los usuarios de salud mental que atraviesan un episodio agudo o crisis y que post crisis necesitan una línea de cuidado, o porque no tienen la red de contención o no tienen la autonomía suficiente para autovalerse, para eso son los dispositivos”.
Diferencias entre las ciudades
Sobre las diferencias entre las ciudades, desarrollo: “Sí claro que hay diferencias. Uno es el social en cuanto a problemáticas de vulnerabilidad generado por situaciones económicas, esto genera menos contención al momento de las problemáticas de salud mental y en problemáticas de consumo hay una demanda muy fuerte. El otro punto de la diferencia es que en Río Grande es mucho más complejo la inclusión del personal calificado en salud mental, psicólogos, psiquiatras, trabajadores sociales. Cuando uno hace una convocatoria de 6 psicólogos para incluir, de los 20 que se postularon, solo se pudo incluir a 3. Muchos decidieron que no y otros no daban el perfil. Con lo cual hay que hacer una nueva convocatoria, sin embargo, esto pasa constantemente”.
En la misma línea, cuestionó la ausencia de lineamientos nacionales: “Desde que asumió el gobierno nacional, se convocó una vez el Consejo Nacional de Salud Mental que duró 20 minutos, como tampoco se bajó ninguna línea de acompañamiento. El Remediar no llega a Tierra del Fuego como tampoco programas para fomentar el incremento de camas hospitalarias como también dispositivos de nuevos caminos. Esos proyectos no existen ni las líneas de financiamiento como tampoco la referencia con quien poder encontrarse y aunar criterios en políticas de salud mental”.
Por su parte, comentó que “entre las provincias nos reunimos para hablar y hacer un relevamiento de la situación sanitaria actual. Ya tuvimos dos encuentros con la participación de 16 provincias y elaboramos un informe dando cuenta de la situación de la salud mental de los últimos años. En Tierra del Fuego tuvimos un incremento de las internaciones, pero en consulta tuvimos un aumento del 250% en los últimos 6 años, cuando en otras jurisdicciones tienen incremento del 100 y pico. Esto no responde a lo sanitario, sino a una estadística de consulta”.
Finalmente, habló sobre el tratamiento de la salud mental en los medios de comunicación y dijo que “el desafío en términos de comunicación de la salud mental es cómo desmitificar algunas cosas, entendiendo que el mito responde a la necesidad social de buscar respuestas. En principio debemos derribar el mito de que Tierra del Fuego es una de las provincias que tiene mayor tasa de suicidio del país, esto no es así, sino que estamos en la media nacional”.
