Más dólares, más gas, más subsidios y menos margen para cumplir lo que pide el FMI

La guerra en Ucrania promete presionar las cuentas públicas. Uno de los elementos a considerar, pero no el único, es la cantidad de dólares (y el incremento) que deberán afrontar las reservas del BCRA.

Buenos Aires.- La guerra en Ucrania promete presionar las cuentas públicas, las mismas que ya venían comprometidas a futuro a partir de la negociación de la Casa Rosada con el FMI.

Uno de los elementos a considerar, pero no el único, es la cantidad de dólares (y el incremento) que deberán afrontar las reservas del BCRA. Indirectamente, la pregunta es por los subsidios.

La cuenta que hay que pagar, una de las tantas, es la del Gas Natural Licuado (GNL), que usualmente debe importar el país cuando crece la demanda en la época invernal. En ese punto, el conflicto bélico en Ucrania promete un fuerte incremento -que ya venía registrándose en las últimas semanas- en el costo de importar GNL. El dato es que ese valor de referencia estaba en u$s 25 por millón de BTU antes de comenzar el conflicto y podría escalar. El segundo dato es que, hace un año atrás, la cotización era de u$s 8 por millón de BTU.

Como se dijo, en los últimos años, con la finalidad de afrontar la demanda de gas en el mercado doméstico en los meses de mayor frío, el Palacio de Hacienda debe pagar la cuenta de importación por el GNL que traen los buques mediante el puerto de Bahía Blanca o Escobar. Ese es el lugar donde se produce el proceso de regasificación para inyectar el combustible en el sistema.

Pero no sólo el precio se va a incrementar. También la cantidad crecerá. Mientras que en 2021 la cantidad de buques fue de 56 según la empresa estatal IEASA, en 2022 se proyecta prácticamente unos 65 buques, lo que podría significar un costo estimado de u$s 3.500 millones (que treparía a los u$s 4.000 millones si el precio sigue subiendo).

Pero, ¿Cómo se conforma la oferta de gas en invierno en la Argentina? El mapa oficial de la Secretaría de Energía está conformado por tres oferentes: la producción nacional, el gas importado de Bolivia vía gasoducto y el GNL importado. Mientras que el primero cuenta por el 73% del total, el que viene vía GNL cuenta por el 18% y el de Bolivia suma el 9% adicional.

Al margen de los aumentos anunciados en las últimas horas, lo que ha trascendido desde los despachos oficiales es que hasta último minuto el propio FMI presiona para que los recortes en materia de subsidios a la energía sea mayor y más abarcativo. El FMI pide que el gasto en subsidios pase de 2,3 del PBI en 2021 a 1,7% en este 2022 con la finalidad de que el déficit fiscal pase de 3 puntos a 2,5 este año.

Lo que solicita Georgieva es que sea el propio Gobierno el que encuentre una fórmula para poder cumplirlo, algo que no sólo ha traído grandes discusiones hacia adentro del Frente de Todos, sino donde además la pregunta que subyace es cuál podría ser el impacto en materia social de un incremento superior. Pero además existen infinidad de variables para contemplar, por ejemplo, de darse un incremento más importante al de la “segmentación” anunciada, si esto no atentaría contra la actividad económica puesto que el consumo podría deprimirse ya que los recursos de los sectores medios se destinarían a pagar las tarifas. A eso se agrega un detalle no menor: la presión inflacionaria que derivará de un incremento en las cotizaciones de trigo, maíz, girasol, que participan de la cadena agroalimentaria, incluido el precio de la carne.

 

El precio del gas en Europa se dispara un 40%: ¿cómo afecta a la Argentina?

 

Se trata del precio más caro desde diciembre, cuando llegó a máximos históricos y es siete veces más de lo que costaba hace un año. Crece la preocupación por la repercusión mundial.

El precio de los futuros de gas de marzo, el combustible del que depende la Unión Europea de Rusia saltó hasta un 40% hasta alcanzar casi los 125 euros por megavatio por hora. Se trata del precio más caro desde diciembre, cuando llegó a máximos históricos y es siete veces más de lo que costaba hace un año.

Los precios del gas en el mercado europeo se dispararon en los últimos meses, marcando máximos históricos. Si a inicios de mayo se situaban en 300 dólares por mil metros cúbicos (o 24,48 euros por megavatio hora) en el TTF holandés, el mercado de referencia en el continente, a finales de agosto eran de más de u$s600. En septiembre los precios se dispararon y superaron en diciembre la barrera de los u$s2.100, para luego empezar a bajar. Desde 1996 no hubo en Europa precios tan persistentemente altos de gas.

Los expertos atribuyeron los altos precios del gas a la baja cantidad de reservas gasísticas en los depósitos subterráneos europeos, al limitado suministro de los principales proveedores y a la alta demanda del gas natural licuado en Asia. Varios políticos europeos acusaron a la compañía gasística rusa Gazprom de recortar sus suministros y forzarlos a autorizar el gasoducto Nord Stream 2.

La crisis pone en mayor riesgo el suministro de combustible en Europa. El continente depende de Rusia para más de un tercio de sus suministros de gas, y alrededor de un tercio de esos flujos se envían a través de Ucrania. Los bajos inventarios del combustible el año pasado enviaron los precios a niveles récord, y los volúmenes de Rusia se han reducido desde la segunda mitad de 2021.

“En el caso de riesgo extremo, que definiríamos como uno que tiene un impacto negativo duradero y material en el crecimiento global, el conflicto podría escalar a un nivel que empuje a las naciones occidentales a aceptar una interrupción del flujo de energía de Rusia”, dijeron analistas de UBS Group AG al mismo tiempo que advirtieron por el impacto que tendrá en las tarifas.

 

¿Cómo afecta a la Argentina?

 

Rusia es el mayor proveedor de petróleo y gas de Europa, por lo que un corte en el suministro como consecuencia de acciones militares en Ucrania podría tener efectos más que graves para el Viejo Continente, con repercusiones en el resto del globo. Su impacto en los precios se traslada a sus derivados en el mundo, pero también a las materias primas alimenticias que utilizan combustible como insumo.

En ese escenario, los altos precios internacionales podrán implicar el salto final de las facturas de GNL. Recientemente, Alberto Calsiano, jefe del Departamento de Energía de la Unión Industrial Argentina (UIA), aseguró que el 20% de aumento promedio de las tarifas de luz y gas “no mueven el amperímetro” de lo que reclaman las empresas productoras, transportadoras y distribuidoras.

En una entrevista con Ámbito, Calsiano aseguró que «el precio del gas impacta directamente en el precio de la energía eléctrica. El precio del electrón en el mercado mayorista, tiene una componente importante del gas. Hoy un 64% de la energía eléctrica se genera por centrales térmicas, que deberían funcionar con gas natural. Pero hoy los yacimientos convencionales están decayendo la producción, Bolivia está dejando de enviar gas a la Argentina y lo que queda es el gas no convencional, principalmente con el yacimiento Loma La Lata de Vaca Muerta, pero ahí lo que no tenés es capacidad de transporte. Esa es la trampa del oso: ¿cómo vamos a hacer para entregar gas a las centrales térmicas? La única forma será importar».

En este marco, el Gobierno nacional descongeló las tarifas del gas luego de casi tres años y autorizó un aumento del 17% promedio a partir de marzo próximo. Según pudo saber Ámbito, los usuarios residenciales tendrán un incremento de entre 19% y 20%, como había anticipado el secretario de Energía, Darío Martínez, mientras que para las pymes será de entre 14% y 15% en la tarifa final.

La medida se oficializó este miércoles con la publicación del Decreto 91/2022 en Boletín Oficial, que establece ajustes para las empresas productoras y distribuidoras de gas de entre 36% y 70%, según el usuario. En la audiencia pública las compañías habían solicitado incrementos en las tarifas finales de entre 76% y 80% en promedio.

Al mismo tiempo habrá muchos usuarios que pagarán menos que el año pasado, incluso con la suba promedio del 20%. «Es muy importante destacar que, gracias a la Ley de Ampliación del Régimen de Zona Fría, aprobada el año pasado, un 35% de los usuarios residenciales (3,1 millones de usuarios o más de 10 millones de personas) registrarán este año un descuento del 28% en la factura de 2022. Este descuento lo recibirán incluso sobre esta actualización del 20%», afirmaron desde el Enargas.

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