El secretario general del Centro de Empleados de Comercio planteó que en Río Grande hay “más vendedores que empleadores”, porque muchos trabajadores despedidos que han cobrado su indemnización han abierto pequeños emprendimientos y venden en ferias o en showrooms. En tanto no haya trabajo en negro el sindicato no interviene y en cierto sentido es positivo, porque el dinero que ganan lo gastan en los comercios. A nivel general se observa una gran retracción de ventas, con locales vacíos y vendedores a disposición. En lo que va del año se sumaron 118 despedidos a los 384 del 2024. La crisis impacta en la obra social porque los empleadores deducen los aportes pero no los depositan, y las prestaciones se tienen que dar igual a los trabajadores. Tampoco hay relación entre el aumento de los salarios y el costo de la salud.
Río Grande. – El secretario general del Centro de Empleados de Comercio de Río Grande, Daniel Rivarola, fue consultado en el programa ‘Buscando el Equilibrio’ por Radio Provincia sobre la situación de los comercios y planteó un escenario complejo, con pocas ventas y nuevos despidos, que se suman a los ya registrados en 2024.
“Hay pocos clientes en horarios pico, poca reposición de góndolas y se está atravesando una retracción de ventas muy importante. Los números los manejan los empresarios pero sí tenemos la sensación de pocas ventas por lo que nos dicen los compañeros. Los vendedores están a disposición porque no tienen a quién atender y ahí se ve la realidad de la poca venta. Ha proliferado mucho el mercado del barrio, el almacén de la esquina, y los grandes centros y los corralones atraviesan un momento de silencio dentro de los locales, cuando antes había colas esperando”, dijo.
“Entre las 17 y las 19 horas, los supermercados y los corralones sobre la ruta 3, tienen los estacionamientos prácticamente vacíos, salvo el sábado a la tarde o el domingo, que vuelve la rutina del paseo dentro del mercado. En el corazón de la isla pasa lo mismo, salvo que haya eventos especiales”, observó.
“Hoy somos 2.200 los empleados de comercio entre Río Grande y Tolhuin, según nuestros registros, y el número va variando en virtud de los despidos. El año pasado tuvimos muchos y este año no ha sido la excepción. En 2024 cerramos con 384 compañeros despedidos y en lo que va del 2025 estamos en 118. Es un número importantísimo porque si bien estamos en el 50% de lo que fue el 2024, es demasiado para nuestro sector. Esto demuestra que debe haber habido proporciones similares en toda la industria”, planteó.
Con respecto a los registros, indicó que “tenemos cuatro en Río Grande y lo que sucedió en el registro 1 no tiene relación con la conflictividad a nivel nacional. El registro 1 está prácticamente cerrado y los 7 trabajadores están en juicio para poder cobrar sus indemnizaciones. No pudieron cobrar por falta de fondos líquidos, porque propiedades tienen, así que seguirá una demanda contra embargo de los bienes a los efectos de que los compañeros puedan cobrar. Con los otros tres registros, sabemos que han congelado los valores que normalmente distribuía la dirección nacional, lo que no les estaría dando suficiente oxígeno para sostener el personal. Oficialmente no tengo registro de despidos”.
Impacto de la caída en la industria
Rivarola expuso que el sector es “una actividad de servicios, es decir que atendemos a trabajadores de otras actividades que gastan su salario en el comercio, y esto involucra a la industria en todos sus aspectos, la petrolera, la electrónica, la textil. En la medida que esos compañeros van perdiendo su empleo, son menos clientes en el comercio. A su vez al tener menos clientes, el comercio necesita menos trabajadores para atender la clientela”.
“Esto es un efecto dominó, porque los despidos de los trabajadores de la industria impactan en despidos de los compañeros de limpieza de esos sectores, de los de seguridad y de las empleadas domésticas o guarderías que necesitan esos trabajadores. Cada línea de producción para nosotros se multiplica y vemos cada vez menos clientes, en virtud de que hay menos empleo”, expresó.
Sin obra pública
Un factor decisivo en la caída de la actividad es la paralización de la obra pública. “Yo entiendo a la construcción como una industria madre, porque es la que más empleo da y la que más empleo derrama. Independientemente de la mano de obra en albañilería e instalaciones especializadas, venden los corralones y derrama muchísimo en nuestro sector. El quiebre en la obra pública ha sido un golpe muy importante, no sólo para los compañeros de la UOCRA sino para el comercio en general. Hoy los corralones están viviendo de los que están vendiendo sus ahorros para ampliar su vivienda o construir un salón, es decir que prácticamente están viviendo de la obra privada. No es lo mismo cuando las empresas bajan un camión de cemento, las bloqueras trabajan, y eso se derrama en el comercio”, señaló.
“La Cámara de Comercio solicita muchas modificaciones en el régimen laboral, pero deberían gastar más saliva en pedirle al gobierno nacional que reactive la obra pública. Ahí van a ver cómo cambia el panorama”, recomendó.
Desendeudamiento y baja de impuestos en Río Grande
Por otra parte, se lo consultó sobre la decisión del intendente Martín Pérez de bajar impuestos en 2026 y sobre el programa de desendeudamiento para trabajadores estatales que lanzó el gobierno. “Toda ayuda al sector que da empleo y a los trabajadores sirve. El compañero del Estado que está ahogado con sus tarjetas y hoy le financian a través del banco la posibilidad de salir del pozo, sabemos que es para reactivar parte del bolsillo. El trabajador con plata en el bolsillo gasta, no se la ahorra ni se la lleva a un paraíso fiscal”, manifestó.
“Si bajan impuestos el comerciante está más holgado, si se dan créditos para que los trabajadores salgan de sus deudas están más holgados y, en una situación de más tranquilidad, cambia el ánimo y el consumo. Si a un empleador le bajan los impuestos, tiene la posibilidad de no trasladar esos costos a los precios”, apuntó.
Los que sobreviven
Si bien todos “la estamos remando”, algunos rubros se ven más perjudicados que otros. “El supermercadismo resiste por espalda. Son los que menos rotación de empleados tienen porque, a pesar de la crisis, los suelen sostener para tener gente especializada al momento de la reactivación. Todo tiene fechas en el sector comercial. Las jugueterías hoy están destruidas hasta que llegue el día del niño, las regalerías están destruidas hasta que vienen las fechas principales como el Día del Padre, de la Madre, del Amigo. El rubro más castigado es la electrónica y grandes electrodomésticos. Los textiles normalmente se sostienen, porque el colegio, las fiestas, los egresos, permiten que se vaya consumiendo”, detalló.
“Después hay una diversificación que se ha dado en el comercio local, como las ferias, la venta por internet o los showrooms. Se bifurca la cantidad de comercios, hay algunos que ganan menos y aparecen otros que empiezan a ganar un poco. Hay más vendedores que empleadores, porque existe mucha venta a nivel individual”, sostuvo.
“Han proliferado los mercados de barrio, hay polirrubros, multirrubros, quiosco de 24 horas, y hay dos por cuadra a veces. Eso obedece al empleado de comercio o al empleado fabril que cobró su indemnización, no consigue empleo, y empieza con esta nueva manera de trabajar. Lo mismo pasa con la feria de emprendedores, el que tiene su indemnización compra ropa en el norte y la revende. Yo he visto en redes y en ferias a muchos empleados de comercio que al no tener empleo tratan de ganarse el mango a diario. No lo vemos mal porque, mientras no haya empleo en negro, es gente que se gana el mango y lo que ganó lo gasta en el comercio o en el supermercado”, planteó.
Fin de semana largo
Con respecto al fin de semana largo, se notó el impacto de las compras en Chile, a lo que se suman las compras por internet. “Los empleadores hablan de pocas ventas y se ve menos personal en los locales. No podemos cuantificar la cantidad de mercadería que entra de Chile o de compras online, y eso afecta sobre todo al rubro tecnología. En la parte alimenticia no es tanto lo que se trae del país hermano, pero se nota en los productos suntuosos, en los electrodomésticos”, puntualizó.
Obra social
También se refirió a las deudas de OSECAC con el hospital y con otras clínicas. “Tenemos serios problemas de atención médica. Hay meses en que estamos muy mal y meses en que estamos mejor y podemos resolverlo. Esto obedece a un desfasaje entre aportes recibidos y el costo de la salud en la Argentina”, explicó.
“Cada vez que un empleador empieza a tener problemas, lo que hace es retener al trabajador todos los aportes que dice el recibo de sueldo, pero no los deposita. Tenemos una evasión alta, de más del 30% de empresas que no están aportando. El hecho de que el empleador no aporte no significa que no tengamos que atender al compañero, porque tenemos la obligación de hacerlo. Mientras hago la gestión de cobro, que a veces son juicios, la prestación médica la tengo que dar”, subrayó.
“Después tenemos otro problema, porque nosotros firmamos salarios de acá a diciembre del 1% mensual de incremento y un médico de un mes para otro me pide un 20% de aumento en la consulta o me dice que con el dólar la radiografía se fue al doble, o que la tomografía aumentó un 30 ó un 40%. Ahí empieza el desfasaje, porque no puedo pagar con lo que no me ingresa”, dijo.
“Tenemos serios problemas, Buenos Aires envía fondos, pero esto pasa en todos lados. Nuestra actualización de aportes para el pago de las prestaciones es del 1% mensual, contra lo que dice la inflación, que es más. Si sube un 2,8% la canasta básica, perdimos el 1,8% de nuestro salario”, precisó.
Paritarias
Finalmente se refirió a la relación con la Cámara de Comercio y las negociaciones paritarias. “Tuvimos algunos cortocircuitos en el período abril-junio, en virtud de la falta de homologación de acuerdos nacionales. Esto ocurrió en todo el país y con todas las cámaras. En la nuestra la discusión fue un poco más áspera en virtud de que firmamos acuerdos locales, que están por encima de los de Buenos Aires. Tuvimos algunos meses complicados, pero lo saneamos dos meses atrás y a fines de agosto pudimos firmar el acuerdo de acá a fin de año. Lo que nos queda como diálogo es ver cómo evoluciona el acuerdo en sí mismo. Las relaciones son a distancia pero buenas”, concluyó.

