Romero defendió la salmonicultura en tierra y pidió controles estrictos

El productor Osvaldo ‘Sulko’ Romero cuestionó la resistencia a la actividad y afirmó que la Ley 1355 no prohíbe el cultivo en instalaciones terrestres. Sostuvo que, con controles adecuados y tecnología apropiada, la salmonicultura podría generar empleo genuino y ampliar la matriz productiva de Tierra del Fuego.

Río Grande– El productor Osvaldo ‘Sulko’ Romero analizó el debate que se reabrió en torno a la salmonicultura y el alcance de la Ley 1355, que prohíbe la actividad en el Canal Beagle y en aguas marinas, pero no en instalaciones terrestres. En este sentido, planteó que “la ley anterior que se quiere reformar dice que la prohibición es hacerlo en aguas, en el canal de Beagle o en las costas marinas. Lo que se propone sería en tierra, no está prohibido porque nunca escuché que se prohíba en tierra”.

Romero consideró que la resistencia al desarrollo de la actividad carece de sustento técnico: “Voy a estudiar más la cosa, pero me parece una estupidez, hablando mal y pronto, que se estén negando a una industria que está comprobado a nivel mundial que genera un montón de mano de obra y que genera muchas divisas para el país y que aparte no influye para nada en la naturaleza”. 

En esa línea, remarcó que la clave está en el cumplimiento estricto de las normativas ambientales: “Si usted lo hace bien como está en nuestro proyecto no tendría que tener problemas. Acá hay un problema serio que hay que tener en cuenta: el único problema que pueden tener los emprendimientos de madera, cría o lo que fuera, es que haya controles por parte del Estado. Porque si lo dejan cortar árboles, les dirán qué árboles puede cortar y si usted mete la pata y corta uno que no está marcado, le cortarán las manos. El control es lo más importante de todo esto”.

Al referirse a parámetros internacionales, explicó que “si a usted le dicen que pueden tener 70 kilos de salmón por metro cúbico de agua, no puede tener 71 kilos. Tienen que tener 70 o inclusive 5 kilos menos”.

Romero también repasó lo ocurrido en Chile, donde el crecimiento descontrolado de la industria generó impactos ambientales significativos: “En Chile eran 70 kilos y como era tan grande el negocio, llegaron a 600 kilos por metro cúbico de agua. La contaminación en el cabo de 3 o 4 años fue terrible, hay 15 o 20 metros de sedimentos en los fiordos de Puerto Mont. Todo es cuestión de controles”. 

Sin embargo, diferenció esa experiencia del proyecto que proponen para Tierra del Fuego, basado en sistemas terrestres: “Nosotros estamos proponiendo una cría del salmón dentro de los campos, en donde habrá pilotones hechos con renovación de agua salada aprovechando las mareas. Directamente no habría bombas para bombear el agua del mar hacia dentro, y habría renovación de agua permanente con una planta de tratamiento del último desagüe que purifica toda el agua de los estanques y el agua sigue su curso. Los sedimentos irían a parar al campo porque es nitrógeno puro”.

El productor sostuvo que la iniciativa podría generar un importante impacto económico local si se realiza bajo estándares estrictos: “Si analizamos bien la cosa, si lo hacemos bien, si respetamos las normas y las cláusulas medianamente, esto se puede hacer maravillosamente bien y con una generación de mano de obra que en principio podrían ser 10 o 20 personas, pero al cabo de un año o año y medio podrían ser 150 o 200”.

Finalmente, sostuvo que la salmonicultura podría integrarse a una matriz productiva más amplia: “Si 200 acá, 300 con la madera, 400 con el petróleo, vamos a generar mano de obra genuina y vamos a empezar a ver si podemos cambiar el valor productivo de la isla”.

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