Oscar Suárez advirtió sobre la cesión de áreas de YPF a Terra Ignis

El ingeniero en hidrocarburos Oscar Suárez, ex secretario ejecutivo de la OFEPHI y con trayectoria en YPF en los años 80, analizó en profundidad la inminente cesión de las áreas operadas por la petrolera estatal a la empresa provincial Terra Ignis. Suárez alertó sobre la falta de certezas técnicas, económicas y ambientales que rodean el traspaso, y señaló que la provincia aún no ha transparentado información clave para proyectar el futuro del sistema energético fueguino.

Río Grande.- Luego de que el economista Federico Rayes advirtiera que el decreto habilita a YPF a desligarse completamente de los pasivos ambientales y operativos, pero sin evidencia clara de que Terra Ignis, o una tercera empresa, asuma formalmente esas obligaciones. “¿Qué pasa si aparece un impacto ambiental no declarado? No se sabe. No está escrito”, planteó Rayes días atrás, el ingeniero Suárez recogió ese guante y aportó el detalle técnico que falta.

 

“Esto es una cesión con demasiados vacíos. No es transparente”

 

Suárez fue categórico desde el inicio al manifestar que “como mínimo, esto es poco transparente. Se tendría que haber brindado mucha más información a la gente”, manifestó en dialogo con FM Master’s.

Según el ingeniero, el traspaso ocurre sin que se conozca públicamente el “detalle de las reservas probadas, probables y posibles de los yacimientos, los pasivos ambientales existentes, el estado real de la infraestructura, la logística disponible para producción y exportación, el esquema de inversiones y de socio-operación que tendrá Terra Ignis, la empresa operadora que se sumaría, en caso de que Terra Ignis no tenga capacidad técnica propia”.

En este sentido, dijo que “la valuación de una petrolera no depende de los fierros, de los tanques o de los caballitos, depende de las reservas y nadie dijo cuáles son las reservas reales de Cabeza de León, La Zara, Cabo Nombre o Cañadón Piedras”, sostuvo.

 

YPF se va, pero las dudas se quedan

 

El especialista recordó que “el retiro de YPF de yacimientos maduros es una decisión nacional que lleva dos años”.

“YPF está volcando su inversión a Vaca Muerta, donde el costo por barril es la mitad que en un convencional. Es lógico que se retire de áreas que hoy le quedan chicas”.

Pero la salida de la petrolera estatal deja al descubierto un punto crítico, debido a que “una vez aprobada la cesión, YPF se desliga de toda responsabilidad y no está claro si Terra Ignis asume esos pasivos, ni cómo”, explicó.

Entre esos pasivos figuran “pozos envejecidos con declinación acelerada, equipos con décadas de uso, mantenimiento costoso, posibles impactos ambientales no declarados,

y un sistema logístico deteriorado, especialmente las boyas de despacho”.

Sobre esto último, Suárez fue tajante al sostener que “si las boyas no funcionan, ¿cómo exporta Tierra del Fuego? Hoy la información indica que están operativas al mínimo y  Roch tuvo que vender petróleo a Chile y sacarlo por tierra, eso es gravísimo”.

 

Terra Ignis: sin certezas sobre capacidad operativa ni económica

 

Consultado sobre si Terra Ignis podría operar directamente las áreas, Suárez respondió sin rodeos al manifestar que “sería una locura que Terra Ignis opere sola, no tiene la logística, no tiene la estructura y no tiene la experiencia, tiene que ir como socia de una operadora real”.

El ingeniero planteó que “la provincia aún no informó cuál será la empresa operadora asociada, si Terra Ignis absorbiera personal y servicios, debería afrontar un costo altísimo porque cualquier reparación, intervención o “pooling” en un pozo maduro puede costar entre 1 y 2 millones de dólares y los equipos actuales podrían requerir recambio completo”.

“En esta industria todo cuesta miles o millones de dólares, no sé si Terra Ignis tiene espalda para eso, no creo que el plan sea que opere sola, pero no explicaron cómo será el esquema”, lamentó.

 

“Las provincias vecinas negociaron mejor. Tierra del Fuego no”

 

Suárez comparó el proceso fueguino con medidas tomadas por Chubut y Santa Cruz y al respecto sostuvo que “ambas provincias lograron que Nación reduzca a cero las retenciones al petróleo del Golfo San Jorge, por lo cual, ese alivio mejora directamente la producción y la inversión y los gobernadores lograron negociar condiciones que fortalecen sus economías petroleras”.

Sin embargo, dijo que “yo no vi al gobernador fueguino plantear algo similar, Chubut se movió, Santa Cruz también, acá vamos recibiendo áreas con problemas sin discutir el contexto”, afirmó.

 

Un mercado que podría interesar, pero hoy sin señales claras

 

Suárez consideró que, técnicamente, Roch sería la primera empresa que debería interesarse en la licitación futura porque “es la compañía que más invirtió, tiene escala, experiencia y presencia en la zona”.

Pero advirtió que las señales públicas no ayudan, debido a que “Roch tuvo que desmentir versiones de que no pediría prórroga, el estado de las boyas complica la logística para cualquier operador y no hay claridad sobre el régimen económico que se les ofrecerá”.

 

Regalías, valores y caída de ingresos

 

El ingeniero repasó comparativamente cuánto representó históricamente la actividad en Tierra del Fuego y al respecto recordó que “en 2014–2015, la provincia podría haber recibido hasta 7 millones de dólares mensuales en valores actualizados, pero hoy el ingreso sería la mitad o menos y la porción atribuible a YPF, que ahora se pierde, rondaría entre 700 mil y 1 millón de dólares mensuales”.

Además, Terra Ignis no pagaría “cánones fijos, bonos de prórroga, diferenciales habituales en concesiones, ni impuestos por utilidades”.

El único ingreso seguro será la regalía del “12% (o superior según contratos reconvertidos), y eventualmente una participación provincial en caso de que Terra Ignis tenga un porcentaje societario con una operadora privada”.

 

“El debate debe darse en la Legislatura. Es la última instancia de control”

 

Suárez concluyó con una advertencia institucional al señalar que “el debate real tiene que darse en la Legislatura, estos son los representantes del pueblo, si no se discute ahí, ¿dónde?”.

Marcó que “el nivel de información pública es insuficiente para validar un traspaso de esta magnitud, con áreas maduras, infraestructura desgastada y un esquema económico que no garantiza beneficios equivalentes a las prórrogas anteriores”.

 

Un cierre sin certezas

 

Por último, el ingeniero fue claro al sostener que “el traspaso ya está avanzado, y si la Legislatura lo aprueba, el 1 de enero Terra Ignis quedará al mando, pero no se sabe con qué empresa operará, con qué plan de inversión, con qué logística, con qué pasivos y con qué nivel real de riesgo, por lo tanto, sin información es imposible evaluar, hay demasiados vacíos”, concluyó.

 

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