El ex legislador justicialista Federico Bilota, candidato a diputado nacional por el frente Provincias Unidas, se refirió a un armado donde confluyen peronistas no kirchneristas y radicales no mileístas, como un camino intermedio a dos extremos pendulares. Aseguró que la mayoría de la gente está buscando un punto intermedio y el gran desafío del espacio es lograr convencer al electorado de la necesidad de no cambiar de modelo cada cuatro años. Dado que Somos Fueguinos no presentó candidatos para octubre, confió en que parte de sus adherentes sobre todo de Ushuaia, elijan una opción de centro.
Río Grande. – El ex legislador del PJ Federico Bilota, candidato a diputado nacional por Provincias Unidas, explicó la génesis de un espacio que además lleva a Pablo Blanco como candidato a senador, donde confluyen “peronistas no kirchneristas y radicales no mileístas”, como una opción de centro.
“Provincias Unidas es un espacio que se fue gestando a partir de la manifestación de cinco gobernadores, el de Córdoba, el de Santa Fe, el de Jujuy, el de Santa Cruz y el de Chubut. Ellos manifestaron como inquietud la mayor representación del federalismo en la Argentina, a través de un espacio que deje esta Argentina pendular, entre dos extremos, que tan mal le hacen al país”, dijo en el programa ‘Buscando el Equilibrio’ por Radio Provincia.
“El negocio de la grieta se tiene que terminar de una vez por todas, porque durante cuatro años somos estatistas absolutos y durante cuatro años somos destructores del Estado. Nosotros estamos en el medio, con un espacio que tiene sentido común, responsabilidad, respeto a las instituciones, al sistema republicano y federal. Entendemos que la Argentina se hace desde las provincias y no desde CABA. En las provincias está la producción y la actividad económica y ahí debe estar puesta la mirada de la dirigencia política”, priorizó.
Como peronista, defendió la integración de una lista con el radical Pablo Blanco y tomó distancia del modelo que proponen Vuoto y Melella. “Con el kirchnerismo no tenemos nada que ver hace tiempo. Cuando yo estaba terminando el mandato de legislador, representé a Juan Schiaretti como diputado cuando fue candidato a presidente, y ya en ese momento tratamos de darle fuerza a un espacio que hoy se está consolidando. Hay un sector muy grande del peronismo que no es kirchnerista y un sector mayoritario del radicalismo que no está pintado de violeta”, aseguró.
“De hecho, los gobernadores que mencioné son de distinta extracción política, pero tenemos ideas en común. Para nosotros fue muy natural esta conformación que se vino dando a nivel nacional y nos une la defensa de cada una de las provincias, en el caso nuestro de Tierra del Fuego. Nos une la pluralidad de ideologías políticas y la defensa de valores fundamentales. Queremos un país normal, donde no tengamos que estar pendulando de un lado hacia otro cada cuatro u ocho años, y dejar las internas a cielo abierto que se están dando y que están muy alejadas de la agenda de la gente”, expresó.
Consideró, respecto del modelo de Milei, que “la discusión política debe anteceder a la discusión económica y también hay falsos paradigmas con respecto a la economía. Hoy se habla en términos del gasto del PBI o de la incidencia del déficit presupuestario, pero la realidad es que ni siquiera hay un presupuesto nacional aprobado. Venimos desde hace dos años violando la ley de administración financiera, que permite un solo presupuesto reconducido”, advirtió.
“Frente al veto al aumento a los jubilados de ANSES más el bono, el tema de las personas con discapacidad, he escuchado a funcionarios nacionales hablar de una incidencia del 1,2 del PBI hasta el 6, 7 y 8%. La estimación del PBI se debería hacer a través de un presupuesto anualizado, que no lo tenemos. Habría que tener un presupuesto para decir cuál es la incidencia”, consideró.
Asimismo, planteó que “hay una sacralización del déficit cero. Todos queremos las cuentas ordenadas y tener superávit, pero hay que ver qué se hace para que cierre ese número. Si se despide a todo el mundo, no se paga nada, no se hacen obras de infraestructuras que son necesarias e inciden en el desarrollo productivo, eso va a tener una incidencia también en el costo de producción y del transporte”.
“La economía no se estudia para lastimar a la gente y menos la economía política. Hay empleados de Vialidad Nacional que están contratados hace 15 ó 20 años y no saben si mañana van a seguir teniendo trabajo. Es una de las instituciones más antiguas de la Argentina y tiene mucho que ver con la producción y el desarrollo de infraestructura del país. Las decisiones económicas tienen que estar basadas en números reales, pero el presupuesto nacional hoy está ausente y no se quiere dar esa discusión”, insistió.
“Por más que el gobierno haya hecho una buena elección en 2023 no quiere decir que esa elección le dé un mandato de emperador a un presidente. Vivimos en un sistema republicano y hay que respetar la división de poderes. Justamente la presentación de un presupuesto hace al republicanismo y al sistema federal de gobierno”, definió.
Consultado sobre los referentes que lo acompañan, dijo que “con Julio Catalán Magni estamos trabajando en conjunto y también con Pablo Blanco. Con Ricardo Furlan tengo una relación de amistad desde hace tiempo pero no es un proyecto que nos involucre en forma directa. Como parte del partido Hacemos, que lidera Florencio Randazzo y tiene referencia en Juan Schiaretti, se ha hecho este armado político”.
Los votos de Fadul
Por otra parte, se le preguntó hacia dónde cree que irán los votos de Somos Fueguinos, que tiene un caudal importante en Ushuaia y no presentó candidatos. “La verdad fue una sorpresa que no se presentaran candidatos por parte de Somos. Yo tengo un gran respeto por Liliana Fadul, más allá de la política, y puede ser que compartamos electorado sobre todo en la ciudad de Ushuaia. Eso lo va a decidir cada vecino en su momento y verá qué le conviene más para sus intereses. Nosotros pretendemos dejar un mensaje claro de que no somos ni kirchnerismo ni mileísmo. No somos el kirchnerismo de Tierra del Fuego, que está dividido en Ushuaia y Río Grande, y está en una discusión de proyección hacia 2027”, sentenció.
“Es un gran negocio la polarización y lo mismo pasaba con el kirchnerismo y con el macrismo. Es un gran negocio retroalimentar extremos, que no son mayoría en la Argentina, pero sí tienen minorías intensas. Por ahí se les suma gente que no comparte en un 100% esa ideología pero vota por oponerse al otro extremo. Si vemos la elección de 2023, de 100 mil electores tenemos 30 mil votos del mileísmo, 30 mil del kirchnerismo, y el resto son votos de un espacio de centro, donde estaba ‘Chispita’ y donde participaba yo con la lista de Schiaretti, más Juntos por el Cambio. Me parece que hay una demanda de la gente de encontrar una oferta que no sean los extremos, que no todo sean insultos, agravios o destrucción. Hay que tener un diálogo con respeto y un diálogo maduro con respecto a las instituciones y al sistema democrático y federal”, propició.
El gran reto será convencer a los electores de que la ancha avenida del medio puede ser una opción. “Por supuesto hay que convencer de que esta oferta es una buena alternativa y ese es el gran desafío que tenemos las fuerzas del centro”, expresó.
Futuro de la industria
En otro orden de cosas, se mostró preocupado por el futuro de la industria y señaló que es necesario llevarla a la agenda del Congreso. “Ya han hecho la reducción de aranceles a partir de mayo, del 50%, y lo van a llevar a cero. Eso ya está firmado y no es una amenaza. En mayo hubo un cierto cimbronazo en Tierra del Fuego, sobre todo en Río Grande donde está el 70% de la capacidad instalada industrial, y hubo una especie de acuerdo con los industriales y el sector de los trabajadores para llegar hasta fin de año. Nosotros estamos muy preocupados por lo que vaya a suceder del 15 de enero en adelante, cuando los aranceles pasen a cero y de la noche a la mañana pierdan competitividad los productos de Tierra del Fuego. Hay entre 7 y 8 mil trabajadores pendiendo de un hilo, que van a necesitar una seguridad sobre su futuro”, sostuvo.
“Esto tiene que ser decididamente parte de la agenda del Congreso de la Nación y de los representantes que sean electos en Tierra del Fuego, porque hay una afectación directa al futuro de la provincia. Eso va de la mano de no tener un presupuesto nacional aprobado y hay una amenaza permanente con el tema del ‘subsidio’ a Tierra del Fuego. Es un gran tema de discusión, hay que estar muy atentos y trabajar en herramientas para amortiguar ese golpe o revertirlo”, concluyó.

