El socio gerente del aserradero Kareken contó cómo es la mecánica de trabajo de este emprendimiento familiar, que ha logrado insertar madera de calidad en el continente, que se usa para muebles e incluso para la construcción de guitarras, que han sido adquiridas por celebridades internacionales. Hoy están trabajando al 50% de su producción por la caída en las ventas, pero se siguen buscando nuevos mercados. Un factor decisivo en materia de competitividad es poder contar con los servicios esenciales, porque por falta de energía tienen que usar generadores propios, el agua llega de un manantial cercano y la calefacción es a leña y gas envasado.
Río Grande. – Néstor Fernández, socio gerente del Aserradero Kareken, contó al programa ‘Buscando el Equilibrio’ por Radio Provincia cómo es producir en la provincia sin los servicios esenciales que requiere toda industria, pese a lo cual han logrado colocar su producto en el continente.
El aserradero fue fundado en 2003 y “a lo largo de los años de producción se pudo adquirir la estancia Campo Chico que tenemos hoy, de más de 4.000 hectáreas más que nada de turba y monte de lenga. De bosque de lenga tenemos 1.000 hectáreas propias y luego tenemos hectáreas de turba. El aserradero está ubicado cerca de la materia prima, el personal vive en casas ubicadas en el mismo aserradero y nuestra producción se basa siempre en buscar la madera de mejor calidad, que por lo general se exporta al continente argentino. También se exporta en gran parte la madera de construcción, que también se vende en Tierra del Fuego”, dijo.
“La lenga se utiliza para todo tipo de muebles, mesas, sillas, cunas, últimamente se están fabricando guitarras que se están exportando a varios países del mundo. Es una madera especial por la fibra que tiene y no es muy pesada para la dureza que tiene, eso la hace óptima para fabricar muebles de alta calidad e instrumentos musicales”, aseguró.
“Hubo un luthier que nos vino a visitar buscando un corte extremadamente difícil de hacer, es un corte radial y esta gente hizo un estudio de maderas de todo el país para tratar de hacer guitarras de muy alta calidad, y dieron con que la madera que más les fascinó fue la lenga para todo el cuerpo de la guitarra. Les está yendo muy bien y están exportando, y hay muchos cantantes que por la calidad del sonido las han elegido, uno es Juanes, Abel Pintos también, y hace poco el manager de Eric Clapton encargó una guitarra para él”, relató con orgullo.
Aclaró que “nosotros no poseemos secadero porque hay una gran porción del mercado interno que prefiere la madera estacionada. La lenga no tiene mucho tiempo de oreado al sacarla de la isla, tiene un secado natural y en cuatro o cinco meses está óptima para utilizar. De esa manera los clientes se ahorran el costo del secado artificial”.
Niveles de producción
Con respecto al nivel de producción, dijo que “el aserradero está preparado para sacar entre 15 y 18 camiones por mes, entre todas las calidades de madera. Desde el año 2022 han bajado bastante las ventas y la actividad se va sosteniendo de una manera bastante tranquila. Hoy estamos trabajando al 40/50% de la capacidad productiva”.
“El costo depende de la calidad de la madera, pero ronda entre 700 pesos el pie cuadrado hasta los 2.400 pesos. Nuestro precio de la madera es puesta sobre camión en el aserradero y nos encargamos de todos los papeles de aduana”, apuntó.
En cuanto al personal empleado, dijo que “en alta temporada ronda entre los 18 y 22 empleados y cuando trabaja el sector forestal ronda entre los 10 y 12 empleados”.
Sin energía ni servicios
Por otra parte habló de producir en el Siglo XXI casi como en la prehistoria, sin ningún servicio esencial para el desarrollo de una industria. “El aserradero está a 25,5 kilómetros de Tolhuin, el electrificado de la ruta 23 finalizó hace un año y estamos esperando que las condiciones energéticas de Tolhuin mejoren. Tengo entendido que se están haciendo algunas inversiones en el sector y esperamos tener en algún momento el servicio de luz, no solamente para nosotros sino para todos los colegas turberos que lo están esperando con muchas ansias. Hoy producimos la energía con generadores y lleva un costo importante, se necesita gente especializada para el mantenimiento de los equipos, muchas veces cuesta conseguir los repuestos, pero por ahora es la única manera de poder funcionar”, manifestó.
“No tenemos red de gas ni tampoco ningún subsidio. La calefacción es toda a leña y luego tenemos gas envasado para la cocina del comedor club para el personal. Con respecto al agua, hay un manantial natural y tenemos una planta decantadora y un tanque de almacenamiento. Es todo por decantación, no hay bombas ni absolutamente nada”, describió.
Un emprendimiento familiar
Fernández destacó el esfuerzo que pone toda la familia en este emprendimiento, siendo ya segunda generación. “Nosotros somos tres hermanos, mis padres viven en Ushuaia, tengo un hermano que vive en Buenos Aires y nos ayuda mucho con la logística de repuestos”.
Por otra parte se le preguntó si presentaron proyectos al FAMP. “Hemos recibido invitaciones a reuniones, yo asistí a dos, y nos informaron sobre créditos que son muy buenos pero por el momento decidimos no tomarlos, porque estamos pagando otros créditos de bancos privados para adquisición de maquinaria”.
Ante la baja de ventas, dijo que “siempre buscamos nuevos nichos y buscamos clientes que necesiten un producto que le sirva al aserradero. La lenga es un árbol muy particular, en una parcela uno se puede encontrar con árboles muy jóvenes y otros en los últimos años de su vida, y uno se puede llevar varias sorpresas. Hemos tenido parcelas con muy buena producción y otras no tanta. Nosotros tenemos un ingeniero y un técnico forestal, ellos hacen la marcación de los árboles a cortar, después tiene que venir Recursos Naturales con la Dirección de Bosques y ahí se da la autorización. Una vez que hacemos la cosecha, vuelve Recursos Naturales a verificar que se haya hecho de la forma correcta”, detalló.
“Nosotros vamos a seguir apostando al mercado argentino y no hay que aflojar. A veces en los momentos difíciles es cuando a uno se le ocurren las mejores herramientas”, afirmó.
Finalmente informó que para los residuos “tenemos un quemadero muy grande y todavía no encontramos la manera de aprovechar el residuo por una cuestión de rentabilidad. Por ahora todos los desperdicios los quemamos”.
