Control de plagas en el predio del CADIC desató una fuerte polémica

Diferentes asociaciones protectoras de los animales iniciaron medidas judiciales ante la decisión del Centro Austral de Investigaciones Científicas (CADIC), organismo dependiente del CONICET con sede en Ushuaia, de erradicar una plaga de conejos silvestres mediante la fumigación con gas fosfina. El propio CADIC emitió un comunicado en el que explicó que la proliferación de estos animales en inmediaciones de la institución produce un riesgo “ambiental y sanitario” para la zona, y en particular un problema para el propio edificio del organismo. En este sentido, precisó que los conejos construyen madrigueras que producen “hundimientos y derrumbes”, lo que pone en riesgo las distintas infraestructuras, como el edificio del centro científico. Sin embargo, esta iniciativa fue judicializada por dos ONGs protectoras de animales y ahora se encuentra en el fuero federal.

Ushuaia.- Desde el CADIC señalaron que el conejo de Castilla (Oryctolagus cuniculus) es una especie exótica invasora, considerada una de las 100 especies invasoras más dañinas del planeta por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza. Fue introducida en Tierra del Fuego desde Europa por los primeros colonos. Al igual que ocurrió en otras partes del mundo, al acceder a condiciones favorables para su reproducción, sin predadores naturales, se diseminó por todo el territorio causando daños ecológicos de gran envergadura que incluyen la destrucción del suelo y la eliminación de especies animales y vegetales autóctonas.

Desde el año 2000, luego de un control demográfico que se había logrado en la década del 80, las poblaciones de conejos comenzaron a recuperarse en la Península de Ushuaia -donde se encuentran las instalaciones del CADIC-. Este año, debido a las particulares condiciones climáticas, se produjo una explosión demográfica que enciende nuevas alarmas ambientales y sanitarias.

Esto obliga al CADIC a tomar acciones de control de esta especie dañina que, a pesar de no ser agradables, se revelan como indispensables en pos de evitar su diseminación por la Isla Grande de Tierra del Fuego y la producción de daños mayores. Desde la institución se prioriza siempre la protección del ambiente, tanto a partir de la investigación como de la intervención directa y esta medida va en el mismo sentido: mantener la biodiversidad nativa y tratar de reparar los daños producidos por la acción humana.

Conejos: un peligro latente

La invasión del conejo conlleva riesgos para el medioambiente, la salud de la población, la operación aerocomercial y las construcciones edilicias.

En relación a los daños ambientales, los conejos comen la cubierta vegetal, rascan el suelo en búsqueda de raíces y cavan para construir sus madrigueras. Esto destruye la vegetación y tiene una doble consecuencia. Por un lado, elimina el hábitat de especies nativas, produciendo daños irreparables a la biodiversidad. Por el otro, deja expuesto el suelo a la erosión del viento y las lluvias que tanta intensidad tienen en estas latitudes, atentando contra la fertilidad y productividad de este recurso natural tan preciado.

Con respecto a la salud humana, el contexto actual de la pandemia nos alerta, una vez más, sobre los peligros que conlleva el contacto con animales silvestres que pueden portar patologías (hongos, parásitos, virus y bacterias) que podrían ser transmitidos a las personas y también afectar a otras especies animales, incluyendo mascotas. Este es el caso de los conejos que circulan libremente junto a seres humanos, mascotas y otros animales silvestres.

Con respecto a la seguridad aerocomercial, tanto el conejo -presente en el Aeropuerto Internacional de Ushuaia Islas Malvinas-, como sus predadores y carroñeros -aves, zorros y perros, por ejemplo- representan un riesgo para las aeronaves que allí operan, ya que pueden ser ingestados por las turbinas.

Finalmente, las madrigueras que conforman sistemas de túneles subterráneos quitan el sostén a cualquier estructura que se apoye sobre este terreno. Esto produce hundimientos y derrumbes que implican peligros no sólo económicos sino también para la seguridad de las personas que transitan y habitan esas zonas. También trae problemas en cementerios ya que al cavar pueden ingresar en las tumbas. En este caso, tanto el edificio principal del CADIC -dedicado a investigaciones- como las viviendas que alojan a su personal están sufriendo las consecuencias.

Método de control

Se han evaluado, a partir del consejo de expertos, diversos métodos de control que han demostrado ser exitosos en otras experiencias nacionales e internacionales. Las alternativas fueron evaluadas teniendo como máxima prioridad la bioseguridad de las personas y del resto de las especies animales que habitan y transitan el predio y sus alrededores, así como la ausencia de impacto ambiental. Así mismo se consideraron las opciones que representan el menor sufrimiento posible para los conejos en el proceso de erradicación.

Entre las técnicas no letales se encuentran cercar un área para protegerla o atrapar a los animales y trasladarlos. En ambos casos, el problema no se soluciona, sino que se transfiere a otro sector y puede inclusive acelerar el proceso que aquí se intenta evitar, es decir, la expansión del conejo por fuera de la península. Tampoco existen herramientas de esterilización que puedan aplicarse al total de la población de conejos, que sean efectivas y seguras para otras especies. A estas limitaciones se añade el hecho de que el predio se encuentra habitado continuamente, es un espacio laboral y está localizado en una zona urbana.

Teniendo en cuenta todos los puntos señalados se procederá a realizar una fumigación pasiva y extracción manual. Este procedimiento no implicará riesgo para la seguridad ni la salud de humanos ni de otras especies animales y posee un impacto nulo para el medioambiente. No se emplearán métodos de control biológico como la inoculación de virus o agentes patológicos.

La erradicación del conejo no solo resguarda un patrimonio estatal, sino que, principalmente, constituye una contribución al control de una plaga para proteger a la flora, la fauna y la población de Tierra del Fuego de un desastre ecológico como el que ya se vivió el siglo pasado; asumiendo la responsabilidad social que comporta nuestra función profesional.

Finalmente, cabe destacar que con estas acciones se sigue lo que demanda la legislación vigente, en particular el Convenio sobre la Diversidad Biológica, al que se adhirió la Argentina mediante la Ley 24.375 de la Nación, que en su artículo 8º, inciso h) dice: “Se impedirá que se introduzcan, y se controlará o erradicará a las especies exóticas que amenacen a ecosistemas, hábitats o especies”.

Además se contribuye a cumplir con uno de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas a los que adhirió la Argentina en 2015. El Objetivo 15, en una de sus metas se propone: “Para 2020, adoptar medidas para prevenir la introducción de especies exóticas invasoras y reducir de forma significativa sus efectos en los ecosistemas terrestres y acuáticos y controlar o erradicar las especies prioritarias”.

Declaraciones de las autoridades del CADIC

Visto el tenor de las noticias y comentarios en redes sociales surgidas a raíz de las acciones propuestas desde el CADIC para controlar en su predio la población de una especie no nativa invasora como es el conejo de Castilla, nos vemos en la obligación de rechazar todo tipo de opiniones vertidas sin fundamento en contra de uno de los investigadores de la Institución, Dr. Adrián Schiavini. En este sentido, tanto la Dirección como el Consejo Directivo en su conjunto son los responsables de las decisiones tomadas con el único objetivo científico de trabajar por el bien de la comunidad y de la protección de los ecosistemas que nos rodean.

Polémica por la decisión de erradicar conejos silvestres con gas fosfina

La Asociación de Funcionarios y Abogados para la Defensa de los Animales (AFADA) y la Asociación Amigos del Reino Animal Fueguino (ARAF) se mostraron en desacuerdo con la medida y presentaron un recurso de amparo ante la justicia para evitar que se concrete. En la causa iniciada ante el Juzgado Civil y Comercial 2 de Ushuaia, a cargo del juez Gustavo González, las asociaciones aseguraron que la erradicación de los conejos “amenaza la fauna silvestre de la provincia, su diversidad biológica y valor cultural, y la integridad física y psíquica de los animales, vulnerando sus derechos a no ser víctima de sufrimientos innecesarios”.

Según la demanda, las pastillas de Fosfuro de Aluminio que se utilizarán para la fumigación, resultan “altamente tóxicas para cualquier ser vivo” y están clasificadas “en categoría IA (extremadamente tóxicas) por la Organización Mundial de la Salud”. Siguiendo esta línea, las asociaciones argumentan que además de “atentar” contra la vida de la población de conejos que habitan en ese predio, “se pone en riesgo” la salud de los habitantes de la zona. “Los actos que pretende llevar a cabo el CADIC carecen de fundamento legal y ético, y atentan contra los derechos fundamentales de esa especie y contra la diversidad biológica”, agrega el amparo judicial.

En tanto, el doctor en biología e investigador del CADIC, Adrián Schiavini, afirmó que el gas fosfina está compuesto por una molécula de fósforo y tres de hidrógeno, por lo que “el gas se degrada en pocos días en sus componentes básicos sin dejar residuos dañinos para el medio, ya que el fósforo y el hidrógeno son compuestos que ya existen en la naturaleza”.

En relación a los cadáveres de los conejos, señaló que quedarán debajo del edificio, de manera que no podrán acceder a ellos los predadores ni los carroñeros. “Por lo tanto, es erróneo hablar de riesgos para otros animales, para seres humanos o para el medio ambiente”, concluyó el científico.

Al fuero federal

El juez del Juzgado de Primera Instancia en lo Civil y Comercial Nº 2 del Distrito Judicial Sur, Doctor Gustavo González se declaró incompetente respecto del recurso de amparo presentado por la Asociación Amigos del Reino Animal Fueguino (ARAF) y la Asociación de Funcionarios y Abogados para la Defensa de los Animales (AFADA) para detener el control de plagas mediante fumigación para eliminar conejos proyectado aplicar por el Centro Austral de Investigaciones Científicas (CADIC).

El amparo fue presentado el pasado fin de semana por correo electrónico por la abogada Dra. Griselda Engerlhard en representación de las ONG’s y rápidamente fue resuelto este martes (19 de mayo).

Este lunes al analizar la presentación el Dr. González, corrió vista al Fiscal para que dictamine respecto a la competencia de acuerdo a lo establecido por el art. 22.4 del Código Procesal Civil y Comercial de la Provincia. Ayer martes el Fiscal remitió el dictamen señalando la incompetencia del fuero provincial.

El mismo martes, luego de recibir el expediente de Fiscalía, el Juez dictó la sentencia declarando la incompetencia del fuero provincial para tramitar el amparo deducido por las organizaciones protectoras de animales, indicando que el mismo debe ser iniciado en el Fuero Federal, siguiendo la jurisprudencia local y de la Corte Suprema. Dicha sentencia fue notificada el día martes a la abogada de los actores.

Fuentes: CADIC, Página 12 y AFADA.

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