“La jura fue una reunión de militantes y faltó el pueblo de la provincia”

El ex ministro Carlos Pérez, referente histórico del MPF, marcó diferencias con la convención de 2001-2002, donde se vio al pueblo en el acto de jura celebrando la sanción de la carta orgánica, y el acto de esta semana en el que observó “una reunión de militantes de distintas facciones”. Analizó este cuadro como demostración de la distancia entre la política y la gente; y también el rol de los referentes del MPF en la convención. En el caso de Mónica Urquiza prefirió tomarse su tiempo para opinar, entendiendo que “hay una puja por las candidaturas, por la reelección”, y trazó una gran diferencia con Fernando Oyarzún, porque “él adelantó cómo iba a votar, lo aclaró de entrada en la campaña y aquellos que lo votaron y apoyaron no se pueden sentir defraudados porque dijo exactamente lo que iba a hacer”, señaló.

Río Grande.- El ex ministro Carlos Pérez, militante histórico del MPF y reconocido dentro y fuera del partido, fue consultado por FM Master’s sobre la nueva carta orgánica, además por su experiencia de haber participado como convencional constituyente provincial en 1991.

“Las sensaciones son encontradas porque muchos pobladores no sentíamos la necesidad de que hubiera una modificación. Entiendo también que los procesos políticos y de crecimiento de la ciudad se dan con este tipo de acciones y, quizás dentro de un tiempo o cuando se ponga en práctica lo que han escrito los constituyentes, nos demos cuenta de que era necesario. Por supuesto fui a la jura y me coloqué en el lugar que me gusta estar: atrás al fondo, mirando el escenario completo, y me dio la sensación de que, a diferencia de la constituyente de 2001-2002, lo que había era mucha militancia adentro y no mucha población”, dijo.

“Esto se notó en las formas de expresión, cuando nombraban a los constituyentes para su jura. Era claro que había una organización militante adentro del gimnasio”, observó, dado que había aplausos para el oficialismo y abucheos para el bloque Somos Fueguinos y Javier Branca en especial.

Apuntó que “nos pasó lo mismo cuando José (Estabillo) ganó las elecciones y vino el ex presidente Menem a la provincia, porque coparon el escenario y el partido que había ganado no pudo siquiera poner un cantito”.

En cuanto al texto reformado, aclaró que no conoce los detalles y “me gustaría esperar para tomar alguna posición más firme, para que no sea apresurada”.

 

Urquiza y Oyarzún

 

Respecto del rol de los referentes del MPF en la convención, en principio atribuyó las críticas a “los intereses puntuales de los próximos tiempos. Siempre se dice que acá hubo un negociado y me pregunto cuál es. Uno puede hacer una negociación para sacar una resolución o una ley, porque sabe que a la larga las fases políticas se necesitan para lograr objetivos que se supone son siempre en beneficio de la comunidad. Cuando se trata de la discusión de una carta orgánica, que puede durar varias generaciones, ya la negociación tiene que ser de otro tenor, porque hablamos de algo permanente, no pasajero ni momentáneo, que puede durar un semestre en una Legislatura”, advirtió.

“Yo espero que los posicionamientos políticos hayan sido coherentes con el espíritu de las posiciones de cada partido. En el caso de Fernando Oyarzún, puedo decir que él adelantó cómo iba a votar, lo aclaró de entrada en la campaña y aquellos que lo votaron y apoyaron en su campaña no se pueden sentir defraudados porque dijo exactamente lo que iba a hacer. En el caso de Mónica preferiría tomarme un tiempo para opinar, pero entiendo que hay una puja por las candidaturas, por la reelección”, diferenció.

“No escucho que haya una fuerte crítica popular porque me parece que la gente está en otra cosa, y esto tiene más que ver con los que están involucrados en la política”, señaló sobre las expresiones contra la vicegobernadora.

 

Defensa de los controles

 

En la reforma de la carta orgánica hubo un recorte de mecanismos de control del Ejecutivo, y Carlos Pérez defendió los controles, aunque compliquen a veces la gestión: “Cuando redactamos la Constitución buscamos municipalidades fuertes, claras, con mucha más responsabilidad sobre las cosas cercanas a los vecinos y no hemos llegado todavía a eso. Los municipios no han asumido el rol que les asignamos en el texto constitucional y hay mucho para desarrollar. La Constitución de la provincia sigue siendo una buena Constitución para gobernar y, si las instituciones funcionaran como deben, le permite al ciudadano saber que el que está en el Ejecutivo tiene ciertos controles. Yo nunca renegué en mis tiempos de funcionario que hubiera un Tribunal de Cuentas fuerte y que estuviera formado por gente de la oposición. Es más, promocionamos que Luis Augsburger fuera el primer Fiscal de Estado, de un partido distinto al nuestro”, recordó.

“El control del Estado tiene que estar en manos de otro, de manera que haya un equilibrio de opiniones. También estoy de acuerdo con que hagan falta los dos tercios de los legisladores para poder endeudar a la provincia, de manera que todos estemos asumiendo la responsabilidad, no solamente el Ejecutivo con una mayoría simple. Pusimos estos agravantes para hacer más fácil que los gobiernos se pusieran dentro del corset de la legislación y la Constitución, y nunca renegué contra eso, aunque me costara convencer y seducir a los legisladores para que nos aprobaran determinado tipo de leyes”, aseguró.

 

Decadencia del MPF

 

Finalmente sobre la situación del partido, que ganó dos gobernaciones, tres veces la municipalidad de Ushuaia, y quedó anteúltimo en la elección de convencionales teniendo a la presidente del partido como cabeza de lista, indicó que “el MPF ha estado en situaciones críticas en cuanto a volumen de apoyo popular, no de actividad de los militantes. Dependerá de la evaluación que se haga de todos estos hechos, de la gestión que tiene el MPF junto con el gobierno actual, y de los dirigentes que están adentro del partido ver si se puede recuperar ese volumen político”.

“La gente tiene mucha sabiduría, porque cuando nos dio el Ejecutivo no nos dio el Legislativo; y ahora nos permitió participar de una alianza con el gobierno y logramos que nuestro volumen de votos le diera a esa alianza la posibilidad de gobernar. No estoy involucrado en las conversaciones sobre la estrategia a encarar para 2023 y sería imprudente dar un pronóstico, pero sé que no es fácil satisfacer a la gente, porque está cada vez más despierta. Quizás no participa tanto, porque antes había más gente sin militancia que participaba con su opinión y discutía, se conversaba en las calles, en los barrios y en las reuniones sobre política. Ahora la gente está un poco hastiada, no sé si por las cuestiones nacionales o provinciales, pero la sensación es que en Tierra del Fuego el aparato es tan importante que se generan pujas que no tienen que ver con lo que piensa la gente que está por fuera de esos intereses”, planteó sobre el divorcio de la sociedad y la política.

“Por eso di mi impresión del acto de la jura, donde había grupos de militantes a la izquierda y a la derecha. Yo miraba cómo se movían las pasiones en el seno de ese gimnasio, y en realidad fue una reunión de militantes de varias facciones. Faltó el pueblo de la provincia, como estuvo en otras oportunidades para compartir la alegría de tener una nueva constitución”, lamentó.

“Es cierto que en 2023 hay que votar a alguien y veremos si ese alguien reúne esa pizca de magia que se requiere para que lo voten, porque esto no es gratis”, sentenció.

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