Tras la muerte de Francisco, el pasado 21 de abril, el Vaticano decidió quién será el nuevo Sumo Pontífice, donde luego de salir al balcón del Vaticano, el Papa recién electo ofreció dar continuidad al legado de Francisco. Ataviado con la muceta roja papal, saludó en español, oró a la Virgen María y concedió la bendición Urbi et Orbi a los presentes en la Plaza de San Pedro y al mundo.
Roma (Italia).- Tras días de expectativa global y negociaciones internas, la Iglesia Católica consagró a su nuevo líder: Robert Prevost fue elegido por el Cónclave como el sucesor de Francisco, lo que marcó el inicio de una nueva etapa para el Vaticano. Rebautizado como León XIV, el flamante Papa asume en un contexto de tensiones sobre el futuro de las reformas impulsadas por su antecesor y el desafío de responder a una fe cada vez más interpelada.
El anuncio llegó tras un Cónclave que se extendió durante 2 días y un total de 5 votaciones, igual que durante la elección de Francisco. Así, la fumata blanca se vio, aproximadamente, a las 13:07(hora Argentina) y así, la Iglesia Católica anunció al mundo entero la llegada de un nuevo Papa.
Cómo fue la votación en el Cónclave
El Cónclave inició el pasado miércoles 7 de mayo, cuando los 133 cardenales se encerraron en la Capilla Sixtina. A poco más de 2 semanas de la muerte el argentino, los purpurados comenzaron su misión de elegir al nuevo líder de los católicos.
La Iglesia marcó – desde un inicio – que buscaban tener un Cónclave rápido. «Menor a tres días» habían asegurado desde la Santa Sede, con el ¿objetivo de mostrar una unidad interna de cara a sus fieles de todo el mundo.
Finalmente, los 133 cardenales se pusieron de acuerdo rápidamente: Prevost fue elegido durante el segundo día de Cónclave. En detalle, el italiano fue elegido durante la 5ta votación – la 4ta de este jueves – y fue presentado al atardecer en Roma, Italia.
Quién es Robert Prevost, el sucesor del papa Francisco
Nacido en Chicago en 1955, y criado en una familia católica de raíces obreras, Prevost ingresó a la Orden de San Agustín en su juventud, impulsado por una vocación misionera que se consolidó con sus estudios de filosofía y teología en la Catholic Theological Union y posteriormente en Roma, donde se doctoró en Derecho Canónico.
Fue ordenado sacerdote en 1982, y pronto comenzó una trayectoria que lo llevaría fuera de Estados Unidos, alejándolo del confort del ámbito académico para ponerse al servicio de las periferias.
Su vínculo con América Latina y controversias
Los inicios ministeriales de Prevost se remontan a Perú, donde trabajó como misionero en la empobrecida diócesis de Chulucanas, en el norte del país. Allí se destacó por una labor pastoral basada en la cercanía, la creación de comunidades y la defensa de los derechos humanos, una experiencia que moldeó su perfil como un religioso comprometido con la realidad social latinoamericana, capaz de combinar el rigor doctrinal con una mirada pastoral sensible a los más vulnerables.
Desde 2023, ocupa el estratégico cargo de prefecto del Dicasterio para los Obispos, posición en la que lo puso el argentino – quién también lo ordenó cardenal en 2014 – que lo convierte en el principal asesor del Papa en la designación de obispos a nivel mundial. Este rol, sumado a la confianza explícita de Francisco, le otorgó un lugar privilegiado en la estructura de poder del Vaticano, donde se destaca por su estilo sobrio y su perfil público discreto, pero con una influencia significativa tanto en América como en Roma.
Sin embargo, su trayectoria no está exenta de polémicas. Durante su tiempo en Perú, su gestión fue cuestionada por supuestos encubrimientos en casos de abusos dentro de su diócesis. Aunque no enfrenta cargos formales, las denuncias mediáticas lograron empañar su imagen, especialmente entre quienes exigen mayor transparencia en la Iglesia.
El acercamiento con Latinoamérica, ¿pesa en la decisión?
Con su fluido manejo del español, su afinidad con la cultura latinoamericana y su cercanía al pensamiento del Papa Francisco, Robert Prevost llega al trono de San Pedro como un candidato que representa la continuidad de Francisco, aunque sin el carisma expansivo que caracterizó al pontífice argentino. También, sus 69 años lo convierten en un Sumo Pontífice joven que promete tener un tiempo extenso al frente de la Iglesia.
En el Vaticano, algunos lo describen como un «puente» entre dos Iglesias: la institucional y la popular; la del Norte global y la del Sur. En un contexto donde sonaban nombres de África, Asia y América Latina, un norteamericano – con experiencia en tierra latino – apareció finalmente como una aparición inesperada.
El cónclave en curso se celebró en un momento crucial para la Iglesia Católica, marcada por desafíos como la secularización, la polarización interna y la necesidad de dar continuidad al legado reformista de Francisco. En este escenario, Prevost representa una apuesta por el equilibrio: cercano al ideario del papa argentino, pero con el carácter institucional y la sobriedad que muchos cardenales consideran esenciales en tiempos de cambio.
El discurso completo del León XIV frente a la plaza de San Pedro
Tras ser elegido, el estadounidense se presentó en el balcón frente a la plaza de San pedro y expresó su primer discurso. A continuación, las palabras de León XIV:
La paz sea con todos ustedes.
Queridos hermanos y hermanas, este es el primer saludo de Cristo resucitado, el Buen Pastor que ha dado la vida por el rebaño de Dios.
También yo quisiera que este saludo de paz llegue hasta sus corazones, que alcance a sus familias, a todas las personas, donde sea que se encuentren, a todos los pueblos, a toda la tierra.
La paz esté con ustedes.
Esta es la paz de Cristo resucitado, una paz desarmada, desarmante y también perseverante, que proviene de Dios, que nos ama a todos incondicionalmente. Todavía conservamos en nuestros oídos esa voz débil, pero siempre valiente, del Papa Francisco que bendecía a Roma.
El Papa que bendecía a Roma también daba al mundo entero esa mañana del día de Pascua. Permítanme dar continuidad a esa misma bendición: que Dios los quiere mucho, Dios ama a todos y el mal no prevalecerá. Estamos todos en las manos de Dios.
Por lo tanto, sin miedo, unidos, mano a mano con Dios y entre nosotros, andemos adelante. Seamos discípulos de Cristo. Cristo nos precede. El mundo necesita de su luz; la humanidad necesita de Él como el puente para ser alcanzada por el amor de Dios. Ayudémonos los unos a los otros a construir puentes con el diálogo, el encuentro, uniéndonos todos para ser un solo pueblo, siempre en paz.
Gracias al Papa Francisco. Quisiera agradecer a todos los hermanos cardenales que me han elegido para ser el sucesor de Pedro y caminar junto a ustedes como Iglesia unida, buscando siempre la paz, la justicia, trabajando como hombres y mujeres fieles a Jesucristo, sin miedo, para proclamar el Evangelio y ser misioneros.
Soy un hijo de San Agustín, agustino, que ha dicho: «Con ustedes soy cristiano y para ustedes, obispo». En este sentido, podemos todos caminar juntos hacia esa patria que Dios nos ha preparado.
A la Iglesia de Roma, un saludo especial. Tenemos que buscar juntos cómo ser una Iglesia misionera, una Iglesia que construye puentes de diálogo, siempre dispuesta y abierta a recibir, como esta plaza, con los brazos abiertos a todos. A todos los que tienen necesidad de nuestra caridad, de nuestra presencia, de diálogo y amor.
Y si me permiten, también una palabra, un saludo, de modo particular para todos aquellos de mi querida diócesis de Chiclayo, en el Perú, donde un pueblo fiel ha acompañado a su obispo, ha compartido su fe y ha dado tanto, tanto, para seguir siendo Iglesia fiel de Jesucristo.
A todos ustedes, hermanos y hermanas, de Roma, de Italia y de todo el mundo. Queremos una Iglesia sinodal, que camine, que busque siempre la paz, que busque siempre la caridad, estar cerca de quienes sufren.
Hoy, en el día de la Virgen de Pompeya, nuestra Madre María quiere caminar siempre con nosotros, estar cerca de nosotros, ayudarnos con su intercesión y su amor.
Ahora quisiera rezar junto a ustedes por esta nueva misión, por toda la Iglesia, por la paz del mundo. Pidamos esta gracia especial de María, nuestra Madre.
Tres pistas sobre el rumbo que tomará su papado
En su primera aparición en el balcón de la basílica de San Pedro, el Papa León XIV ofreció tres pistas clave sobre el rumbo que tomará su papado al frente de la Iglesia Católica, de 1.400 millones de miembros. El nuevo pontífice, anteriormente conocido como el cardenal estadounidense Robert Prevost, fue electo para suceder al papa Francisco, quien falleció el mes pasado.
León XIV es el primer papa de origen estadounidense, aunque adquirió la nacionalidad peruana tras años de labor misionera en ese país, donde desempeñó un papel destacado antes de ser nombrado cardenal. Su elección, cargada de simbolismo, resalta varias continuidades y posibles cambios en su liderazgo.
La primera señal importante del nuevo papa llegó con la elección de su nombre. Los papas suelen escoger un nombre que refleja sus prioridades y su visión para el pontificado. Al adoptar el nombre de León XIV, León hace un guiño a su predecesor, León XIII, quien defendió los derechos de los trabajadores y promovió la justicia social en su papado entre 1878 y 1903. Thomas Reese, comentarista jesuita, interpretó que “al elegir el nombre de León XIV, demuestra que está comprometido con la doctrina social de la Iglesia”.
La segunda señal se dio en su discurso inicial, centrado en el mensaje de la paz. León XIV, al igual que Francisco, subrayó la necesidad de paz en un mundo marcado por los conflictos. Sin embargo, lo hizo en un tono distinto al de su predecesor, al dirigirse a la multitud en la Plaza de San Pedro en italiano y sin mencionar a Estados Unidos, su país natal. “La pace sia con tutti voi” (“¡La paz sea con todos ustedes!”), expresó León, evocando el rito de la paz durante las misas. Además, reafirmó su llamado a una paz “desarmada y desarmante”, caracterizada por humildad y perseverancia.
De manera similar, antes de la reunión secreta del cónclave del 7 de mayo, los cardenales del mundo emitieron una declaración en la que expresaron su preocupación por los conflictos en “Ucrania, Oriente Medio y otras regiones del mundo”, realizando un “llamado urgente” a la paz.
León XIV también destacó su cercanía con el papa Francisco, quien falleció tras luchar contra una neumonía doble. “Todavía tenemos en nuestros oídos esa voz débil, pero siempre valiente, del papa Francisco”, dijo.
El nuevo papa rindió homenaje a su predecesor, pidiendo permiso para ofrecer la misma bendición que Francisco había dado en su última aparición pública: “Dios nos ama, Dios ama a todos, y el mal no prevalecerá. Estamos en manos de Dios”.
La tercera pista de su pontificado se dio a través de su atuendo. A diferencia de Francisco, quien adoptó un estilo más austero desde su elección en 2013, León XIV optó por una vestimenta papal tradicional, con una prenda roja sobre su sotana blanca. Aunque sigue el camino iniciado por Francisco en cuanto a la simplicidad, León XIV ha señalado con su elección de vestimenta que su papado será distinto.
Con estas primeras señales, León XIV establece claramente las bases de su liderazgo: un énfasis en la justicia social, la paz y la continuidad con los elementos más tradicionales del papado, a la vez que se distingue de su predecesor.