La UOCRA no ve salida y la situación “va de mal en peor”

El secretario general de la UOCRA, Julio Ramírez, planteó un panorama desolador para el sector, con un presente complejo por la veda invernal, y un futuro incierto porque no se avizora ninguna obra pública. Muchos trabajadores de la construcción han abandonado la provincia y, los que quedan, se sostienen con changas y ayuda social. 

Río Grande.- El secretario general de la UOCRA, Julio Ramírez, fue consultado en el programa ‘Buscando el Equilibrio’ por Radio Provincia sobre el presente y el futuro del sector y señaló que “la situación sigue como siempre, no tenemos ninguna visión de que esto se pueda arreglar. Estamos a la espera de nuevas resoluciones, de que salga alguna obra para Tierra del Fuego, porque la obra pública está totalmente parada”. 

“Con la veda invernal no tenemos nada y cuando pase la veda creo que tampoco vamos a tener nada. No hay ninguna empresa de Río Grande que esté trabajando en obras públicas y veremos cuando termine la veda invernal si hay algo”, dijo. 

Mientras tanto se sobrevive con ayuda social. “Los trabajadores tenemos un subsidio del gobierno y estamos esperando que la Municipalidad de Río Grande también nos dé una ayuda, que en estos días se va a concretar. Tenemos 400 compañeros y hasta ahora no se ocuparon los 300 subsidios. Entre la Municipalidad y el Gobierno cobran 120 mil pesos por mes”, precisó. 

“La situación a nivel nacional es crítica, los empresarios no van a empezar nada porque no hay ningún presupuesto. El gobierno nacional no va a mandar un peso para obra pública y nos queda esperar un milagro, para que esto se revierta, pero lo veo muy imposible”, manifestó. 

Con respecto a los trabajadores que se fueron de la provincia, que rondarían el 60% en Ushuaia, confirmó que “ese dato es certero, en Ushuaia no tenemos prácticamente gente de la construcción porque queda muy poca. En Río Grande tenemos 160 compañeros trabajando en un yacimiento de Total. Justamente recibí felicitaciones por la gente que tenemos trabajando, la verdad es que la gente pone mucho esmero, así que de parte de los ingenieros nos felicitaron porque es gente de la bolsa de trabajo nuestra. Pero esa sola obra no alcanza, y necesitamos cuatro o cinco más como esa”, expresó.

“Después tenemos obras chiquitas, de poca gente, y se fue mucha gente también de Río Grande. De todos los que venían a trabajar en la temporada no quedó nadie, queda la gente local que tuvimos siempre, que son 500 ó 600 compañeros, pero los que quedaron están todos sin trabajo”, lamentó.

Advirtió que “en otras provincias del país los compañeros están peor que nosotros, porque no tienen trabajo y no tienen para comer. Acá les dan una mano con asistencia social del gobierno y del municipio y la gente come algo. En las demás provincias los compañeros están muy mal, los sueldos son bajos, no como en Tierra del Fuego”.

Con respecto a la obra del puerto de Mirgor, dijo que “se paró de repente. Venía viento en popa y al final se paró todo. No tenemos fecha de inicio. Las obras particulares también se pararon. Los trabajadores sobreviven con alguna changuita que les sale y la ayuda social”. 

El diálogo con el gobierno sigue abierto pero “el gobierno no tiene fondos para terminar las obras y no podemos hablar nada. En la temporada por ahí salga alguna obrita de la Municipalidad de Río Grande con los fondos de ellos, pero va a ser muy poco. Yo hablo con el intendente, con el gobierno, siempre buscando qué se puede hacer, pero no hay un peso”, indicó. 

También se le preguntó por la disolución de Vialidad Nacional. “Me parece una barbaridad que cierren Vialidad. Dicen que van a contratar empresas, veremos quiénes son y qué es lo que van a hacer. Calculo que debe ser algún amigo del presidente, porque Vialidad estaba trabajando bien. Ahora que se paró todo, vamos de mal en peor. Estamos todos igual, las textiles, la UOM, la UOCRA. Del gremio que hablemos estamos todos temblando, viendo que en algún momento pasa algo. Nunca hemos pasado una situación como esta. Hemos estado mal en el 2001, pero se solucionó casi todo. Ahora ni se puede hablar, porque después te quieren meter preso. Lo que viene va a ser peor”, concluyó. 

 

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