Élida Deasti Garibotti llegó con su esposo colectivero francés cuando en Las Grutas solo había 11 familias con apenas un cable de luz eléctrica y ningún servicio esencial, salvo el agua que llegaba en camión y algunos la recogían en aljibes. Contó que el impulso a la localidad la dio el ex gobernador rionegrino Mario Massaccesi con más servicios y obras y desde entonces despegó. “Acá la temporada comienza el 8 de diciembre y culmina con los carnavales”, explicó. El turismo es el motor por solamente un mes por año en Las Grutas y con eso sobrevive una comunidad de unas doce mil almas.
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