El especialista fueguino valoró la inversión privada de 37 millones de dólares para la modernización del Aeropuerto Internacional “Gobernador Ramón Trejo Noel”, pero alertó sobre la falta de planificación integral y la ausencia de políticas públicas que articulen la infraestructura con el desarrollo productivo y social de Tierra del Fuego. Además, explicó que la obra demandará una logística “muy compleja” por la magnitud de los materiales y el breve plazo de ejecución. Asimismo, detalló que “estamos hablando de nueve mil metros cúbicos de hormigón de alta resistencia y treinta y cinco mil metros cúbicos de piedra triturada para la pista de rodaje, donde el plazo estimado es de apenas cincuenta días de ejecución efectiva, lo que obliga a articular una red de empresas locales para abastecer materiales, mixers, transporte y laboratorio de control permanente”, puntualizó.
Río Grande.- El ingeniero químico Walter Loncón, empresario y referente técnico en materia vial y minera de Tierra del Fuego, analizó en el programa ‘Buscando el Equilibrio’ por Radio Provincia la inminente remodelación integral del Aeropuerto Internacional “Gobernador Ramón Trejo Noel”, una obra privada valuada en 37 millones de dólares que la concesionaria Aeropuertos Argentina 2000 ejecutará entre el 5 de enero y el 15 de abril de 2026.
El proyecto, que implicará el cierre total de la terminal durante más de tres meses, forma parte del Plan Nacional de Modernización Aeroportuaria, y se presenta como una intervención clave para el norte de la isla.
Sin embargo, Loncón advirtió que, más allá del impacto inmediato, el verdadero desafío está en “cómo se articula esa inversión con una estrategia de desarrollo local sostenido”.
En este sentido, dijo que “es una obra muy importante, que va a generar movimiento y trabajo, pero el problema es que seguimos actuando sin planificación de largo plazo, las obras llegan como hechos aislados, sin conexión entre sí, y eso nos vuelve dependientes de cada licitación que se anuncia”, señaló el ingeniero.
Una obra millonaria con reloj en cuenta regresiva
Loncón explicó que la obra demandará una logística “muy compleja” por la magnitud de los materiales y el breve plazo de ejecución.
En este marco detalló que “estamos hablando de nueve mil metros cúbicos de hormigón de alta resistencia y treinta y cinco mil metros cúbicos de piedra triturada para la pista de rodaje, donde el plazo estimado es de apenas cincuenta días de ejecución efectiva, lo que obliga a articular una red de empresas locales para abastecer materiales, mixers, transporte y laboratorio de control permanente”, puntualizó.
El ingeniero anticipó que ninguna empresa por sí sola podrá cumplir con las exigencias técnicas y de plazos, por lo que se conformará una UTE (Unión Transitoria de Empresas) con al menos tres firmas locales para dividir tareas y recursos.
“No hay capacidad operativa en Río Grande para sostener semejante ritmo de obra en solitario, se va a trabajar con empresas locales, con personal de la provincia y con equipos compartidos, porque el objetivo es cumplir el cronograma sin comprometer la calidad”, precisó.
Entre la oportunidad y la deuda estructural
Pese a destacar la magnitud de la inversión privada, Loncón planteó una mirada más crítica sobre el contexto general, señalando que “esta obra va a generar un movimiento económico necesario, sobre todo en un contexto de parálisis del proyecto portuario y de caída de la obra pública nacional, pero no podemos seguir dependiendo de iniciativas puntuales, si el Estado no planifica el desarrollo de la infraestructura de manera integral, seguiremos apagando incendios cada cuatro años.”
El ingeniero vinculó esta situación con lo que definió como la ausencia de una estrategia provincial de desarrollo territorial, capaz de integrar aeropuerto, puerto, producción industrial y desarrollo tecnológico.
“Tierra del Fuego tiene que pensarse como un sistema, no como obras aisladas, el puerto, el aeropuerto, la energía, la industria y la logística deben ser parte de un mismo plan, de lo contrario, terminamos con inversiones descoordinadas que se solapan o se frenan entre sí”, reflexionó.
El puerto, “el sello dorado” pendiente
Durante la entrevista, Loncón también se refirió al postergado proyecto del puerto de Río Grande, calificándolo como “la verdadera salida al desarrollo fueguino”.
“El puerto de Río Grande sería el sello dorado para nuestra ciudad, es la puerta a la Antártida y el punto de conexión con el Pacífico, no importa el color político, es una necesidad estratégica. Si se concreta, generaría un polo logístico y químico comparable al de Bahía Blanca”, aseguró.
El ingeniero recordó que la demora del proyecto portuario chino mantiene frenadas inversiones complementarias y oportunidades laborales.
“Hoy dependemos de decisiones externas, no hay planificación real ni continuidad institucional, Río Grande podría ser la ciudad que más crezca en la Patagonia en los próximos 25 años, pero solo si hay visión y compromiso”, afirmó.
La logística y el ambiente, un equilibrio necesario
Loncón también se refirió a los desafíos ambientales que enfrentan las empresas canteras de la región.
Explicó que por las “restricciones sobre la costa atlántica durante el período migratorio de aves, muchas firmas debieron trasladar su producción de áridos hacia Tolhuin, donde él mismo adquirió una nueva cantera”.
“Compartimos la necesidad de cuidar el ecosistema, pero hay que equilibrar desarrollo y conservación. Si bloqueamos todos los accesos a los recursos, terminamos encareciendo las obras y paralizando la actividad económica local”, señaló.
Un horizonte tecnológico y productivo que asoma
Más allá del aeropuerto, Loncón subrayó que Tierra del Fuego está llamada a convertirse en “un polo tecnológico de escala nacional”.
“Ya se habla de inversiones por más de 25 mil millones de dólares vinculadas a la producción de microchips y semiconductores, tenemos la infraestructura, la energía y el conocimiento técnico acumulado por la industria electrónica, el norte de la isla tiene que ser el motor industrial y Ushuaia debe consolidarse como destino turístico, esa es la verdadera planificación”, explicó.
Además, agregó que “tenemos todo para crecer como lo es energía, conocimiento, industria y geografía, lo que falta es planificación y sin planificación, ninguna obra, por grande que sea, alcanza para cambiar el destino de una provincia”.
Una mirada que trasciende la obra
El testimonio del ingeniero Loncón deja entrever una idea central, donde la remodelación del aeropuerto es, sin duda, una obra necesaria y una señal de reactivación, pero también una oportunidad para repensar el modelo de desarrollo fueguino, entre lo local y lo global, lo productivo y lo ambiental, lo técnico y lo político.
Mientras tanto, Río Grande se prepara para un verano atípico, con maquinaria, camiones y movimiento en la pista y con la esperanza —tan repetida como esquiva— de que esta vez, la obra no sea un parche, sino el inicio de una planificación real para el futuro del norte fueguino.


